Capítulo seis
EMM
Después del inconveniente en clases, el resto de la mañana pasó normal, aunque Britt seguía con su rara felicidad, lo cual es muy raro en ella y aún no me decía porque.
Al terminar las clases, Britt y yo nos dirigimos a una cafetería, para que me hable de la razón por la que anda tan feliz.
Algo me dice que es por el chico que conoció en vacaciones.
Entramos a la cafetería y nos sentamos en una mesa al frente del gran ventanal que da vista al frente.
En lo que nos sentamos, un chico, un poco mayor que nosotras, se acerca para tomar nuestras órdenes.
—Buenas tardes, bienvenidas. ¿Qué desean tomar?— dice sin mucho ánimo.
Al parecer no le gusta mucho su trabajo.
—¿Tienes batidos de fresa?— pregunta mi amiga.
Si, ella es la única que va a una cafetería a tomar jugo.
—Si hay, señorita— dice el chico.
—Bueno me traes un batido de fresa y unas galleticas de chocolate, por favor.— dice Britt— ¿Y tú?— me pregunta.
—Solo quiero un late vainilla.— digo mirándolo.
Al terminar de tomar nuestras órdenes, el mesero se va, dándole paso a mi interrogatorio.
—Bueno, ahora si. ¿Me dirás por qué estas tan feliz?— le pregunto con una ceja arqueada.
—Es que Ethan me llamo ayer y me dijo que se venía a la ciudad a estudiar, y estoy muy emocionada porque lo voy a ver otra vez y de verdad me gusta ese chico.— dice hablando muy rápido.
—Wow, de verdad te tiene que gustar y mucho.— digo sorprendida.
—¿Por qué lo dices?— pregunta confundida.
—Porque tienes que verte Britt, estas sonrojada, y hablas muy rápido. A parte que tienes un brillo en tu ojos que no veía desde... tu sabes— le digo.
—Ya se Emm, de verdad me gusta mucho y sé que no he tenido una relación por miedo a que me pase lo mismo, pero esta vez me daré una oportunidad a ver si soy feliz.— termina sonriendo.
—Oh, y sí que estas feliz.— le digo riéndome— Me gusta verte así amiga.— digo dándole una sonrisa sincera y ella me la devuelve.
Justo en ese momento el mesero trae nuestra orden y mi teléfono suena, lo saco de mi bolso y veo quién llama.
Mamá.
Abro los ojos como plato y recuerdo que no le avise que iba a salir con Britt. Enseguida contesto antes de que se moleste.
—Hola mamá.— digo al contestar, agarrando mi café para empezar a tomármelo, acción que copia Britt pero con su batido.
—¿Dónde estas Emma? Tu padre y yo estamos preocupados. ¿Estás bien? ¿Te ha pasado algo?— dice rápidamente y río.
—Tranquila mamá, estoy con Britt platicando. Ya vamos a terminar y voy para la casa.— digo.
—!Que susto nos diste Emma¡ Te esperamos en casa.— dice más aliviada.
—Ok mamá.— digo y cuelgo.
—Emm, ya que estamos hablando de chicos, cuéntame, ¿qué te parece Matt?— pregunta Britt con una ceja enarcada.
—Bueno Britt, no es como si llevara dos meses conociéndolo.— digo rodando los ojos— pero es atractivo, no podemos negarlo. Y lo poco que hemos hablado se nota que es cariñoso.— digo.
—Sí, es atractivo, pero hay algo de él que no me da buena espina amiga.— dice Britt
Niego riéndome y termino de tomarme mi café.
—Bueno, me voy Britt, mamá me está esperando. Mañana te doy un regalo.— digo parándome de la silla.
—Oye, pero, ¿qué es?— me pregunta con un puchero.
—Mañana veras.— digo riendo.
Salgo de la cafetería, después de despedirme de Britt, y me monto en mi auto, arranco este y me dirijo a mi casa.
Al entrar, me encuentro con mis padres sentados en la sala viendo una película, paso con cuidado tratando de pasar desapercibida, pero como siempre algo tiene que salir mal, me tropecé con una mesita, haciendo que uno de los jarrones favoritos de mamá cayera.
Mis padres voltean rápidamente un poco asustados, mamá se levanta del sillón y camina hasta donde yo estoy, al llegar baja su mirada y cuando ve el jarrón da un pequeño grito.
—Lo siento mamá, de verdad no me di cuenta.— digo juntando mis manos y sintiéndome culpable.
—Tranquila cariño, fue solo un accidente.— dice ella tratando de convencerse y agachándose para comenzar a recoger el desastre.
—Mamá juro que después de que me gradué de la Universidad y trabaje te comprare el mejor jarrón de todos— digo ayudándola a recoger.
—Tranquila hija, no te preocupes.— dice riendo.
Eso es lo que amo de mi mamá que a pesar de todo, ella siempre mantiene la calma. Después de recoger el desastre del jarrón, subo a mi habitación, en lo que entro me tiro en mi cama, que la extrañé como nunca hoy, y aunque quisiera quedarme ahí tirada, me levanto para arreglar el regalo de Britt.
Agarro la bolsa de regalo y la pongo en mi cama, me dirijo a mi armario y de ahí saco las camisas que compre, son de cuadros y por atrás dicen "Los Ángeles", agarro una y la doblo para después meterla en la bolsa de regalo.
Mañana no es una fecha importante, pero Britt y yo siempre nos regalamos camisas iguales para combinarnos, es como otra tradición en nuestra amistad.
Al terminar de envolver mi regalo, lo pongo al lado de mi bolso para que mañana no se me olvide agarrarlo. Al rato mamá me llama para cenar, bajo y me los encuentro sentados esperándome.
Después de pasar una cena entre risas, bromas y recordando mi entrada triunfal, subo y me acuesto ya con mi pijama puesta, me coloco mis audífonos para escuchar un poco de música y justo cuando la voy a prender me llega un mensaje de WhatsApp.
"Espero que tengas buenas noches bonita, sueña con Los Ángeles, hasta mañana. Un beso.
—Matt"
Veo el mensaje y por alguna razón mi pulso se acelera y siento mis mejilla sonrojarse.
Pienso en que responder y lo hago a los segundos.
"Gracias Matt, duerme bien. Buenas noches, hasta mañana."
—Emm
Me quito los audífonos, acomodo en mi cama sin esperar respuesta al mensaje y me pongo a pensar en Matt, y en las sensaciones que estoy sintiendo cuando estoy con él o me habla, hasta que caigo en un profundo sueño.
