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Capítulo siete

Me levanto por el escandaloso ruido de mi alarma, estiro mi mano y la apago. Muy perezosamente salgo de mi cama y me dirijo a mi baño para comenzar mi aseo personal, al terminar de vestirme, bajo rápidamente a desayunar, ya que hoy voy un poco tarde, entro a la cocina y saludo a mis padres, platicamos un poco y me levanto para irme.

Al estar desayunada y lista, salgo de mi casa y me monto en mi auto para dirigirme al instituto. Llego a este y me estaciono, bajo casi corriendo del auto y me encamino a mi aula de clases. Cuando estoy al frente de la puerta, la toco y me abre el profesor con una mirada de reproche.

—Señorita Miller, para la próxima se levanta más temprano.— dice dejándome pasar al salón.

—Lo siento profesor, no volverá a suceder.— ubico con la mirada un puesto vacío y justamente el único está al lado de Matt.

Lástima que no comparto esta clase con Britt.

Me encamino al pupitre y me siento, trato de no prestarle atención a Matt, pero es inevitable, a cada rato lo veo de reojo y por alguna razón, cada vez que lo hago tengo una sensación extraña. En una de mis miradas, el me agarra viéndolo, me da una de sus sonrisas y yo me sonrojo.

Bravo Emma, otra vez quedaste como una adolescente hormonal.

—Una foto te duraría más.— me dice con tono de burla.

—En realidad no te estaba viendo a ti, estaba viendo la ventana.— le digo un poco seca por lo que dijo anteriormente.

El sube sus cejas sorprendido por mi respuesta y voltea a ver hacia la ventana, le agradezco a dios que pusieran esa ventana ahí, vuelve a verme y me sonríe otra vez.

Ya después de esa pequeña charla, sigo mi clase normal, sin prestarle mucha atención.

Al sonar la campana anunciando el receso, me levanto enseguida, recojo mis cosas y salgo con paso apresurado del aula. Busco a Britt como loca por todo el Instituto, hasta que la encuentro en las gradas, hablando por teléfono, subo estas y me siento a su lado.

—Creo que me gusta Matt.— digo de una en lo que me siento, sin importarme con quien habla.

Ella voltea con sus ojos abiertos como platos y la boca tan abierta que por un segundo pensé que le llegaría al piso.

—Te llamo más tarde Ethan, te quiero.— dice colgando la llamada— ¿Cómo que crees?— dice tratando de calmarse.

—Sí, es que no lo sé, no me puede gustar tan rápido y de la noche a la mañana, ¿verdad?— le pregunto.

—Bueno, si se puede Emm, depende de cómo sea esa persona.— dice encogiéndose de hombros.

—Rayos Britt, solo llevo dos semanas conociéndolo, no me puede gustar así, esto me asusta.— digo preocupada.

—Pero, ¿cómo sabes que te gusta?— pregunta casi en un susurro, para que nadie oiga, aunque estamos solas.

—Es que no puedo verlo porque se me acelera el corazón, simplemente no me puede ni rosar porque ya me sonrojo Britt, esto no me había pasado antes.— digo más estresada que antes.

—Bueno amiga, si de verdad te gusta, y él está interesado en ti debes dejar que pase, aunque sabes que si él te hace algo, yo lo mato y después vemos películas y comemos helado mientras hablamos de su muerte.— dice ella sonriendo inocentemente.

—Lo sé amiga, lo mismo le dije a Ethan.— digo abrazándola.

—¿Cuándo?— pregunta medio separándose de mí.

—Digamos que en un momento de descuido tuyo, robe su número y lo llame.— digo con una sonrisa inocente.

—¿Qué le dijiste?— pregunta con sus brazos  en jarras.

—Cosas— le digo con la misma sonrisa— ahora deja tu amargura y mira tú regalo.— digo sacando de mi bolso, la bolsita de regalo y se la entrego.

—Gracias amiga, esta bellísima.— dice abrazándome otra vez al haber sacado la camisa, y yo, como buena amiga, se lo devuelvo.

—De nada, sabrás que yo tengo una igual, ¿no?— pregunto.

—Claro, eso es ley.— dice riendo.

—Te quiero mucho Britt, aunque a veces me colmes la paciencia.— le digo

—Yo también te quiero Emm, aunque a veces seas muy gruñona conmigo.— dice separándose de mí.

Después de hablar un rato más, suena la campana, anunciando que debemos volver a clases. En el camino Britt me dice algo, que de verdad la mataría, si no la quisiera tanto.

—Oye Emm, sabes que los chicos de nuestra sección están anotando en una lista algunas personas para ir el fin de semana a la casa de playa de uno de ellos.— me dice mirando a otro lado.

Esto no suena bien.

—Ajá y... ¿eso qué tiene que ver?— le pregunto temerosa por su repuesta.

—Pues, nos anote en la lista y también a Ethan.— dice mirándome, esperando mi reacción.

—¿Qué?— pregunto gritando y parándome a la mitad del pasillo, causando que algún estudiante me golpeara.

—Si.— me agarra del brazo, haciéndome caminar otra vez— debemos salir, y divertirnos, es el último año, por favor.— dice juntando sus manos en forma de súplica.

—Si Britt, sé que es el último año y bla bla. ¡Sabes que no me gustan las fiestas! !Además no voy a ir de mal tercio!— digo molestándome.

—No vas a ir de mal tercio, va a ir Matt.— dice.

Justo en ese momento iba a abrir la boca para seguir protestando pero la cerré rápidamente al escuchar lo último que dijo, sentí como me sonroje al instante.

—!Rayos amiga! Sí que te debe gustar mucho, mírate la cara.— dice Britt riendo.

Aproveche que ya estábamos en la puerta del salón y entré dejándola afuera sola. Busque un asiento y me senté, a los segundos Britt entró sentándose a mi lado.

—Oye Emm, no te molestes.— dice con un puchero.

Simplemente la ignore, a los segundos llego el profesor y comenzó su clase, la cual pase ignorando a Britt.

El resto del día paso normal, después de haber perdonado a Britt, al igual que el resto de la semana, dando paso al fin de semana, y así a la bendita reunión en la playa.

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En estos momentos me encuentro saliendo con Britt hacia la playa en el carro de Ethan, si, resulta que es mayor que ella por 2 años, yo lo veo igual, con tal de que ella sea feliz.

Ethan pone música para que el camino no sea muy incómodo, aún me pregunto cómo mis padres me dieron permiso... Oh si, Britt los convenció con toda su charla del último año y que no veremos más a nuestros amigos. Sigo pensando en contra de Britt, hasta que Ethan me saca de mis pensamientos.

—Oye Emm, no te molesta que pasemos buscando a mi primo, ¿verdad? Digo, porque va a ir contigo atrás.— me dice.

—No, tranquilo es tu carro, tu puedes montar a quien quieras, así a mí no me guste.— le digo dándole una pequeña sonrisa.

Britt voltea y me ve un poco nerviosa, no sé qué rayos le pasa. Ethan sigue conduciendo y se para como a cuatro cuadras de mi casa, saca su teléfono y llama a su primo avisándole que estamos afuera.

A los minutos sale su primo, lo primero que pensé fue "Vaya, que mala suerte tengo", pues el primo de Ethan es nada más y nada menos que Matt, el chico que por alguna razón me pone los nervios de punta.

Él abre la puerta del auto y cuando me ve se asombra, termina de montarse y saluda a Ethan, quien arranca otra vez, y a Britt, dejándome de última.

—Hola Emm, ¿cómo estas?— me pregunta.

—Bien.— es lo único que le digo, dirigiendo mi mirada a la ventana, al hacerlo me di cuenta de que ya salimos de la ciudad.

A la mitad del viaje siento como me jalan un mechón de pelo, volteo y veo a Matt mirándome de una manera burlona y lo fulmino con la mirada. Al llegar prácticamente me tire del carro.

Observo con la mirada la casa de playa al entrar, es muy bonita a decir verdad. Gracias a dios me toco dormir con Britt y a Ethan con Matt, al terminar de guardar en nuestros cuartos, todos bajamos con los trajes de baño puestos para disfrutar lo que nos quedaba de la tarde en la playa.

Pasamos la tarde entre risas, bromas, un Ethan celoso por como veían a Britt y yo con ganas de matar a Matt ya que hoy se estaba luciendo con sus bromas en contra mía. Al terminar la tarde y empezar a meterse el sol, decidimos hacer una fogata.

Los chicos se encargaron de prenderla, mientras las chicas nos encargábamos de la cena y las chucherías. Doy gracias a que no es un grupo tan grande.

Salimos ya con todas las cosas listas y los chicos ya tenían todo preparado afuera, cada uno agarro un asiento, y empezaron a cantar, algunos bailaban o simplemente estaban abrazados, como Britt y Ethan.

En estos momentos me hace falta un novio, yo solo los observo a todos, hasta que siento una presencia a mi lado, giro mi rostro y me encuentro con Matt.

—¿Puedes venir conmigo?— me pregunta tendiéndome su mano.

—¿A dónde?— pregunto con desconfianza.

—¿Confías en mí?— me pregunta.

—En realidad no— digo medio riendo.

Mi parte loca me decía que fuera, que me arriesgara, pero la otra parte, la sensata me decía que me quedara ahí. Pero creo que hoy ganó mi parte loca.

—Por favor.— dice con un puchero.

Dios, que bello se ve así.

Me levanto dándome por vencida, al hacerlo Britt me ve interrogante, le señalo a Matt y levanta los dos pulgares cuando este no nos está viendo.

Camino detrás de Matt y me doy cuenta de que nos dirigimos a unas rocas que están un poco alejadas de la fogata, al llegar a estas nos sentamos mirando al mar.

—Y...— digo tratando de romper el silencio.

—Tal vez pensaras que estoy loco por lo que voy a decir.— dice él con su vista al frente, yo en cambio volteo a verlo.

—¿Por qué?— pregunto algo nerviosa.

—Es que...— se queda unos segundos callado pensando— me gustas, y tal vez te parece algo loco por que nos conocemos hace dos semanas, pero de verdad me gustas.— dice viéndome.

En esos momentos quede en completo shock, que duro algunos minutos, no tenía la menor idea de que decirle, justo me acorde de las palabras de Britt.

"Bueno amiga, si de verdad te gusta, y él está interesado en ti debes dejar que pase..."

"Debes dejar que pase."

Eso era lo que repetía mi mente, y pensé en darme una oportunidad con Matt, debería hacerlo.

Suspiro y volteo a verlo, y por su cara sé que está esperando mi respuesta.

—¿En serio? ¿No me estas tomando el pelo?— pregunto con algo de desconfianza, pero dentro de mi tenía a un circo completo bailando.

—No, nunca lo haría. De verdad me gustas y quisiera tener algo contigo.— dice entrelazando nuestras manos.

Observo nuestras manos juntas. Debes dejar que pase, suspiro una vez más y subo mi mirada. A lo lejos veo a todos bailando y riendo.

—Ok... pero creo que tenemos que tener citas, ¿no?— pregunto.

No tengo ni idea de como dije eso si soy un manojo de nervios.

—Eso quiere decir que...— dice, esperando a que yo complete la oración.

—Eso quiere decir que te daré una oportunidad, pero no la desperdicies.— digo sonriendo de lado.

Sin previo aviso jalo mi mano, que aún seguía entre las suyas, haciendo que me parara de la roca en la que estaba sentada. Al parame me jalo pegándome a su cuerpo, juro que podría morir en este momento.

—De verdad, no te defraudare. Gracias por esta oportunidad.— dice mirándome a los ojos.

—Eso espero.— digo nerviosa por la cercanía.

Veo que se va acercando y sé que va a pasar lo que tanto he deseado desde hace unos días.

Él termina de acercar su rostro y une nuestros labios en una presión suave y dulce.

Sé que esta noche no dormiré pensando en esto.

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