#3 La contraseña
Lo que ví en los próximos minutos, fue a Mariel entrar con una pila de documentos en sus manos a la sala de reuniones.
- Alma, Necesito que revises estás facturas. Hay algunas que no están completas : esas debes separarlas . Las que están bien, quiero que las cargues en el sistema de este computador.
Me señaló un computador en un escritorio cercano.
-Bien...Mariel. Estoy... realmente agradecida por el empleo...pero ...siquiera hemos discutido las condiciones laborales y...
-¡Cierto! ¡que tonta soy!...¿Cuánto quieres ganar?
Esa pregunta me desconcertó. ¿Realmente Mariel me estaba preguntando en serio?
-Yo...no lo sé...no sé cuánto cobra un ayudante.
-Te pagarán el doble. Averigua después. Alma! por dios estoy desesperada empieza ahora!
Y como un rayo me lancé sobre la documentación con apenas tiempo de pensar en aquella conversación con Mariel. Ella salió casi corriendo de la sala dejándome sola.
Empecé a separar los documentos. Algunas facturas realmente estaban mal
"¡Dios que desastre!" Pensé para mis adentros.
La clasificación de facturación fue rápida. Mi experiencia en la universidad y algunos cursos me hicieron hábil. Luego me puse de pie. Fui al computador.
Lo encendí. Pero me di cuenta que tenía una contraseña que Mariel no me había dado.
"Demonios" Murmuré.
Me puse de pie. Debía salir de la sala y buscar a Mariel. No podría continuar con mi trabajo.
Salí al pasillo y al final había varias puertas.
Los nervios me invadieron de inmediato, y me ví sudando más de la cuenta.
Caminé lentamente...
"Tranquila alma...solo es buscar a Mariel ..ella ha sido amable, no se enojará por que hayas salido de la sala..."
Entré a una oficina grande. No había nadie.
Oi pasos atrás...me di vuelta...
¡PUM!
-¡qué demonios...! ¿¡Quien carajos eres!?
Al darme vuelta, había chocado contra un hombre que estaba entrando en la oficina. Apenas llegaba a sus axilas en altura.
Lo miré. Era realmente atractivo, su caro traje envolvía un físico atlético impresionante. Tenía el cabello bien negro y los ojos más oscuros que haya visto en mi vida. Su mirada era penetrante y seria.
-Yo...lo siento....
Ese hombre me observaba..pero no a los ojos. Me miraba directo al busto.
Mire instintivamente hacia mi pecho. Los botones superiores se habían desprendido con el impacto.
Sentí como su mirada se fijaba en mis pechos descaradamente.
Crucé mis brazos queriendo taparme , y eso pareció desviar la atención del apuesto hombre que ahora me miraba con una expresión indescifrable.
-¿qué demonios haces en esta oficina...?
Murmuró casi en un susurro.
-Lo lamento...yo solo buscaba a Mariel...soy la nueva asistente y...
-¿Tú? ¿La nueva asistente?
Esa frase hizo que cayera de nuevo en mi pozo de depresión e inseguridad. Seguramente ese hombre apuesto estaba preguntandose como era posible que semejante gorda horrible fuera la nueva asistente del CEO.
-Si...soy yo.
Dije altiva, sosteniendo la mirada.
-Vaya ...que sorpresa.
-¿Y que le sorprende? ¿Esperaba una maldita modelo o qué?
El hombre cambió su expresión..Se volvió más dura .
-Al menos esperaría que no fuera tan atrevida con su nuevo jefe, y que no anduviera mostrando sus partes por la oficina.
Miró nuevamente descaradamente a mis pechos.
El mundo se me vino al suelo. El hombre de unos cuarenta años que choqué y prácticamente insulte en la oficina era mi nuevo jefe el CEO de la compañía.
-Demonios...
Murmuré muy bajo.
-¿Que dijiste?
-¡No! es decir, lo siento tanto....yo solo buscaba a Mariel....
-Me imagino...señorita??...
-Alma. Alma heaven.
El hombre extendió su mano sin cambiar su fría expresión, para saludarme.
-Soy Enzo Mesler, CEO de esta compañía.
Extendí la mano para devolver el saludo, y la tomó con tanta suavidad pero con tanta firmeza que me hizo estremecer. Su mano casi envolvía por completo la mía, y en ese momento la diferencia de altura se hizo más evidente.
Me miró a los ojos. Esos ojos negros eran tan penetrantes que me costaba sostener la mirada.
-Mariel debe estar muy desesperada....
dijo sin soltarme la mano.
Mi rostro se puso rojo como un tomate. ¿ Acaso él se estaba refiriendo a mi aspecto?
-¿Qué quiere decir...?
Pregunté esperando la respuesta que apuñalaría mi maldita autoestima.
-Que ni siquiera me ha consultado para contratar otra asistente. Supongo que debe ser más que necesario...en este caso te doy la bienvenida.
Enzo apretó más mi mano y continuó diciendo:
-No me gusta que me molesten en mi oficina si no es algo estrictamente urgente...No recibo llamadas por cualquier motivo...y en cuanto a mis preferencias...pregúntale a Mariel.
Ahora vete ya mismo.
Solté su mano y me lleve la mía al pecho para sostener la camisa desprendida .
Enzo continuó mis movimientos con su mirada que me hacía sentir desnuda.
Casi tropezando salí corriendo de esa oficina mientras sentía su mirada clavada como cuchillos en mi espalda.
Doble en el pasillo para volver a la sala de reuniones que me había dejado Mariel y cuando estaba llegando la Vi dentro esperándome.
-¡Alma! ¿Dónde demonios estabas?
-Mariel...fui a buscarte, necesito la contraseña y yo ..conocí al señor Enzo...
-Rayos...y ...¿te ha dicho algo malo?
-No...supongo...! Solo se presentó y me dijo que no le gusta que lo molesten en su oficina y casi nada más.
-Supongo que le has caído bien entonces, suele ser muy grosero con la gente nueva. Ya te explicaré todo mientras ordenamos estás facturas. Por cierto, ¿Que te pasó en la camisa?
-Un accidente...
-Traeré aguja e hilo. Mientras, empieza a cargar las facturas en el computador. Traeré café también.
Mariel estaba por salir de la habitación a toda prisa casi sin darme tiempo a reponer palabras.
-¡Mariel! , ¡Espera! Necesito que me pases la contraseña del computador, ¿cómo cargaré las facturas sino?
-¡oh, que tonta soy! Cierto que por eso saliste de la sala. Bueno busca dónde anotarla bien donde no se te olvide.
Busque un pequeño cuaderno de mi carterita y saque un lápiz para tomar nota.
Al ver esto, Mariel casi en la puerta dijo
-La contraseña es : Enzoelpollas
Levanté la vista buscando la mirada de broma. Pero no ocurrió. Mariel salió cerrando la puerta.
"Demonios, si se entera el jefe estamos muertas" pensé.