Librería
Español
Capítulos
Ajuste

VULNERABLE

Capítulo 3

Sara se esconde en la habitación de cambio de las enfermeras. Su corazón late acelerado mientras se toca los labios. Cole le gusta, es algo que no se puede permitir sentir, pero también representa una salida del acoso de Thompson.

—¿Estás segura de irte a trabajar con él? Es un patán con todas las enfermeras, un amargado —comenta una enfermera, celosa, intentando persuadirla.

—Es mi deber cuidar de mis pacientes, sin importar su carácter. Aún no decido si aceptar —responde Sara.

Camina por el hospital, consciente de que esta decisión cambiará su vida. El salario es alto, solucionará algunos de sus problemas económicos y se alejará de su pesadilla. Solo debe ser más fuerte que sus sentimientos por Cole. Parece que él ha venido a sacudir su mundo.

Thompson la jala del brazo y la arrastra a su oficina, furioso.

—¡No puedes renunciar a este hospital!

Los ojos del director médico, desorbitados y llenos de rabia, la hacen temblar. Sus dedos dejan marcas en los delicados brazos de la joven.

—No puede detenerme —Sara intenta soltarse.

Thompson la empuja hacia su sillón de cuero.

—¡No te irás!

Sara, aturdida y asustada, no sabe cómo reaccionar. Thompson intenta despojarla de su ropa en medio de gritos y confusión.

Henry escucha el alboroto, entra y empuja a Thompson, salvando a la joven, que huye despavorida.

—Aquí no pasó nada, Henry —dice Thompson con frialdad. —No olvides la negligencia que cometiste con Cole Tuler. Un hombre como él podría acabar con tu carrera.

Henry siente la amenaza. En su intento por salvar a Cole, cometió un error que ha condenado a uno de los CEO más poderosos a permanecer en silla de ruedas.

—Me tienes en tus manos, pero no permitiré que le hagas daño a una mujer. ¡Aléjate de ella!

En una esquina de los largos pasillos, Sara llora acurrucada, odiando sentirse vulnerable. Zack la encuentra.

—¿Estás bien? —pregunta, ayudándola a levantarse.

—No se preocupe por mí. Estoy lista para irme con ustedes, señor Zack —sonríe, fingiendo estar bien.

—Llámame Zack —responde con una sonrisa coqueta. La eligió como enfermera de su hermano porque se siente atraído por ella.

---

El regreso a casa es más difícil de lo que Cole imaginó. Recuerda todo lo que perdió: su vida exitosa. Su corazón se llena de amargura.

Al llegar, Sara intenta ayudarlo a acostarse, pero él la empuja con brusquedad.

—¡No quiero que me ayudes! ¡No soy un inválido!

Sara lo jala del brazo, obligándolo a aceptar su ayuda.

—Estoy aquí para ayudarlo, le guste o no. Soy su enfermera, y es mi deber.

Cole se sorprende por su firmeza. Le agrada y sonríe levemente.

—Enciende el televisor y déjame solo.

Sara obedece. Zack se disculpa por la actitud de su hermano.

—No es así. Solo está enfrentando algo que no puede tolerar. Su perfección se esfumó.

—Quiero ayudarlo. Cole volverá a ser el de antes —sonríe Sara.

—No quiero que sea el de antes —Zack toma la mano de la mujer que se aleja de él.

—¿Por qué dice algo así? —Sara abre los ojos.

—Porque dejaría de verte. Acabas de llegar a darle luz a esta casa —Zack sonríe coqueto.

De repente, Cole grita desde su habitación.

—¡Apaga el televisor!

Sara corre y lo encuentra lanzando objetos contra la pantalla. En las noticias aparecen Marian y Kevin anunciando su compromiso. Los dos se casarán en un par de días.

Sara entiende lo que sucede, apaga el televisor y lo abraza.

Cole se deja abrazar. Vulnerable, llora y, en un instante, sus miradas se encuentran.

—Está en sus manos luchar o dejarse vencer —dice Sara, tomándolo de las manos. Hay una conexión especial entre ellos. —¿Va a dejar que ellos ganen? ¿Que le hagan daño?

Cole niega con la cabeza. Necesita ser el hombre fuerte que es capaz de enfrentar a sus enemigos.

---

Mientras tanto...

Marian finge felicidad junto a Kevin. El hombre siente que toca el cielo con las dos manos, no solo por tener a Marian a su lado, sino porque en ausencia de Cole ha logrado quitarle varios negocios.

Ella, impulsada por su madre, intenta ser la novia perfecta, pero todo es una mentira disfrazada de joyas y lujos.

En el baño de su lujosa casa, espera el resultado de una prueba de embarazo. Suena la alarma: positivo. Marian está esperando un hijo del amor de su vida, el primogénito de Cole.

—Debemos solucionar esto rápido —Irma, su madre, no quiere perder lo que han logrado.

—No voy a perder a mi bebé —Marian niega con la cabeza. Es lo único que le queda de su amor.

—Si no quieres perderlo, sé más astuta. Engaña a Kevin y hazle creer que es suyo. Es tu única opción.

Marian asiente. Necesita escuchar la voz de Cole. Lo llama.

—Aló —responde él, seco, dejando su libro sobre la mesita.

—Quiero hablar contigo. Cole, sé que me amas y mereces una explicación.

—¡Déjame en paz!

—Escúchame, por favor…

Sara entra con la cena y escucha la conversación. Toma el teléfono de Cole y dice:

—Por favor, déjalo en paz. Ahora está conmigo y somos felices —cuelga.

Cole la mira sorprendido.

—¿Por qué lo hiciste?

—Porque por ella usted no quiere luchar. Ha perdido la ilusión de vivir. Sinceramente, es un cobarde y un estúpido.

—Soy tu jefe. No puedes hablarme así.

—Usted es más que dos piernas, pero no quiere darse cuenta. Si por esto me despide, lo entenderé.

—Hablas con ligereza. Nunca has vivido nada trágico.

—No sabe nada de mi vida, pero sigo luchando —responde Sara antes de salir y cerrar la puerta de un portazo.

---

Al otro lado de la línea…

Marian enloquece al escuchar la voz de otra mujer.

—No puedo perderlo —llora.

Irma entra. Ha escuchado todo.

—Lo mejor es que te deshagas de ese bebé, cortar los lazos con él.

—¿Tú harías eso? ¿Deshacerte de tu bebé? —pregunta Marian, impactada.

Irma se aleja, recordando a la hija que abandonó por casarse por conveniencia. La misma que terminó en un orfanato mientras ella la olvidaba.

Descarga la aplicación ahora para recibir recompensas
Escanea el código QR para descargar la aplicación Hinovel.