ENEMIGO EN CASA
Capítulo 4
Irma fuma un cigarrillo mientras repasa sus recuerdos desde la ventana de su habitación. Las cosas no han sido nada fáciles para ella y espera que Marian no pase por los mismos tormentos.
No se arrepiente de nada.
—Olvídate de Cole, es una orden.
Cree que puede dominar los sentimientos de su hija, pero Marian no puede sacarse de la cabeza a su primer amor.
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Mientras tanto…
Sara le da un baño a Cole. Él se siente nervioso al tener tan cerca a la enfermera que toca su piel.
—¿Por qué haces esto? Soy un caso perdido —aún siente que se hundirá en la amargura de su destino.
—No lo dejaré ahogarse, estaré con usted paso a paso.
Aquella promesa de Sara era un pacto: no se iría hasta ver recuperado a Cole.
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Pasan dos meses…
Sara se ha convertido en un pilar para la familia. Es quien impulsa a Cole a seguir adelante, aunque él la trata con dureza y desquita su rabia con la única que parece tenerle paciencia.
Entre los dos existe una atracción evidente, tan fuerte que, al verse, sienten cómo el corazón del otro late al mismo ritmo del propio.
La ternura de Sara empieza a descongelar el frío corazón de Cole, pero Zack también se siente atraído por ella y desea conquistarla.
—Quiero que esta noche cenes conmigo, me gustaría agradecerte todo lo que has hecho por mi hermano —es una simple excusa para acercarse más a ella.
—No creo que sea prudente. Me gusta mantener la línea entre lo personal y lo laboral. Me alegra que valore mi trabajo, y un simple "gracias" es suficiente —Sara se siente incómoda con Zack.
Desde hace unos días, ha notado que la mira con deseo.
Además, se siente insegura en la mansión. Cada noche cierra con seguro su puerta, pero al despertar, se da cuenta de que alguien lo quitó y la puerta está abierta.
No se va de aquella mansión por su promesa con Cole, pero la actitud de Zack le incomoda.
—Yo sí creo que es prudente —Zack la toma de la mano—. No tiene nada de malo —sonríe.
Sara saca de su bolso una carpeta.
—Encontré una posible cirugía para Cole, es un procedimiento que ha tenido éxito en el 70 % de los casos y se realiza en Europa —Sara ha investigado todo lo posible sobre la condición de Cole; quiere ayudarlo.
El hombre suspira.
—Esta noche, en la cena, puedes contarme todo. Te compré un vestido y lo dejé en tu habitación. Si este tema es importante, solo lo hablaremos en la cena —sonríe mientras le da un beso en la mejilla.
Sara accede. Necesita que él escuche su propuesta, que puede ser beneficiosa para la salud de su paciente.
Se coloca el vestido rojo que Zack dejó en su cuarto, junto con algunas joyas. Se mira al espejo, es otra mujer.
Zack quiere disfrazarla para que luzca bien en el restaurante y no avergonzarse de salir con una enfermera.
Al llegar al restaurante, Zack se siente satisfecho al notar las miradas de todos sobre la mujer que lo acompaña.
Sara parece una dama de alta sociedad. Él la toma de la cintura, disfrutando de la admiración de los demás, pero ella solo está interesada en el motivo de la cena.
—Este procedimiento puede ser de gran ayuda para Cole. Sé que, si se somete a esa cirugía, podrá caminar, pues su estado físico es saludable.
—No lo voy a hacer —aclara Zack de inmediato mientras toma su copa de vino—. Espero que no le hables de esto a Cole. Es un hombre muy bueno, pero su mente es débil. Las finanzas de la familia no son lo suficientemente buenas para costear algo tan caro, y hay un 30 % de posibilidad de que falle —su tono cambia de inmediato; se nota molesto.
Sara baja la mirada al plato. Zack miente. Lo ha visto comprar autos de lujo y ropa de marcas exclusivas. No es el estilo de vida de una familia en quiebra.
Sin embargo, coincide en que, si la cirugía falla, Cole caerá en depresión, y su trabajo de estos meses será en vano.
La cena es incómoda y silenciosa. Zack intenta conquistar a Sara hablando de su vida extravagante, pero solo logra aburrirla.
De regreso a la casa, Sara intenta ser cortés.
—Gracias por la cena —intenta bajarse del automóvil, pero Zack la detiene tomándola del brazo.
—Por lo menos dame un beso —intenta besarla a la fuerza, pero Sara le da una cachetada. Zack abre los ojos, furioso.
—Dejemos esto así. Yo voy a olvidar este malentendido —dice Sara con enojo mientras baja del vehículo.
Sube a la habitación de Cole para su ronda nocturna.
Cole sabe de la cita y se enfurece, pero intenta disimular sus celos.
—¿Por qué saliste con mi hermano? ¿Te gusta? —pregunta con su voz llena de rabia.
—Solo me invitó a cenar y acepté. Quería proponerle algo, y creo que debo ser sincera con usted, hay cosas que no me gustan de su hermano.
Sara decide contarle sobre la vida extravagante en lujos de Zack y sus sospechas sobre que no está manejando bien la economía de Cole.
—Gracias por la información —Cole se siente perturbado y golpea la cama. Conocía a su hermano, y siempre su irresponsabilidad con el dinero causó problemas entre los dos.
Siempre fue un despilfarrador.
Sara se disculpa por traerle preocupaciones y se despide para descansar.
—Hoy te ves muy hermosa —susurra Cole mientras le guiña un ojo antes de que ella se vaya. Sara se sonroja.
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Muy temprano, Cole llama a su abogado y amigo, Noah Burns. Necesita recuperar el control de su dinero, pero el hombre es muy claro.
—Tu hermano logró que te declararan incapaz de manejar tus finanzas. Se ha hecho con el poder de muchas de tus inversiones. Creo que lo mejor es que nombres a otro familiar… pero ya sé que no tienes a nadie.
—¿Y si me caso? —pregunta Cole.
—¿Volviste con Marian? —pregunta el abogado con un atisbo de felicidad por su amigo, a quien quiere como a un hijo.
—No, pero solo responde —Cole necesita saber más sobre esta opción.
—En ese caso, tu esposa pasaría a ser tu tutora legal y, por ende, la encargada de tu dinero —responde Noah.
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Amanece…
Un hombre llega a la casa y pregunta por Zack. Se presenta como Rodrigo.
—¡¿Qué haces aquí?! —exclama Zack mientras lo jala del brazo y lo lleva al estudio.
—Vengo por lo mío. No me has pagado mi trabajo —dice Rodrigo, alterado.
—¿Crees que soy un estúpido? Sé perfectamente que tú no fuiste el sicario que hizo estrellar a Cole, que ese día alguien se te adelantó. Alguien que odia a mi hermano tanto como yo —suspira.
