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- Debe estar realmente desesperado por ir tras dinero que no es seguro, reúnete con algunos de los accionistas esta tarde con Lindsay. - dije cerrando la carpeta.
- Hay una cosa más, señor. - añadió reticente y yo lo miré. - La señora Shark está abajo esperando para hablar contigo .
- ¿Es así como le gusta que la llamen ahora? - sonreír. - Bajemos entonces, tengo curiosidad por las palabras de Shark .
Lucio llamó al ascensor cuando salimos de la habitación y me metí las manos en los bolsillos después de mirar el reloj para ver cuánto tiempo tendría para escuchar las tonterías de esa mujer a la que una vez llamé madrastra. No tardé mucho en llegar a la planta baja y me dirigí al café donde ella me esperaba.
- Yo no tengo mucho tiempo. - Seguí adelante mientras me sentaba y la mujer me miró quitándose los lentes de sol y le pedí un café esperando a que comenzara el tema.
- Ya estaba pensando que no me recibirías. - comenzó y la miré entrelazando mis manos en mi regazo recostado contra el cómodo sofá.
- Realmente quería evitar esta desagradable visita. - Suspiré, volviendo a consultar mi reloj y me alejé para dejarle espacio a la mujer que estaba poniendo mi café en la mesa.
- Por supuesto que lo sé. - sonrió. - Cuando tu padre te dijo que había vuelto casi no lo creí.
- ¿Y qué imaginaste? - Pregunté instigado.
- Cualquier cosa menos que tú nos traería tal dolor de cabeza. Suspiró, visiblemente irritado.
- Ya sabes, es natural. Cuando no te deshaces de las cosas correctamente, siempre vuelven para atormentarte. - sonreír.
- Si tanto lo deseabas, podrías haber vuelto a casa, vivir con tus hermanos. – disparó haciéndome casi escupir mi café en medio de la risa.
- No son mis hermanos. - dije y Laura suspiró. - Son tus hijos y el tercero es el hijo que tuviste con mi padre, pero a ninguno de ellos me gustaría llamar mi hermano.
- Andy , estoy tratando de entenderte, tratando de darte la comodidad que deseas.- dije y sonreí, colocando la taza casi vacía sobre la mesa.
- Soy una persona muy ocupada, así que por favor no me busques más para decir tonterías, no quiero escuchar tu voz a primera hora de la mañana. Sonrío mientras me pongo de pie. - Hasta luego Laura, manda un abrazo a tus hijos.
-¡Andy ! _ - me llamó cuando comencé a salir y me giré mirándola.
- Ya dije que soy un hombre ocupado, ya no tengo tiempo para escucharte hablar.
Después de algunas horas en la empresa, llegó la hora del almuerzo y Lúcio preparó el auto para llevarme de regreso al hotel. Revisé mi teléfono una vez más y me recliné en el asiento tomando una respiración profunda.
- Sigo insistiendo en que descanses un poco. - habló Lucius y yo resoplé abriendo los ojos.
- ¿Como si no me dejaras hacer esto? Pregunté y él negó con la cabeza.
- ¿Qué esperas del almuerzo de hoy?
- No lo sé Lucio, Janet es una mujer testaruda, tengo curiosidad por escuchar tus objeciones.
- Diría que es una persona de opinión. Murmuró y cerró los ojos.
- Testarudo. - Dije terminando esa conversación.
Me alisé el cabello fuera del taxi y miré la fachada del enorme hotel frente a mí. Tomé exactamente tres respiraciones profundas antes de comenzar a contar mis pasos hacia el restaurante del hotel.
Estaba a punto de conocer a una de las personas que más odiaba últimamente, pero aun así quería dejar en claro que no lo iba a ayudar con esto, no me iba a involucrar en su ridícula venganza.
Me acerqué a la mesa y Andy me miró fijamente sin quitarse las gafas de sol.
- ¿Te quedarás ahí? - Preguntó poniéndose las gafas en la nariz y mirándome por encima de ellas. - No tengo todo el día para ti .
- Parece que crees que eres la persona más ocupada del mundo. - dije tratando de mantenerme firme y me senté poniendo la bolsa en mi regazo.
- Tal vez lo sea. - dijo mirando el menú y riéndose con sarcasmo.
- Vine a dejarte claro que no dejaré que me amenaces.
Andy me miró quitándose los anteojos y se notó su mirada cínica y una breve sonrisa levantó levemente su labio superior.
- ¿Entonces puedo hacer lo que quiera con la carrera de tu novio? Continuó, manteniendo su tono sarcástico.
- Haré lo que pueda si prometes no hacer nada contra Tony. - Dije y Andy me miró fijamente durante unos minutos en silencio. - Pero no me ensuciaré con tus cosas.
- ¿Mis cosas? preguntó recostándose en la silla. - Parece que no estás entendiendo tu posición real en esta situación.
- No te ayudaré a acabar con la empresa de tu padre. - dije y Andy sonrió.
- Está bien, puedo dejarte fuera de esto, pero no olvides que ahora tengo poder sobre ti. - Dijo levantándose y sonriendo arreglándose el traje. - Asegúrate de agradecer la impulsividad de tu novio por esto.
Suspiré reclinándome en la silla y tomé un generoso sorbo de agua, parece que me haría odiarlo mucho más de lo que ya lo odiaba ahora.
La sala de reuniones ya estaba ordenada y, poco a poco, los miembros de la junta fueron tomando sus lugares, esta reunión no solo decidiría sobre un producto simple, sino un producto que salvaría a la empresa de una quiebra inminente.
Andy fue el último en llegar acompañado de su secretaria, tenía una expresión tranquila y solo sonrió al pasar junto a mí.
Acomodé las tazas en el carrito y entré al salón con Susana quien repartió la bebida a cada uno.
- Sabía que no tardaría mucho en encontrar otro defecto. - El Sr. Raymond sonrió mirando a su hijo en el otro extremo de la mesa y Andy se encogió de hombros.
- Particularmente creo que estoy cuidando la imagen de la empresa, que pena que una empresa como Shark lance un producto tan mal hecho. - sonrió.
- También estamos en contra de lanzar el producto de esta manera. - uno de los accionistas manifestó aumentar la satisfacción de Andy . - Hemos perdido mucho dinero hasta ahora, y de esa manera solo vamos a perder más.
- Yo entiendo. - Dijo el Sr. Raymond, mostrando una sonrisa tan confiada como la de su hijo, dejándome aprensiva. - Como nadie más, amo esta empresa, es un imperio que construí junto a mi familia, y estoy de acuerdo, esto no está siendo un trabajo al nivel que siempre entregamos.
- ¿Y qué piensas hacer ahora? ¿Declarar bancarrota? preguntó Andy con arrogancia.
- Fue con eso en mente que me tomé la libertad de trabajar en un plan de ventas mucho mejor. - dijo haciendo una seña y comencé a entregar los papeles tal como me dijeron. - Este plan cumple mucho más con los objetivos de la empresa con este nuevo producto.
Continuó hablando mientras terminaba de entregar los papeles y dejé el último frente a Andy quien lo tomó sin mirarme.
- Pero el embalaje sigue siendo un problema. - señaló otro accionista mientras Andy leía el periódico en silencio.
- Como algunos de ustedes sabrán, mi hijo Philip es un diseñador talentoso y ahora se une al equipo de Shark . - sonrió desviando la atención de Andy y Philip Shark entró en la habitación con una sonrisa confiada. - Diseñó un nuevo empaque para nuestro producto, que muestra nuestra identidad y la sutil belleza que queremos mostrar.
Recogí las nuevas hojas con el nuevo diseño que definitivamente era mejor que el inicial y las caras de los accionistas se relajaron y emocionaron mientras Philip explicaba sus inspiraciones para su creación.
- El diseño ya está en la fábrica y podría comenzar a producirse hoy si todos están de acuerdo. - Sonrió sentándose y Andy lo miró.
- Impresionante, tengo que admitirlo. - dijo recuperándose. - Estoy deseando que llegue este lanzamiento ahora mismo.
- Te lo dije hijo mio. - sonrió sarcásticamente. - Shark no irá a la quiebra. - aseguró mientras los accionistas terminaban de firmar y salían de la sala, dejando solo a Andy , Philip y Raymond.
- ¿Cuándo lograste hacer todo esto? preguntó, tratando de mantener su tono alegre.
"Si bien la señorita Janet lo ocupó amablemente con el almuerzo, él no sabe cuánto vale la pena tener empleados leales y confiables". - dijo saliendo de la habitación con su hijo .
El silencio llenó la habitación y yo permanecí en mi asiento. De hecho, Raymond me había pedido que estuviera con Andy en el almuerzo, eso lo distraería lo suficiente como para no notar nada nuevo.
Le había dejado claro que no lo ayudaría, clara la importancia de esta empresa para mí.
- Fue un paso muy arriesgado señorita Janet, tal vez demasiado arriesgado. - murmuró Andy aún sentado mirando los papeles frente a él.
- Te dejé claro que no estaba de tu lado. - suspiré, apretando mis manos y Andy levantó la cabeza para mirarme.
- Parece que finalmente conoceré a alguien a quien puedo odiar tanto como odio a ese viejo. - Sonrió irónicamente y se levantó agarrándose a la mesa de al lado .
-Andy . _ – grité acercándome pero antes de alcanzarlo para mi sorpresa cayó al suelo inconsciente. -¡Andy ! _ - Me arrodillé acercando su cabeza a mi regazo y Susana entró corriendo a la habitación tras mi grito .
- ¿Qué sucedió? preguntó, viniendo en nuestra ayuda.
- Llame a una ambulancia, se desmayó. - dije tocándole la cara fría. - ¡Rápido!
- Estoy llamando. - Dijo Susana tomando el celular y pronto una multitud de curiosos se reunió en la habitación mirando a Andy tirado en el piso.
- Susana , saca a esta gente y cierra la puerta. - le pregunté cuando ella se agachó a mi lado de nuevo.
Mi amigo rápidamente despidió a los espectadores que gritaban y cerró la puerta de la sala de conferencias.
Miré a Andy en mi regazo, se veía pálido, se veía tan concentrado en esta estúpida venganza que ni siquiera se estaba cuidando a sí mismo.
De camino al hospital recuperó el conocimiento durante unos minutos, pero luego se desmayó de nuevo, lo que me preocupó aún más.
Al rato lo llevaron a urgencias y yo me quedé afuera con Lucio que se veía tan nervioso como yo.
Lo mismo despotricó por teléfono cancelando todas las citas que Andy aún tendría hoy, y media hora después apareció el médico.
- Lo están trasladando a una de las habitaciones del ala VIP, ahora está durmiendo. - declaró. - Su cuerpo se derrumbó por el agotamiento, parece que no ha estado siguiendo las recomendaciones médicas, ¿no es así Lucio? preguntó, pareciendo ya saber sobre el caso de Andy .
- No doctor, lo intento, pero no puedo hacer mucho. - dijo suspirando.
- Mucha medicina, poco descanso y mucho estrés, si no se detiene su cuerpo lo detendrá. – advirtió el doctor saliendo y miré a Lucius confundido.
- ¿El está enfermo? - Yo pregunté.
- Problemas que inevitablemente te traería una vida de estrés, amargura y terquedad. - solo dijo, dándome el número de la habitación antes de irse.
Sí, tal vez en una vida dedicada a hacer daño a los demás, terminó haciéndose daño a sí mismo.
