Capítulo 3
Mery no le dio importancia a lo que yo le había respondido, en fin no le interesa nada de Jeremy, pero sentía que emanaba un misterio entre ambos. Cuando llego al aula ya Jeremy estaba ahí sentado solía llegar temprano.
—Buenos días —me saludó Jeremy.
—Buenos días —le respondí.
— Olvidé decirte que habría que traer un informe hoy —se acordó Jeremy, lo había olvidado el día anterior decírmelo.
—Que mente la tuya —le contesté.
Se echó a reír y pensé de que se burlaba de mí.
—En verdad lo siento yo no hice nada —me dijo con las dos manos juntas sobre la mesa.
—Ahora entiendo porque no me dijiste nada porque no te interesaba —le recriminé, me miró con cara de ya sabía que ibas a decir eso.
De pronto entra Mery y se ubica en su lugar como de costumbre. A Jeremy se le iluminaron los ojos cuando la vio, su mirada siguió cada paso que ella daba cada movimiento y para mí era inevitable el no sentir celos.
Luego le di con mi palma izquierda a su espalda. Él entendió el mensaje pero seguía y eso le enfureció más y decidí quedarme quieta y callada. Mientras que él miraba muy enamorado a Mery yo ardía de rabia y celos en silencio. Y así pasó la clase cuando se terminó la clase Jeremy intento buscarme conversación pero yo le decía cortas frases.
Al llegar a mi apartamento me tumbé en el mueble, quedé completamente dormida, a las 2 horas y algo me despertó el timbre de mi apartamento, me levanto soñolienta a abrir la puerta cuando abro era Alexis quedé con la boca boquiabierta, yo no le había dado ninguna dirección.
—¿Alexis tú aquí? ¿Cómo llegaste? —le pregunté sorprendida.
—Sorpresaaa, Susan me dió tu dirección me contestó sonriendo.
—¿Por qué viniste? —le pregunté.
—Me pareció muy corto el tiempo que pasamos en Lérida, en pocas palabras quiero pasar más tiempo contigo —me respondió, veía como le brillaban los ojos al verme, tenía una mirada tierna y dulce.
—Ven entra no te quedes ahí parado —le invité a pasar adentro.
Este se sentó en el sofá próximo.
—¿Recibiste un regalo aquí en tu apartamento? —me preguntó, me sorprendí aún más y me emocionó.
—Ay, gracias no tenías que haberte molestado —le contesté sonriente.
—De nada guapa —me dijo.
—Todavía no puedo creer que estás aquí —le comenté.
—Créelo, no estás soñando, vamos a salir andar —se levantó de inmediato y me tomó de un brazo.
—Ven —me dijo, yo accedí y me fui con él, nos dirigimos a un lugar nocturno a tomar algo y a bailar.
Una vez ahí disfrutamos de la música y la bebida. Me olvidé del tiempo y de que tenía clases el siguiente día. Nos quedamos hasta que cerraron el lugar cuando salimos del centro nocturno tuvimos una pequeña charla antes de partir.
—¿Dónde te quedarás a dormir? —le pregunté, el tipo me miraba mucho y siempre notaba esa mirada de ilusión que había en sus ojos.
—En el hotel Hilton —me respondió.
—Bueno que tengas buenas noches, hasta luego —me despedí, Alexis me tomó del brazo y me besó luego lo besé, me aparté pero volvió a besarme después me aparté de nuevo.
—Espera tengo que levantarme temprano —le dije detuviéndolo.
—¿Podemos pasar esta noche juntos? —me preguntó, sin quitar sus manos alrededor de mi cuerpo.
—Está bien pero está muy tarde vamos para mi apartamento —le contesté, tomamos un taxi y fuimos hacia mi apartamento.
Cuando llegamos a mi apartamento lo llevé hacia a mi habitación, nos besamos, nos quitamos la ropa, una vez tumbados en la cama tuvimos sexo. Al día siguiente despierto y veo la hora en el reloj ya estaba retrasada para la primera clase, me levanté tomé una ducha, me vestí luego le dejé escrito un mensaje escrito en la puerta de mi habitación a Alexis de que estaría en la universidad.
Una vez en la universidad me topo de nuevo con los comentarios de que Jeremy y yo éramos pareja. En el aula estaban todos mis compañeros y la profesora.
—Buenos días —saludando a todos, algunos contestaron y la profesora.
Dirigiéndome a mi lugar veo a Jeremy estaba tan guapo, lucía diferente, sentía que todo a mi alrededor iba a paso lento, las mariposas en mi estómago, mis pensamientos iban lejos, sentía a flor de piel mis sentimientos, mi corazón se aceleró y ...
Me senté en mi lugar y Jeremy colocó su mano encima de la mía, me la sostuvo por unos segundos como muestra de gratitud, me derretí aún más por Jeremy, su mano sobre mi mano, que dulce sensación...
Al terminar la clase Jeremy y yo decidimos no asistir a clases y fuimos a la pizzería más cercana.
—Bueno querido amigo fue un placer el haber compartido contigo tengo cosas que hacer — me despedí.
—¿Tan rápido? —me preguntó.
—Sí corazón —le contesté.
Me levanté y me dirigí hacia a mi apartamento, Alexis me esperaba y no me atreví de contarle a Jeremy el por qué de mis motivos de urgencia.
Alexis preparó una rica lasaña con ensalada de vegetales y un delicioso postre muy rico para comer. Luego escuchamos música en bajo volumen durante unas cuantas horas mientras tuvimos sexo en la sala.
Aproximándose la noche Alexis me comentó algo.
—Quiero que pasemos toda esta semana juntos —me comentó.
—¿Qué? ¿Pediste permiso en el trabajo? —le pregunté.
—Espera a que llegue las vacaciones —le respondí.
—No quiero después, quiero ahora —me dijo.
—Alexis ve con calma —le dije.
—Ayer no asististe a la universidad hoy a penas una sola clase. ¿Por qué no toda la semana? —me comentó.
—Que sea sólo está semana. ¿De acuerdo? —le aclaré.
—Sí —me afirmó.
Me tomó de nuevo del brazo con un abrazo y nos besamos.
Parecíamos novios, yo disfrutaba del momento mientras Alexis no parecía lo mismo. Trataba de ignorar cosas y seguir disfrutando ya que el mañana no se sabe con que barbaridad saldrá. Esa noche ordenamos pizza, vimos un poco de televisión y tuvimos sexo otra vez. Al otro día le escribí a Jeremy que no estaría en Madrid que estaría en Barcelona por una semana pero era sólo una excusa para quedarme con Alexis entre risas, comidas, alcohol y sexo pasamos la semana en mi apartamento sin salir a ningún lado, yo acostumbraba a tener suficiente alimento de eso no me preocupaba. Llegó el día en que tuvimos que despedirnos hasta nuevo aviso él se marchó a Lérida y yo me quedé en mi apartamento.
Al día siguiente...
Cuando llego a la universidad Claudia una compañera se topa conmigo.
—Pero Juliet. ¿Dónde te habías metido? No apareciste en casi toda la semana —me dijo, abrazándome.
—El tarado de Jeremy no te dijo que yo estaba en Barcelona —le comenté.
—Nunca dijo nada, de hecho yo no pregunté —me contestó.
Jeremy no había dicho nada, solía ser un poco introvertido, pero cuando le conviene.
—¿Qué hacías en Barcelona? —me preguntó.
—Estuve cuidando una tía enferma —le mentí.
—Entonces. ¿Todo bien ahora ? —me preguntó.
—Sí, así es —le afirmé.
En el transcurso del camino me estuvo contando sobre sus nuevos proyectos a seguir a futuro. Cuando llegamos al aula me dirigí hacia mi lugar era extraño que Jerry no había llegado, siempre llegaba antes que yo.
