Capítulo 2
Después de haber pasado buen un rato de un interminable silencio, llenamos un documento a entregar el día siguiente luego de todo eso nos despedimos y nos retiramos a nuestros respectivos hogares. El día había sido agradable al ver mucho a Jeremy en el centro de comida rápida me había calentado un poco. Preparé algo para comer, vi un poco de televisión hasta quedarme dormida.
Al día siguiente me levanté sin ánimos de nada, no asistí a la universidad, Jeremy me llamó antes de iniciar la clase cuando salió de la universidad llegó a mi apartamento le preparé algo de comer.
—Juliet vamos al cine mañana —me invitó sin yo haberlo esperado, pero era imposible yo tenía una salida con Susan.
—Lo siento, tengo planes —le contesté.
—¿Qué vas hacer? —me preguntó.
—Saldré con Susan hasta el lunes, vamos a Lérida —le respondí, tomé una manzana que tenía en la mesa y le di una mordida.
—Interesante, yo quiero ir con ustedes, por favor —me suplicó, yo me reí un poco pero era imposible teníamos algo de chicas con encuentros íntimos.
—Lo siento es una salida de mujeres —le aclaré.
—Está bien, está bien. Espero que para la próxima me inviten —me comentó, quería salir con nosotras para luego.
—Sí, vamos a planear un viaje contigo —le afirmé.
—¿Tienen planes con alguien más? —me preguntó, me quedé en silencio por algunos segundos antes de contestar.
—¿Por qué tanta curiosidad? —le pregunté, en el fondo no quería contestarle, yo lo que quería era irme con él.
—Disculpa Juliet, es tu vida privada y no me incumbe —me contestó, sentí que era una disculpa sincera, al final el entendió.
—¿Qué harás mañana? —le pregunté.
—No sé aún —me contestó.
—¿Quieres helado? —le pregunté.
—Sí, dame todo lo que quieras —me afirmó, Jeremy nunca me decía que no, todo era un sí y yo siempre tenía algo en la nevera o en el horno para comer.
Me levanté a buscar helado, preparé dos copas de helados con sabor a chocolate, fresa y ciruela pasa. Nos comimos todo el helado mientras disfrutábamos escuchando música suave.
Amaba ese momento, me sentía perfectamente bien cuando Jeremy estaba en mi apartamento, estábamos compartiendo un momento agradable como de costumbre. Ese momento alimentaba mi amor por Jeremy aún más. Luego se retiró hacia su casa y yo me retiré a dormir.
Al día siguiente...
Escuché mi teléfono sonar y no quise levantarme, luego recordé que podría ser Susan, decidí levantar el teléfono.
—Buenas —contesté.
—Juliet voy por ti dentro de una hora, así que alístate —me dijo.
—Sí, te espero —concluí finalmente.
Colgué el teléfono, me levanté defiende estaba y me dirigí hacia el baño a tomar una ducha luego me vestí y arreglé mi maleta pequeña. Esperé a Susan en la sala mientras se encontraba de camino.
Horas después...
Cuando llegamos al punto de llegada nos dirigimos a la casa de Susan en Lérida una casa heredada por sus abuelos, ella solía visitar de vez en cuando.
Cuando llegamos le comenté a Susan que Jeremy quería un viaje con nosotras.
—Creo que debiste de invitarlo —bromeó Susan, con una carcajada.
Me eché a reír.
—Nooo, tanto así no —le contesté.
—Podemos planear un viaje aquí los tres —pronunció condordando conmigo.
—Suena buena esa idea —le recalqué.
Hubo un silencio por unos segundos.
—Pero Susan invita a los tipos yaaa —le dije, ya estaba bueno quería más diversión.
—Desde luego —me contestó, tomó su móvil le marcó a uno de los chicos para que llegaran pronto luego ella prendió la televisión y vimos una serie en lo que ellos llegaban.
Aproximadamente como en 2 horas los tipos llegaron y nos conocimos un poco.
—Alexis, Brayan —le sonrió Susan—. Ella es Juliet mi amiga, Juliet él es Alexis y él es Brayan —nos presentó con un gesto amable luego nos saludamos con las manos.
—Bien par de soquetes acomódonse, está es su casa —pronunció Susan a los tipos, ellos caminaron un poco tímidos hacia el mueble grande y se sentaron uno junto al otro.
—Alexis, tu chica es Juliet — señalándome.
El hombre sonrió verdaderamente lucía bien.
Alexis era un tipo bien formido, muy atractivo. Me sentí atraída quería conocerlo más.
—Brayan ven amor, tenemos que hablar —lo llamó Susan, Brayan se levantó y se sentó al lado de Susan.
Estuvieron conversando un poco al parecer su romance era bien largo. Luego Alexis se sentó a mi lado.
—Háblame de ti —se dirigió hacia mí mirándome a los ojos, vi cómo sus ojos brillaban como dos lunas llenas.
—Vivo en Madrid como Susan, soy de Puerto Rico vivo en este país desde los 12 años, tengo 19 años, estudio Administración de empresas en la Universidad de Sevillana, soy soltera, me gusta bailar, salir a pasear, tomar alcohol y divertirme lo más que yo pueda. Ah y vivo sola. ¿Y tú? ¿Qué me dices de ti? —le respondí, el Alexis me escuchó muy atentamente.
—Yo tengo 25 años, soy soltero, vivo con mis padres y mis hermanos, soy arquitecto, trabajo en una constructora como diseñador de edificaciones y casas, mis hobbies son leer, escuchar música, tocar el piano, jugar football y tenis, compartir con amigos, frecuenciar centros nocturnos, bailar, tomar alcohol y cocinar —me contestó, el tipo me parecía buena persona.
—Interesante. ¿Desde cuándo conoces a Susan? —le pregunté curiosa.
—Uffff desde que conoció a Brayan —me respondió con una hermosa sonrisa.
Noté que había un silencio y cuando voltée, ví a Susan y Brayan besándose con lengua. Se veía todo muy rico, me dió ganas de uno de esos besos.
—¿Qué vamos hacer tú y yo ahora? —me preguntó Alexis, pensé que ya no había razón de seguir sentados como dos momias.
—Vamos a la habitación —le respondí, lo guíe hasta la habitación, nos acomodamos luego nos besamos sentados, nos fuimos quitando todo lentamente, cuando ya no teníamos nada, nos acostamos en la cama, empezamos a tocarnos lentamente, el tocó mis senos luego los tomó con su boca acariciando mis pezones con sus labios y lengua.
Sentí un inmenso deseo, luego bajo besando mi cuerpo hasta llegar a mi parte íntima, colocó mis dos piernas sobre sus hombros y me practicó el sexo oral, todo era tan rico, sentir sus labios rozando mis labios menos y mi clítoris fue una estupenda sensación después de tanto placer alcance el orgasmo luego el introdujo su pene dentro de mi vagina, empezamos con el coito, sentía tanto placer en ese momento, sólo éramos nosotros disfrutando del placer, y así continuamos hasta quedarnos sin energía.
Al día siguiente...
Me levanté porque no aguanté el hambre preparé un emparedado y preparé café al rato Susan se aproximó.
—Vaya cómo amaneció la Cenicienta —me preguntó con una sonrisa en la cara, pude notar de que Susan estaba enamorada de Brayan.
—Muy bien Susan y tú me imagino que más que excelente —le respondí.
—Por lo visto la pasaste muy bien anoche Juliet —me dijo mirándome fijamente.
—Disfruto el momento como lo haces tú, Susan —le contesté, de hecho era así sólo disfruto. Escuché unos pasos aproximándose.
—Buenos días a las dos —nos saludó Brayan muy sonriente.
—Buenos días —le contestó Susan también sonriente.
—Buenos días —le contesté.
—Esperen falta alguien aquí —dijo Brayan mirando a Susan.
Miré a Brayan fijamente, me coloqué las manos en las cinturas.
—¿Qué insinuas Brayan? —le pregunté a Brayan.
—¿Qué sucede amiga? No pregunté por mal —me contestó irónicamente.
—Olvídalo —le contesté.
Me retiré hacia la habitación, Alexis aún dormía todavía, luego entré al baño a tomar una ducha.
Cuando me vestí, me dirigí a la sala una vez ahí, hablé un poco con Brayan y Susan. Luego de un rato se unió Alexis.
—Amigo se te pegaron las sábanas —le dijo Brayan a Alexis irónicamente, burlándose luego en carcajadas.
Nos echamos a reír Brayan era un chico muy simpático con un buen sentido del humor.
—De hecho estaban muy ricas las sábanas —le contestó Alexis a Brayan riéndonse.
—¿Qué hay para desayunar? —preguntó Brayan.
—Tu banana —le respondí.
Bryan y Alexis se rieron.
—En serio mujeres —insistió Brayan, al parecer tenía hambre.
—Susan prepárale algo a tus invitados —le sugerí a Susan, y esta me miró con cara de agobio.
Se levantó de donde estaba y le preparó algo a los invitados. Luego me vino a la mente Jeremy y lo llamé por desición propia. Tuvimos una plática breve, luego todos decidimos dirigirnos juntos al centro de la ciudad para tomar aire fresco y refrescar la mente.
Pasamos un momento agradable juntos. Susan y yo teníamos duda si regresar o no a Madrid ese día o el día siguiente. Luego llegamos a la conclusión de irnos el siguiente día, en la noche nos dirigimos hacia la casa.
Cuando llegamos me retiré a la habitación tomé una ducha, me puse una pijama y salí del baño luego Alexis entró a tomar una ducha, salió completamente desnudo, despertó en mí deseos nuevamente, me excitó ver ese a ese hombre desnudo dirigiéndose hacia donde yo estaba, me quité la pijama y dejé que me tocara, que me hiciera suya, sentí sus besos en mi boca tan ricos que no quería que ese momento terminara, nos deslizamos sobre la cama e hicimos el amor una vez más...
Al otro día nos despedimos sin querer sólo que el compromiso nos llamaba a los 4. Pasé momentos inolvidables en Lérida al igual que Susan. Ya en Madrid pisando a mi realidad me topé con algo inesperado en mi apartamento vi un regalo que decía para mí, me sorprendí, no decía de quien provenía eso me dio mucha curiosidad. Entré hacia adentro con el regalo cuando lo abro era los 4 libros de Megan Maxwell nunca había leído ese libro, no sabía de que se trataba y ni siquiera la razón del por qué me lo habían regalado, por más vuelta que yo le daba, no daba al asunto, desistí.
Ya en la noche escuché un toque en la puerta, salgo de mi habitación en seguida y abro la puerta era Jeremy que se encontraba ahí tocando mi puerta.
—Buenas noches. ¿Cómo les fue a ustedes en su viaje misterioso? —preguntó Jeremy sonriente y con un tono sarcástico.
—Nos fue muy bien. ¿Qué decidiste hacer? Ven entra no te quedes ahí parado —le respondí invitándolo a entrar.
Entró lentamente y se sentó en el mueble grande, yo me senté en el mueble pequeño de frente.
—Javier pasó ayer a mi casa y me invitó a ver una película, la pasamos super bien luego nos fuimos a un antro y... Imagínate el resto jajaja —me contestó emocionado al parecer tuvimos un muy buen fin de semana.
—Ya se te pasó tu mal genio que bien porque te llegué a odiar — le dije rápidamente.
—Mery —mencionó Jeremy y se quedó en silencio al ver su tardanza reaccioné.
— ¿Qué sucede? ¡Dime! — le reclamé.
—La vi con su novio, la saludé y no me miró —me contestó.
—Ah, ella es así, no le des importancia, tú sabes que ella sólo en la universidad es que le habla a uno —le aclaré.
—Yo aún no pierdo las esperanzas de que en un futuro ella se fije en mí —me contestó.
—Eres un bobo, a ver... ¿Cuánto tiempo tienes enamorado de ella? ¿A caso pretendes durar toda una vida? —le pregunté, por dentro sentí enojó y celos a la vez.
—Es que yo sólo pienso en ella, no me entiendes —me contestó.
—Espero que no te mueras en el intento, mejor ahórcate —le sugerí, en ese momento mi pensar eso era lo que el debió hacer.
—Que cruel eres —dirigiéndose hacia mí.
—No voy a apoyarte en bobadas —le aclaré, estaba cansada de tener que estar en el medio, de buscar información sobre Mery y ella sólo lo veía como un compañero.
Me levanté e hice una sopa Jeremy cenó esa noche conmigo hablamos un poco y luego se fue. Nos dimos un beso en la mejilla de despedida y ahí comenzó otra vez otro punto de partida de mis sentimientos, sentía como mi cuerpo reaccionaba a un simple beso y mi imaginación volar. Me dije: « Que lindo es el amor ».
El amor es lindo y cruel a la vez. Con esos pensamientos me tumbé a la cama hasta quedarme dormida.
Al día siguiente...
Una vez en la universidad en el jardín veo a Mery, me pareció extraño que me llamara.
—Juliet —me llamó Mery, a la vez usando sus manos diciendo ven, caminé hacia allá para saber que ella quería.
—Buenos días, Mery —le saludé.
—¿Podemos hablar un rato? —me preguntó.
—Sí. ¿Qué sucede? ¿Ocurre algo? —le afirmé y luego le pregunté.
—He escuchado comentarios sobre algo que se dice, me gustaría que me lo confirmaras, es sobre Jeremy me comentó, me imaginé a que se refería.
—¿Qué has escuchado? —le pregunté.
—Lo que he escuchado y me han dicho es que Jeremy está enamorado de mí. ¿Es cierto? ¿O son sólo rumores mal intencionados? —me preguntó.
—Sí, es cierto —le confirmé.
—Entonces gracias por hablar un rato tengo que hacer algo adiós, nos vemos en clase —se despidió y se marchó, yo me dirigí rumbo aula.
