Capítulo 2
—Mi ama de llaves preparó toda la comida. Espero que todavía les gusten las gambas a la plancha —dice con una sonrisa—. Es un plato típico español.
—Sí , lo hacemos, nada ha cambiado realmente. —responde mamá riéndose.
En la cena, básicamente charlábamos sobre cómo nos iba todo. Nada del otro mundo, la verdad, pero me enteré de que vive solo en esta casa. La verdad es que no sé por qué compraría una casa tan grande. Quién sabe, quizá esté planeando formar una nueva familia.
¿Lo haría?
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Después de cenar, papá nos enseñó nuestras habitaciones. Luego habló: —Chicas , ¿pueden ir a sus habitaciones mientras hablo con su mamá? —Asentí y tomé la mano de Luisa.
Nos quedaremos aquí un tiempo. En España buscábamos la casa perfecta para nosotros, pero lamentablemente no encontramos nada. Creo que ya es bastante difícil para mi madre vivir con él bajo el mismo techo, pero aun así es la persona más fuerte que conozco.
Rompiendo mis pensamientos, entro en mi nueva habitación. Es realmente bonita, blanca y moderna. Algo que me llamó la atención fue la gran ventana que da acceso al balcón. A continuación, una hermosa cama king size rodeada de almohadas blancas y grises. A cada lado de la cama hay mesitas de noche. También hay una enorme lámpara de araña en el techo.
Cuando miro el reloj, veo que son casi las 10:00. Es hora de bañarme. Abro la bañera y, cuando está llena de agua caliente, me meto. ¡Qué sensación tan agradable! El vuelo fue agotador, solo necesito un poco de tiempo para mí.
Cuando termino, agarro una toalla y me cubro. Luego me cuido la piel, pero no es nada del otro mundo. Por suerte, no tengo ningún problema con la piel. Estoy contenta con eso; normalmente las chicas de mi edad tienen problemas con el acné, aunque yo nunca lo tuve. Gracias a mis genes.
En cuanto a la ropa normalmente duermo desnuda, sin embargo como ahora estoy en casa de mi papá realmente quiero evitar la situación en la que esté desnuda en mi cama y él camine, así que decidí usar unos shorts blancos sedosos básicos con un top corto blanco sedoso.
Cuando estoy lista, voy a la habitación de Luisa para ver si se ha dormido. A menudo le leo algún libro para que se duerma. Le encanta.
—Hola, cariño. —Entro a su habitación y veo a mi mamá. Está sentada en el borde de la cama mientras le pone la pijama a Luisa. Parece que acaba de bañarla.
—¡Karla ! —dice corriendo hacia mí. Veo una sonrisa en su carita.
La levanté del suelo abrazándola fuertemente y dándole suaves palmaditas en la espalda.
Mi madre sonrió al levantarse de la cama. Murmuró « buenas noches » y nos besó a ambos en la frente.
Acuesto a Luisa con cuidado. Lamentablemente, no trajimos libros para leer. Aunque le prometí que, después de aterrizar, compraríamos algunos nuevos.
Me despido de ella besándole la mejilla. Luego voy a la habitación de mi mamá a ver cómo está.
Entro en la habitación y la veo en la cama leyendo algún libro.
—Mamá —murmuro , y me acerco a su cama. Cuando mis padres ya no estaban juntos, ella lloraba a menudo para dormir; yo la consolaba cada vez que me necesitaba.
Todavía creo que se aman, aunque tienen miedo de confesar sus sentimientos.
- Mi niña hermosa - dice mamá mientras me río por su tonto comentario.
- Mamá, ya no soy pequeña. - Respondo haciendo reír a mi mamá.
—Siempre seréis mi niña, tú y Luisa. —respondió ella.
- ¿De qué estabas hablando con papá abajo? - Le pregunto.
Mamá es honesta conmigo y me lo cuenta todo. Así es nuestra relación. Se basa en la honestidad: nos contamos secretos, sabiendo que están a salvo.
Muchos adolescentes no tienen un buen vínculo con sus padres, lo cual es bastante triste. Estoy muy agradecida de que mi mamá siempre esté ahí para mí cuando más la necesito. Nuestros padres deberían ser nuestros mejores amigos y nos enseñan cómo debe ser el amor.
—Me preguntó si necesitaba ayuda para encontrar trabajo aquí. —Mamá dice que no me sorprende que la ayudara. Siempre nos ayudaba, incluso si ya no teníamos contacto.
- ¿ Qué dijiste? - pregunto mirándola.
- Le dije que puedo cuidar de mí misma como lo hice durante dos años. - Su voz se quebró un poco.
- Pero ya sabes cómo es tu padre. - Se ríe nerviosa.
Respira hondo . —Me dijo que algunos amigos suyos tienen un estudio de belleza. Buscan gerente. Mañana Santiago y yo vamos a verlo .
- Qué bien mamá, espero que consigas ese trabajo, creo en ti.- Le digo abrazándola.
- Gracias, te amo cariño. - Ella le devuelve el abrazo.
- Yo también te amo mamá. - le susurro.
—¿Puedo dormir contigo? —pregunté . Por otro lado, sabía que ella accedería sin dudarlo.
-Sabes la respuesta Karla , siempre serás bienvenida aquí.- Ella se ríe.
Luego apagó la lámpara de su mesita de noche. Me quedé dormido rápidamente con sus brazos a mi alrededor.
Abro los ojos lentamente y me doy cuenta de que me quedé dormida en la habitación de mi mamá. Me doy la vuelta hacia el otro lado de la cama y no la veo.
Ella me dijo ayer cuando estábamos acostados en la cama que ella y papá iban a reunirse con algunas personas sobre su trabajo.
Veo mi teléfono en la mesita de noche y marca las : am. Normalmente duermo unas ocho horas, pero ayer estaba agotado, así que dormí más.
Me levanto de la cama y voy al baño de la suite. Me cepillo los dientes y me lavo la cara con agua fría; me ayuda a despertar.
Cuando termino voy al balcón que da a mi habitación, el clima hoy está muy lindo.
Me puse unas bragas negras y luego el vestido que elegí. Un vestido blanco de seda con flores que me sentaba a la perfección. También le puse un collar. Para este vestido no usé sostén; creo que queda mejor sin él.
Luego voy a mi escritorio y me aplico corrector debajo de los ojos. Tengo pestañas largas y gruesas, así que cuando me aplico rímel parezco una muñeca, aunque no se ve demasiado dramático. Por último, me apliqué brillo labial en los labios.
Para el cabello, decidí dejarlo caer sobre mis hombros. Normalmente no me peino, solo para dormir. Me recojo el cabello en un moño suelto; es cómodo para dormir.
Cuando estoy lista, salgo de mi habitación. Luego bajo a la cocina. Tengo tanta hambre que me encantaría comer unos panqueques con fresas y Nutella.
Al pensar en eso se me sale la saliva de la boca.
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Entro a la cocina, veo a la anciana que ayer preparó una cena tan deliciosa.
- Buenos días señora Smith.- la saludé.
—Ay , no seas tonta, por favor, llámame María —dice haciéndome sonreír. En respuesta, solo asiento con la cabeza.
- ¿ Qué te gustaría comer para desayunar? - pregunta ella.
- Oh María, realmente no necesitas prepararme el desayuno, puedo hacerlo perfectamente yo misma. - La hago reír.
- Cariño, ese es mi trabajo, prepararte comida, así que, ¿qué te gustaría comer, querida? - responde ella.
-Panqueques con fresas y nutella.- En su rostro aparece una sonrisa .
-Esa es definitivamente una buena elección.- dice ella . Me siento a la mesa y le pregunto : ¿Sabes dónde está Luisa? -
- Oh, ella está ahora mismo en la sala viendo algunos cuentos de hadas. - Responde haciéndome sonreír cuando pienso en ella.
- A ella realmente le encanta verlos.- Le digo a María.
- Es un amor.- responde María tomando de los armarios de la cocina todos los ingredientes necesarios para hacer panqueques .
- ¿ Cuánto tiempo trabajas aquí? - le pregunto.
—Pienso en años, desde que el señor Cabello se mudó aquí. —responde ella.
Pasaron un par de minutos y ella se dirigió hacia mí poniendo sobre la mesa los panqueques listos.
