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Capítulo 3

¿ Qué te dio la osadía de mentirme? Sabías que no había nada, y aun así me trajiste a este lugar olvidado. ¿Por quién me tomas? ¿ Por un tonto?

Estoy más que enojado.

Tranquilo , amigo. Lo único que haces es trabajar , trabajar, trabajar sin parar. Sería mejor que te relajaras un poco. Por eso te traje aquí.

—¿Un club de striptease? —Sigo enfadado. ¿Qué le pasa a Aquiles a veces?

—Sí , ¿dónde más necesitas relajarte y ver un buen espectáculo si no es en un club de striptease? —dice , señalando a un grupo de mujeres semidesnudas bailando en un tubo.

—Me voy de aquí —escupo , y estoy a punto de irme, pero él me detiene.

—Vamos , sólo por esta noche —suplica , y yo suspiro.

¿Qué hay que perder?

—Que esto te sirva de advertencia. ¡No vuelvas a engañarme con ese contrato! —Me dieron ganas de pegarle un puñetazo.

—Sí , jefe. —Sonríe y me guía mientras yo lo sigo.

—En serio, necesito ese contrato. ¿Sabes hasta dónde llegaría Niko Corps si lo consiguiera? No entiendo por qué el director ejecutivo ni siquiera quiso reunirse conmigo para hablarlo. —Me quejo al entrar.

—Si el contrato es para ti, lo conseguirás. Así que deja de estresarte. —Aquiles me tranquiliza mientras nos sentamos a ver a las chicas.

Los observo con poco interés. ¿Qué muestran que no haya visto antes? Me burlo al ver a hombres llevándose a sus seres queridos a un espacio privado. Pongo los ojos en blanco y miro a la derecha cuando algo o alguien me llama la atención.

¡Es una stripper! Ella... ¡Es diferente! ¡Es buenísima! Estoy fascinada con lo que hace y me quedo boquiabierta.

- ¿ Te gusta lo que ves? -pregunta Aquiles .

No encuentro palabras para expresar lo que siento ahora mismo. Es como si la única persona que puedo ver y en la que puedo pensar fuera ella. Lo más sorprendente es que tiene la piel negra.

—Es hermosa —murmuro, y me concentro solo en ella. Su forma de bailar alrededor del tubo es diferente. Gira la cintura y se deja caer al suelo, lo que me hace querer seguir viéndola.

Miro a mi alrededor y noto que la mayoría de los hombres ya la están observando. Es demasiado perfecta. Si tuviera que calificarla del uno al cien, cien sería un eufemismo. Sigo observándolos y no sé cuándo me levanto y me acerco a ella.

Espero a que nuestras miradas se crucen, y enseguida lo hacen. Enseguida nos miramos y le hago un gesto para que venga. Deja de bailar en el tubo y se acerca. Me inclino y le susurro algo al oído. Asiente y me sigue.

Fuimos a una sala privada y me senté a ver lo que iba a hacer. Sí, la contraté para que actuara solo para mí, en privado. Quiero disfrutar de cada movimiento a solas. Podrías decir que soy un poco egoísta, ¡pero da igual!

Se pone a trabajar sin decir nada y empieza a bailar. Observo cómo se mueve, se retuerce y se sacude como si no tuviera huesos. Me frota el pecho y sigue bailando. Siento cómo me calienta el cuerpo con solo su roce, y me pregunto cuándo fue la última vez que una mujer me hizo sentir así.

Intento abrazarla, pero se aparta y sigue bailando. No me importa, ya que disfruto del espectáculo que me ofrece. Estoy impresionado. Nunca me había impresionado tanto en mi vida. La observo: tiene los ojos y la cintura perfectos y facciones excelentes. Es igual de alta y curvilínea, y aunque es negra, su belleza es hipnotizante. Su piel negra brilla en la habitación en penumbra, y su forma de moverse le da una sensación sensual.

Después de su actuación, no me di cuenta de que empecé a aplaudirla. Ella hace una reverencia y yo sonrío. Me levanto y me acerco a ella. Saco mi billetera y la vacio en ella. Se lo merece y mucho más. No voy a mentir, creo que me gusta... mucho. Reúne el dinero y está a punto de irse, pero la detengo.

- Por favor, ¿cuál es tu nombre? - pregunto.

Ella me mira por un rato antes de responder: - Mi nombre es Bells. -

¡Maldita sea! Incluso su voz es hipnotizante.

- ¿ No tienes ningún apellido o... ? -

Me llaman Bells. Creo que con eso basta .

Bien . Me encantó tu actuación esta noche. Me aseguraré de visitarte con frecuencia .

-Gracias , señor - dice ella.

—No , no me llames señor. Me llamo Calvin Nikalaou, pero puedes llamarme Kal —le digo con un gesto, y ella asiente—. ¿ Me das tu contacto ?

—Lo siento, Sr. Kal. Lo que pase en el club, se queda en el club. —Habla con firmeza y se aleja elegantemente de la sala.

¡Mierda! Suspiro y me revuelvo el pelo, luego vuelvo a encontrarme con Aquiles.

—¿Dónde has estado? —pregunta y le cuento todo lo que me ha pasado.

- ¿ Quieres decir que una dama te rechazó? - Aquiles parece sorprendido.

—Sí — respondo y él estalla en carcajadas .

- ¿Qué es tan gracioso? - Frunzo el ceño.

Es la primera vez que una chica te rechaza. Es divertidísimo. Además, ¿qué tiene de especial? Es de piel negra y no es tu tipo.

Eso me molestó un poco.

- No lo sabes - le respondo.

—Sí , lo sé. No sé qué le ves. Recuerda que tus padres no aprobarán que tengas como amada a una chica negra.

Aquiles se rió.

- No estoy de acuerdo contigo y soy lo suficientemente mayor para saber lo que quiero - anuncio.

—Vamos , Kal, a tu padre no le va a gustar nada esto; ¿qué le dirás? ¿ Que la favorita del futuro director es una stripper negra?

- ¿ Y si se lo digo? -Frunzo el ceño.

- Olvídese de ella, señor vicepresidente. - dice Aquiles, pero no voy a aguantar nada.

-La quiero y la conseguiré.-

AL DÍA SIGUIENTE

El punto de vista de Taleela

Me doy vueltas en la cama mientras el rayo de sol penetra por la ventana y derrama su gloria sobre mi rostro. Me giro y abro los ojos, entrecerrándolos para adaptarme a la luz del sol.

- Otro día más - murmuro y bajo de la cama para tomar una ducha.

Miro alrededor de la habitación y sí, falta alguien. ¿Dónde está Susan? ¿Adónde se ha ido? Espero que no se haya ido sin mí otra vez. ¡Uf!

Voy a encargarme de esa señora. Me quito el pijama y me ato una toalla blanca al pecho. Entro al baño, me cepillo los dientes y me doy un baño caliente. Después, salgo y empiezo a vestirme. Hoy va a ser un día terrible para mí. Después de vestirme, me miro en el espejo y suspiro.

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