Capítulo 2
—¿Por qué? ¿Estás enfermo? Puedes quedarte en casa hoy si quieres, puedo llamar a la escuela para cancelar. —Papá me pone ambas manos en el hombro, con cara de preocupación—. Papá , por favor. Estoy bien. —Lo besé en la mejilla.
—Decía que no podía dormir de la emoción de empezar la escuela hoy. —Lo vi exhalar—. Gracias a Dios. Me alegra que estés emocionado, creo que te va a gustar. El padre de Ryan dijo que la Preparatoria Saint Louis era una buena escuela, con buena educación y buenos equipos deportivos. Escuché que hay un equipo de natación .
—Sería genial volver a la piscina. —Después de que ella murió. Dejé de nadar; ya no tenía energías para hacerlo, pero con la nueva ciudad, la nueva escuela, los nuevos comienzos, las viejas costumbres.
Es hora de seguir adelante y continuar con mi vida.
—Voy a ducharme y a prepararme para la escuela. ¿Puedes decirle a Mariah que me corte unas fresas? Hoy no tengo ganas de panqueques. —Asintió y subí las escaleras.
Me quité la ropa sudada y me metí en el agua fría. —¡Qué bien se siente! —Recliné la cabeza bajo la ducha, mojándome el pelo. Me enjaboné el cuerpo, frotándome el sudor. Me enjuagué la espuma y empecé a frotarme el cuero cabelludo con el champú.
- ¿Te gustaría azul o morado hoy, cariño? -
- ¡ Momia morada! -
Miro la espuma morada en mis manos, recordando todas esas veces, cuando era mucho más joven, cómo ella me lavaba el pelo. Se ha ido, olvídala ya. Me lavo el champú y el acondicionador, cierro el grifo y salgo de un salto.
Me envuelvo en una toalla y entro a mi habitación. Allí veo mi uniforme cuidadosamente doblado sobre la cama. Una falda azul y negra con diseño a cuadros, una camisa blanca de manga corta y un suéter azul encima con el logo de la escuela en la esquina superior derecha.
—Me parece una mierda de colegio —murmuro . Entro en mi vestidor, saco un sujetador deportivo y ropa interior. Los dejo sobre la cama, preparándome para cambiarme, cuando oigo que llaman a la puerta.
—Hola . Ya voy. —Matthew abre la puerta—. —Hola , Haze. —Se deja caer en la cama—. —Hola , Matt. ¿Estás bien? —Tomo mi ropa y voy al armario—. —Sí . Estoy bien, solo vine a ver cómo estabas. —Puse los ojos en blanco.
—¿Por qué me vigilan? ¿Papá te obligó a hacer esto? —Me saqué el suéter por la cabeza y me miré en el espejo de cuerpo entero—. ¿ Qué? ¿No puedo preguntar si mi hermana está bien? —Salgo del armario con mis Converse negras de caña alta en la mano.
—¿Estás lista para la escuela? —Se incorpora y se apoya en mi cabecera—. Ah , sí. Pensé en quedarme en casa en lugar de vivir en una residencia. —Se recuesta sobre las almohadas—. ¿ Qué hay de los apartamentos que buscamos la semana pasada? —Me puse un poco de producto en el pelo rizado y perfume.
—Sí ... papá dijo que quería que me quedara en casa. —Asentí— . ¿ Qué te parece? —Me di la vuelta—. Bien . Vamos, Mariah nos espera para desayunar. —Se levantó de la cama y salió de mi habitación.
Me miré una vez más en el espejo antes de tomar mi bolso de la silla del escritorio y bajar a comer algo. —Papá , parece estar bien. Creo que te estás preocupando demasiado. Yo ...
- Buenos días a todos. - Saludé a todos en la mesa del comedor. - Buenos días, cariño. - Papá me besó la mejilla. - Buenos días, mi dulce Haze. - Mariah me dio una cálida sonrisa y colocó el tazón de fresas frente a mí.
—¿Quieres que te lleve a la escuela? —Papá se llevó el borde de su taza de café a los labios—. No , hoy voy en coche. Hace tiempo que no salgo a dar un paseo, así que pensé que sería un buen día. —Dio un sorbo y me dedicó una pequeña sonrisa.
—Oh , Dios. —Murmuré para mí misma mientras terminaba unas cuantas fresas que quedaban en el bol—. Llegaré tarde si no me voy. —Le entregué el bol a Mariah, saqué una botella de agua del refrigerador y la metí en mi bolso.
- Te veo luego papá. - Lo abracé. - Que tengas un buen día, cariño. - Me besó la parte superior de la cabeza. - Lo haré. - Le susurré de vuelta. - Adiós Matt, adiós Mariah. - Les dije adiós con la mano. - ¡ Los amo, chicos! - Cerré la puerta principal detrás de mí y salí al garaje.
-Hola hermosa. - Retiré la funda del coche.
Escuchar el motor de mi coche cobrar vida fue pura música para mis oídos. Tiré mi bolso al asiento del copiloto y me subí al del conductor. Al girar la llave de contacto, miré por el retrovisor y vi que la puerta del garaje se deslizaba hacia arriba.
—¡Te quiero cariño, que tengas un buen día! —Papá , Mariah y Matthew estaban afuera diciéndome adiós con la mano—. ¡ Gracias! —Mariah me lanzó un beso y dijo—: ¡ Disfruta mi niña ! Esta gente piensa que me voy a la guerra. - ¡ Los amo a todos! - grito mientras me alejo.
Me río para mis adentros cuando salgo de la entrada y llego a la calle. « Se preocupan demasiado » , me dije. No tienen de qué preocuparse porque estoy bien. Como dije, este es un nuevo comienzo para mí, hora de volver a mis viejas costumbres y olvidar todo lo sucedido.
Pongo la música a todo volumen en el coche, moviendo la cabeza hacia arriba y hacia abajo al ritmo de la letra.
La imagen del espejo me dice que es hora de volver a casa.
Pero no he terminado, porque no estás a mi lado.
Y cuando llegué pensé que te vi marchando, llevando tus zapatos.
Cuando me detengo en un semáforo en rojo, escucho sonar mi teléfono, busco mi bolso y rápidamente busco mi teléfono, - ¿ Hola? - Lo dejo en el tablero, en altavoz y continúo conduciendo, - ¿Cómo va el viaje, cariño? - Pongo los ojos en blanco, por supuesto, era papá.
—Papá . Solo han pasado diez minutos .
- Pueden pasar muchas cosas en diez minutos ¿sabes? -
-Está bien, papá.- Me reí.
Giro a la izquierda y ya veo la escuela. —¡Guau ! ¡Es imposible perderse esta escuela! —Me detuve frente a dos enormes portones dorados que me impedían ver la escuela—. ¿ Nombre? —Un guardia de seguridad aparece a mi lado—. ¡ Oh! Buenos días. Anastasia , Johnson . Esperemos que haya más gente alegre aquí.
