Librería
Español

Entre clases, besos y secretos

186.0K · Completado
Hanam
160
Capítulos
26
Leídos
9.0
Calificaciones

Sinopsis

—¿Cómo me llamo? —¿Qué ? ¿De verdad quiere que responda eso? —¿Cómo me llamo... Princesa? —preguntó una vez más. - Yo-yo...mmm... - —Dilo . —Exigió . —R - Guzmán ... —Respiré , sintiendo una sensación embriagadora invadirme. —Inténtalo de nuevo. —Su ritmo disminuyó. La frustración sexual aumentaba rápidamente—. ¡Guzmán ! —Arqueé las caderas aún más—. Respuesta incorrecta, Princesa. —Empecé a sentirme vacío por dentro—. ♕︎♕︎♕︎ Anastasia Johnson, una chica modesta se podría decir, se muda a través del país tratando de olvidar la tragedia que aún logra perseguirla, continúa sufriendo incluso teniendo sus propios problemas con los que lidiar pero tiene otro que captura su atención, uno sexy también. Guzmán Salvadore, un destacado jugador de fútbol americano, es uno de los mejores mariscales de campo de la Preparatoria Saint Louis. Su intento de atraer a Anastasia a sus habituales aventuras de una noche se ve reemplazado por algo más que sexo: se enamora de ella. Guzmán disfruta de los desafíos, pero esta vez es él quien los enfrenta. Anastasia y Guzmán tienen pasados oscuros que no quieren desentrañar, pero que se revelan poco a poco. La trágica muerte de Anastasia y el trauma que Guzmán aún atraviesa son difíciles de sobrellevar para ambos... ¿Intentarán estos seres queridos, heridos, que su amor funcione? ¿O terminarán alejándose?

RománticoDulceUna noche de pasiónSEXOrománticasPrincesaPosesivoAmor-Odio

Capítulo 1

Anastasia

dejarlos . Necesito decirle la verdad a Ryan. No puedo escaparme .

- Cariño, me dijiste que querías olvidarte de ellos... dijiste que deberíamos huir juntos, -

- Te amo, nunca dejé de amarte incluso cuando estábamos en la secundaria... Fui estúpida e inmadura en ese momento y debería haberme quedado contigo... -

Abrí los ojos de golpe. Miré a mi alrededor y vi la habitación completamente oscura. Todavía estaba oscuro afuera, y era solo un sueño... gracias a Dios. Me quité el edredón y una ráfaga de aire frío me golpeó. Puse los pies en el frío suelo de madera.

—Solo fue un sueño. Solo fue un sueño, Anastasia . —Me balanceo hacia adelante y hacia atrás mientras intento tranquilizarme. Bajo la mirada hacia mis manos y veo que empiezan a temblar. —¡Joder ! —murmuro en voz baja.

Me levanto rápidamente y camino hacia el balcón, empujo las puertas de vidrio y dejo que el aire frío congele mi cuerpo, permitiendo que mi mente se concentre en otra cosa, que mis manos dejen de temblar. - Oler las flores. - Inhalé . - Soplar las velas. - Exhalé.

Han pasado seis meses. Ya debería haberlo superado, Matthew sí. Papá sí, ¿por qué no puedo superarlo? Nos trató a todos fatal la mitad del tiempo, aunque la queríamos tanto. Está muerta, hace tiempo que se fue, y necesito superar que no volverá pronto.

Vuelvo adentro, camino hacia mi lado nocturno y tomo mi teléfono para mirar la hora. : am. Todavía me quedan tres horas para que comience la escuela.

¿Por qué no salimos a correr?

Me quito el pijama y me pongo unos pantalones cortos y una camiseta, me pongo las zapatillas y me llevo el móvil y los AirPods. Al cerrar la puerta de mi habitación, me llevo un susto al ver a Mariah delante de mí con los brazos cruzados.

—Buenos días —me saluda— . Buenos días —digo alegremente, sabiendo que está enfadada conmigo por estar despierta a estas horas—. ¿ Adónde crees que vas? —Paso junto a ella y bajo las escaleras—. A correr. Si no vuelvo a tiempo, ¿podrías avisarle a papá que me fui ? —Suspiró .

- Cariño. - Llegamos al final de las escaleras cuando ella agarra mi muñeca. - Te amo. - Le di una cálida sonrisa. - Yo también te amo. - Me puse la sudadera con capucha sobre la cabeza, me puse mis AirPods y salí por la puerta.

Mariah fue como una segunda madre para mí, siempre lo ha sido. No recuerdo que no estuviera presente. Empezó como chef aquí, pero poco a poco se convirtió en una cuidadora más de Matthew y de mí.

Tras mudarnos a Nueva York durante el verano, vivir aquí ha sido un sueño hecho realidad. Solíamos venir de visita cada Navidad, pero tuvimos que dejarlo cuando mi padre empezó a estar demasiado ocupado con el trabajo.

No extraño Washington, me recuerda a ella. Me alegra que papá haya sugerido mudarnos para empezar de cero. Aquí nadie nos conoce, y en la escuela nadie me conocerá. Justo como me gusta.

Me quito uno de los auriculares al detenerme en Central Park. Camino hacia los bancos que dominan todo el parque. Respiro el aire fresco y me estremezco.

Observo cómo se fusionan las vetas de colores cálidos: naranja, amarillo, rojo. Miro a mi alrededor y veo a otra persona sentada en otro banco, mirando al vacío. Es realmente adorable.

Siento mi teléfono vibrar en el bolsillo de mi sudadera. Al sacarlo, veo aparecer el perfil de mi padre. —Buenos días —lo saludé alegremente—. Anastasia . ¿Dónde demonios estás? —Me reí entre dientes—. Estoy en Central Park. —Exhalé una bocanada de aire frío.

¿ Cuántas veces tengo que decirte que me avises antes de salir a correr? ¿O a cualquier otro sitio ?

—Estabas dormido. No quería despertarte, además le dije a Mariah que te dijera dónde estaba en cuanto despertaras. —Lo oí suspirar.

—Por favor, vuelve a casa, cariño. Ya. —Me advirtió— . Vale, vale. Voy para allá. Te quiero. —Le dije— . Yo también. —Corté la llamada y guardé el teléfono en el bolsillo.

Me levanto del banco, estirando brazos y piernas empiezo a trotar.

- Te amo, nunca dejé de amarte incluso cuando estábamos en la secundaria... Fui estúpida e inmadura en ese momento y debería haberme quedado contigo... -

Me quito ese pensamiento de la cabeza. No me gusta recordarlo. Porque me recuerda la culpa que me corroe por dentro. Odiaba mentirle a mi padre; siempre sentía que estaba atrapada cuando le ocultaba algo.

Incluso si es un secreto sobre su esposa.

Pero ya no importa, el secreto está enterrado con ella. Murió hace seis meses y así seguirá. No volverá.

Me detengo en un semáforo y saco el móvil para llamar a Ryan. —Hola , Ry —jadeo—. ¿Te has vuelto a despertar, verdad? —Voy a mentir, pero sé que no funcionará. —¡¿Qué ?! ¡Claro que no! —Crucé la calle y eché a correr de nuevo.

—¿Por qué intentas mentir? Sé que lo hiciste porque fui la primera persona a la que llamó tu papá. —Maldita sea. —Vale , sí que lo hice. ¿Qué tiene de especial querer mantenerse en forma? Papá y tú se preocupan demasiado .

— ¡Me preocupo por ti! — Puse los ojos en blanco. — ¡No me pongas los ojos en blanco cuando tu mejor amigo solo está tratando de cuidarte! —

Desde que nacimos, el padre de Ryan y el mío habían estado pegados a la cadera, como nosotros. Cuando vivíamos en Washington, nos hicimos amigos al instante en cuanto nos presentaron. Pero cuando se mudó aquí hace más de dos años, empezamos a perder el contacto, y el verano pasado, cuando le dije que me mudaba, no había un solo día en que no estuviéramos juntos.

—Qué más da. ¿Sigues enseñándome la escuela ?

—Claro . Hacía tanto que no te veía. ¡ Tengo muchas ganas de verte!

—Nos vimos hace tres días —dije con una risita—. Bueno... me refiero a lo de la escuela. —Seguí riéndome—. En fin , yo también estoy emocionada de verte. Acabo de llegar a casa, nos vemos en la escuela .

- Está bien. Te quiero, cariño. -

-Yo también te amo. - Corté la llamada.

Abro la puerta, me quito los zapatos y dejo los AirPods y el teléfono en la encimera. Me acerco al refrigerador; el aire frío me da en la cara, enfriando el fuego que arde en mi interior. « Qué bien que hayas vuelto a casa». Escuché a mi padre carraspear.

—¡Ja ! Qué gracioso! —Tomo un trago grande de agua—. ¿ Cómo te sientes? —Otra vez esto. Hablar de lo que siento no es un tema que me guste. —Estoy bien. —Me di la vuelta, sonriéndole—. Solo quería tomar un poco de aire fresco, no pude dormir ...