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Ah, eso era todo lo que se necesitaba.
Me acomodo la falda y la blusa, alcanzando mi cuaderno.
Llamo a la puerta y escucho un suave - adelante-.
Alfredo está sentado en la silla con un vaso de whisky en la mano.
Muerdo mi labio a la vista .
Solo me atraen los que apestan .
- ¿Pues no? Mi jefe se levanta poniendo su vaso en el mostrador de bebidas al lado de su escritorio.
Se acerca acercándose mucho a mí, siento su aliento en mi frente ya que Will es más alto que yo.
No sé qué hacer, así que me quedo ahí parada con mi respiración comenzando a volverse irregular .
Sin que yo lo espere, Alfredo ataca mis labios en un beso feroz pidiendo paso con su lengua .
Como si mi cuerpo me impidiera hacer lo correcto, tiro el cuaderno al suelo y atrapo mis brazos alrededor de su cuello de inmediato.
Nuestro beso sabe a licor ya la menta que estaba en mi boca hace un momento.
Caliente
Will me levanta y envuelvo mis piernas alrededor de sus caderas. Me sienta en la mesa interponiéndose entre mis piernas sin romper el contacto de nuestros labios.
Los besos bajan hasta mi cuello y cierro los ojos dejando escapar algunos gemidos. Ya puedo sentir mi intimidad drenándose y los pezones de mis senos endureciéndose.
- ¿Puedo? – pregunta con voz ronca .
Asiento con la cabeza.
Su gruesa mano se desliza dentro de mi falda, deslizando su toque por mis muslos. Alfredo empuja mis bragas hacia un lado y siento sus dedos masajeando suavemente mi clítoris.
-¿Ya estás mojada así?-
Maldita sea, podría correrme solo para escuchar su voz.
Empuja dos dedos dentro de mí, presionando mi clítoris con su pulgar.
-Ahh…- Mi jefe hace movimientos lentos de un lado a otro, pellizcando mis labios inferiores casi hasta el punto de sangrar.
Mis manos recorren su abdomen y ella se desabrocha tranquilamente la blusa. Alfredo tira al suelo las cosas que estaban sobre la mesa y me acuesta poco después.
Me besa de nuevo mientras le quito el cinturón.
Semen...
-Will… voy a correrme. Otro gemido se me escapa cuando sus dedos rompen el contacto dentro de mí. - ¿Porque te detuviste?
- Quiero que te corras en mi boca. Me levanta la falda y me quita las bragas rojas.
Casi grito cuando su lengua atraviesa todo el camino a través de mi raja .
-La vista de tu coño goteando es tan hermosa, Wanda…- Will me chupa con fuerza, empujando su lengua dentro de mí .
¡Mierda santa!
Siento que mi estómago se contrae y aprieto mis manos en su cabello. Llego a un orgasmo tan abrumador que casi veo estrellas.
-Quiero ver qué puedes hacer con tu lengua afilada, cariño. Sostiene mi barbilla, mirándome fijamente.
-Muchas cosas...- respondo maliciosamente .
Mi -jefe- se sienta en la silla y yo me arrodillo frente a él. Me pongo los pantalones teniendo la visión de sus calzoncillos negros con un volumen muy aparente .
Le quito la ropa interior, pasando mis uñas suavemente a lo largo de su entrepierna. Tomo su enorme y gruesa polla, pasando mi lengua sobre el glande que está delicioso con líquido preseminal. Muerdo su polla chupando con maestría, es tan grande que mi boca no llega ni a la mitad.
Paso mi lengua alrededor de su pene, escuchando un pequeño plop cuando lo retiro de mis labios.
—Wanda. — con una respiración entrecortada. Sus manos van a mi cabeza, que fuerza hacia abajo hasta que su miembro toca mi garganta.
Jadeo, mis ojos se llenan de lágrimas pero no detengo mis movimientos.
- Voy a venir. — advierte y acelero las
embestidas.
Siento chorros calientes en la garganta y me lo trago todo .
-Te gusta recibir mierda, ¿no?- - Me limpia la comisura de la boca que gotea un poco de semen .
sonreír.
Me arreglo la ropa mientras Alfredo hace lo mismo.
-Bueno, esto…- empiezo a decir.
— No fue gran cosa, necesitaba relajarme. - se encoge de hombros .
-Sí, fue algo casual. Me alisé el pelo y recogí mi cuaderno del suelo.
Camino hacia la puerta, poniendo mi mano en el pomo.
-Buenos días, Sr. Ferregamo.
-Buenos días, señorita Thiff.
- ¡¿COMO ASI?! Cuéntamelo todo. - exclama Mabel con un grito, creo que me dejó sordo el oído izquierdo.
- Deja de gritarte loco, no fue gran cosa. Me encojo de hombros y me meto un trozo de pizza en la boca.
- ¿Cómo no fue gran cosa? ¡Tu jefe te pagó un oral! Y tú una mamada, todavía estoy procesando la información. - Dice mirándome fijamente. - ¿Cómo llegaron las cosas a este punto?
- Ni siquiera lo sé. - Suspiro. - Alfredo me llamó a su habitación y sin que yo lo esperara, me besó... al final dijo que era solo para relajarse o algo así. - Dejo el trozo de pizza en el plato, respirando hondo.
La verdad es que todavía entiendo por qué me molesté cuando mi jefe dijo eso en su oficina .
Eso no significó nada...
- Ella esta molesta. - No era una pregunta.
- Es sólo... oh, ¿sabes qué? ¡Guillermo es un idiota! Ni muerta que me voy a quedar aquí arrepintiéndome. Me levanté del sofá poniendo mis manos en mis caderas.
- Cariño, es así porque le gusta. - La miro como si estuviera loca .
- ¿YO? ¿A Wanda Thiff le gusta ese gilipollas? Claro que no.
- Mmm. - Mabel me mira con desdén.
- ¿Quiere saber? No importa, ¿vamos al club?
Necesito bailar y beber, quien sabe estar con alguien .
- Sabes que no me niego a una fiesta, ¡vamos!
•••
Alfredo
- Papá, por milésima vez: no me voy a meter con la mafia. - digo nerviosa.
Mi padre es un hombre muy poderoso, no solo porque es dueño de varias empresas; pero también por dirigir la mafia irlandesa .
Este cargo se transmite de padres a hijos, sin embargo, toda esta -tradición- terminó conmigo.
- ¡Alfredo, no tienes elección! Soy viejo, si muero, ¿quién lo gobernará todo? - Pongo los ojos en blanco.
- Papá... - digo con sarcasmo. - Es mi vida, ¿entiendes? Me importa una mierda lo que pase cuando mueras, tengo una hija. No puedo arriesgar mi vida, además, ¿por qué no le pides a Kai que se haga cargo? Estoy seguro de que le encantará. - Respondo tomando un medicamento para el dolor de cabeza.
Todo esto ya me está poniendo de los nervios.
- Kai no es mi hijo, solo es un bastardo. Fruto de la traición de su madre. - Cuando digo que mi familia es complicada, no miento en absoluto.
- Joder... - Golpeo mi puño sobre la mesa, ya cansada de esta conversación. - Escucha, Magnus, ¡basta de esta charla! Mi decisión ya está tomada, no volveré. - Cuelgo la llamada controlándome para no romper todo.
Estoy en la oficina de mi casa, hoy es sábado y quería pasar un rato con mi hija .
Subo a su habitación y la veo jugando con la niñera en el suelo. Hay un paño forrado y varios juguetes tirados.
- Me quedaré con ella un rato Jaque, puedes ir a descansar si quieres.
Jaque es una mujer muy competente, no tiene malas intenciones de mi parte y mantiene el respeto .
Ella sale de la habitación y miro a Felicity que tiene una sonrisa desdentada en su rostro.
- Hola hija. - La tomo en mi regazo y ella pasa su mano por mi barba, dejando allí una caricia.
- Papá. - Yo sonrío.
- Es amor, papi. Salgo de tu habitación y voy a la mía.
Me acuesto con Felicity en la cama y miro sus ojos de color marrón claro, casi verdes.
- Te pareces mucho a tu madre... - susurro recordando a Amanda .
Ella fue la primera mujer que amé en mi vida. Nos conocimos en la escuela secundaria; nos hicimos amigos, novios y luego marido y mujer .
Podríamos haberlo tenido todo ...
Éramos felices. Dos años después de la boda, Amanda descubrió que estaba embarazada. Toda la familia celebró, desafortunadamente, la mayoría de las mujeres en la familia de mi ex esposa eran estériles y tenían muchos problemas para quedar embarazadas. Pensamos que sería un milagro, que todo saldría bien y por fin podríamos tener a nuestra hija en brazos.
Eso no es lo que pasó. Amanda no podía ni sostener a Felicity, ver su carita, amamantarla... .
- Ojalá tu madre estuviera aquí, hija. - Beso tu cabello, oliendo el aroma del bebé.
¿Podré volver a amar alguna vez?
•••
- ¿Vamos a ese club? - Kai aparece en la cocina .
- No, quiero pasar el resto del día con Felicity. - Le aviso sin mirar, estoy preparando un sándwich para comer.
- Pero Felicity duerme a las ocho, la niñera de gatos puede dormir aquí. Vamos, Alfredo, dime: ¿cuánto tiempo hace que no sales a divertirte? Él pone sus manos sobre mis hombros.
- No...
