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¿Qué podría resultar en todo este odio que en el fondo solo puede pasar por deseo y lujuria?
¡Definitivamente odio a mi jefe!
¡Alfredo Ferregamo casi me despide porque llegué cinco minutos tarde!
- Estúpido. Murmuro por lo bajo mientras ordeno mi escritorio. -Wanda hace esto, Wanda hace aquello. No está bien, puedes rehacerlo. ¿Por qué no rehaces tu vida, pendejo? Lo imito, casi estallando de rabia.
-¿Hay algún problema, señorita Thiff?- - Salté de miedo cuando escuché su voz espesa .
- No señor. Levanto la cabeza con una sonrisa.
-¿Has organizado mi agenda para hoy?- - Preguntó ajustándose su típica chaqueta negra.
- Sí. Tienes una reunión con los Paul a las diez. Almuerzo con tu hermano y unos papeles para firmar. — Cito todo lo que anoté en mi cuaderno.
-Correcto…- respondió medio alegremente.
- ¿Todo bien con el señor? frunzo el ceño
-Oh sí… mira, no es asunto tuyo. Haz tu trabajo. Te llamaré para la reunión en media hora. - Dice grosero y seguro las ganas de poner los ojos en blanco .
Alfredo camina aún distraído hacia su habitación y respira hondo.
Vislumbro mi celular vibrando sobre la mesa, esbozo una sonrisa cuando veo el nombre de mi mejor amigo.
-Hola Mabel . — Saludo ajustando unas hojas de cálculo en la computadora .
¿ Cómo te va? - pregunta.
Sé que en este momento debe estar en el estudio donde trabaja. Mabel es actriz y protagoniza una película .
— Igual que siempre . Respondo distraídamente. - Hoy parece estar de más mal humor que de costumbre.
- Él es tan atractivo... lástima que sea un imbécil-. - Me río.
— Bueno, ¿quieres cenar hoy en la casa?
- No funcionará, el director dijo que teníamos que terminar esta película para mañana, así que me quedaré más tarde. - explica.
- Vale, creo que cuando llegue a casa pediré una pizza y me daré la vuelta inmediatamente después.
-Le pagan por hablar todo el día, Srta. ¿Oeste?
¡Jesús del cielo! ¿De dónde salió este hombre?
— Ah... tengo que colgar amigo, la baba... mi jefe está aquí. adiós _
— Buena suerte.
Cuelgo el teléfono, reprendiéndome a mí misma por ser tan descuidada.
— Perdóneme, señor. No volverá a suceder. - digo con ganas de golpear esa cara molestamente bonita .
- Yo espero. ¿Podría reprogramar mi reunión y almuerzo con mi hermano para otro día? - ¿el pidio?
- Ah claro. Pero la reunión es importante, ya sabes que los Paul son exigentes .
Alfredo nunca ha faltado a ninguna reunión, ¿va todo bien?
— Tengo que irme a casa, mi hija está enferma. - dice.
-Está bien… ¡¿espera qué?! Me tapo la boca cuando me doy cuenta de que grité. -Lo siento, no sabía que tenías una hija.
-Yo… hablé demasiado. Solo haz tu trabajo si no quieres acabar en la calle .
¿Alguna vez dejará de actuar como un burro?
- Bien entonces.
Lo que no daría por poner mis tacones en su cabeza .
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Mi jefe - lamentablemente - se fue apurado hace unas horas y estoy terminando unos papeles para poder irme a casa.
Un hombre de piel tan blanca como la luna y cabello del mismo color se acerca casi corriendo.
-¿Has visto a mi hermano idiota?- - pregunta.
- ¿Su hermano? Arrugo la frente.
¿De quién está hablando?
—Sí, Will. – anota como si fuera obvio.
-¿Alfredo Ferregamo es tu hermano?-
Y cada vez me sorprende más mi jefe .
Por cierto, está amargado, no tenía idea de que tenía una familia .
De acuerdo, eso podría haber sido grosero de mi parte. Pero Alfredo no parece el tipo de hombre que tiene una hija, ni me lo imagino siendo cariñoso con nadie .
-Sí, el pendejo no contesta mis llamadas. No he sabido nada de mi sobrina. Mueve el celular en sus manos.
¿Y su madre?
Maldita sea, ¿por qué tengo que ser tan curioso?
-Ella… murió en el parto.
Ay Dios mío.
-Lo siento, no quise ser invasivo .
Tal vez haya una verdadera razón por la que Alfredo es tan arrogante.
-Está bien… simplemente no le digas a Will que te lo dije. ¿Podrías intentar llamarlo? él pide.
-Sí, espero que no me regañen-. - arete.
Busco en la guía telefónica de mi celular el número de mi jefe, esperando unos minutos hasta que escucho su voz profunda.
— ¡¿Qué es?! ella casi grita.
- Tu hermano vino aquí queriendo saber de ti, si contestaste el teléfono no tendrías que molestarlo.
Mis ojos se abren cuando me doy cuenta de lo que he dicho .
jodido _
- Señor, no fue mi intención…- La llamada termina antes de que pueda terminar la oración.
¡Estoy jodido!
-Gracias, es él. - explica el rubio al escuchar sonar su celular.
- De nada. Doy una pequeña sonrisa.
¿Y ahora? Alfredo estaba enojado antes, y todavía le hablo así.
¡Ah, pero también, se lo merecía!
Alguien tiene que tener en ese cerebro que el chico guapo no puede tratar a todos como un felpudo .
Si me quedo sin trabajo, al menos podría decirle algunas verdades .
Pero prefiero seguir trabajando aquí. El mercado laboral no es fácil.
Salgo de mis pensamientos con mi teléfono celular sonando una vez más.
es mi jefe...
- ¿Hola? - Hablo con miedo.
- Necesito tu ayuda...
Casi cerca de mi hora de salida, aquí estoy caminando hacia la mansión del Sr. Alfredo.
¡Santo Lucifer!
¿Qué quiere de mí?
El taxi se estaciona frente a la mansión y abro la boca asombrado por la residencia. Creo que solo mi apartamento no tiene una habitación en esta casa.
Llamo a mi jefe para avisarle que he llegado, porque si de mí dependiera encontrar el timbre, estaría aquí todo el día.
Will abre la puerta y casi saliva ante la vista que encuentro.
Está sin camisa, solo usa pantalones de chándal grises y su hija en su regazo.
¿Por qué los hombres con hijos son tan atractivos?
'¿Te perdiste algo?' Salgo de mi trance con su habitual voz ronca .
¡Delicioso... grasiento!
-Me pediste que viniera aquí, ¿de qué querías hablar?- Me cruzo de brazos, arqueando una ceja.
-Necesito que me ayudes con Felicity. – pregunta, luciendo desesperado .
- ¿Quién?
— Mi hija, tiene fiebre y está vomitando… — explica mirando a la pequeña que me mira fijamente .
-¿No puedes llamar a alguien más?- Yo sugiero.
-No tengo… quiero decir, Felicity no tiene una figura materna. Mi mamá prácticamente me odia y la niñera no puede venir .
Recuerdo lo que dijo el hermano de Alfredo sobre la madre de Felicity.
Creo que puedo ser un poco amable con él, aunque no se lo merece .
-Está bien... pero ¿puedes explicar exactamente por qué yo?- Tomo a la niña en mis brazos.
-Tu currículum dice que trabajaste como niñera a los quince años. — masajea las sienes .
- Ah sí.
