Capítulo 3
Ana, Lora y Sofía estaban mirando TV. Coreen y yo nos sentamos en unos de los muebles, mirando la TV olvidé lo vivido, pensé que con lo vivido esa noche a mi hermana no se le iba a ocurrir volver de nuevo otra travesía como esa. Mas tarde dejé a la demás y me fui a mi habitación para dormir. Yo tenía demasiado sueño. Él siguiente día vi todos los mensajes que Julio me había enviado, increíble Max y Julio molestándome.
«¿Julio escribiéndome a estas alturas?».
«Wow, es sorprendente».
«Vaya, tengo mensajes de él de él día entero».
«Que se vaya a la mierda como Max».
Tomé la decisión de ignorar por completo los mensajes de él también. Luego me movilicé para bajarhacia abajo, de seguro el desayuno estaba listo. Entré en la cocina y mi madre me vio.
—Denis me alegra que hayas venido, necesito tu ayuda con el desayuno, tuve un percance —me dijo ella meneando una cazuela.
Avancé mis pasos hacia donde estaba ella para ver que ella estaba cocinando, pude ver ella estaba haciendo una sopa. Mientras ella meneaba, yo podía ver lo que había allí adentro.
—Huele bien mamá —le comenté a mi mamá.
Mi mamá sonrió ampliamente, pero vi que ella había amanecido muy bien.
—Ve a la despensa y busca los panes, prepara sándwiches Denis —me dio una orden ella mí.
Obviamente yo asentí.
Me desplacé rápido para buscar los panes, después me movilicé para la nevera y saqué de allí el queso amarillo y el jamón.
Después de yo haber terminado de preparar los panes, me animé a realizar una profunda conversación.
—Denis yo no quería contarte algo, te podrías molestar pero creo que lo sabrás comoquiera —me comentó ella.
En seguida se inundó en mí la inseguridad profunda.
—Cuéntame mamá.
—Uno de tus ex novios tiene como tres días consecutivos tratando de comunicarse contigo, creo que verdaderamente es... —realizó una breve pausa, pude darme cuenta de que ella no podría recordar el nombre del tipo, pero como que podría deducir quién podría ser, decidí rápidamente hablar—. Me parece que tú hablas de Julio mamá.
—Sí, es ese. Lo he notado muy insistentemente, pensé que él no se recordaba de ti —comentó ella.
—Llegué a pensar en eso mismo mamá, justamente ayer vi en mi móvil mensajes de él pero realmente no sé como consiguió mi número personal, obviamente no le pongo atención —le fui comentando a mi mamá.
—Debes de tener mucho cuidado Denis, realmente no conoces las verdaderas intenciones de él, yo percibo a Julio como un chico bueno, pero uno nunca sabe, no debemos de confiarnos del todo —aseguró ella y tenía razón.
—Podría ser hasta de la otra banda pero ya no siento ningún tipo de interés por él, lo que tuve con él forma parte del pasado, igualmente que mi relación con Max, pero este es un caso aparte —pronuncié yo.
—Denis, no me gustaría que tú regresaras con Max —alegó mi mamá, ella conocía ciertos detalles.
—No te preocupes no pienso volver con él —contesté yo en definitiva—. Mamá voy a pedirte a que no tomes en serio a todos los que llamen. Para mí es insoportable tener que encontrarme algunos en la calle.
Terminanos la conversación y busqué a todos para que desayunaran.
Horas más tarde...
Ya me estaba aburriendo, se podría percibir por el ambiente el ambiente pesado, las chicas se movían de un lugar a otro sin saber que hacer, por más que escucháramos música y que pondríamos programas de TV no era suficiente, hacía falta un poco más de diversión o disponerse a algo.
—Hoy nos merecemos un paseo por el campo chicas y si es posible ir al río —sugirió Ana emocionada.
Mi hermana y Lora se encantaron.
—Que buena idea, tal vez podríamos conocer gente —comentó Coreen.
—Yo traje mi traje de bañó, no sé ustedes —recordó Lora.
—¿Dónde está Ana? —preguntó Coreen.
—Durmiendo, creo que se tomó una botella de whisky anoche, se levantó, comió su desayuno y retornó a la cama —respondí.
—Talvez ella no se encuentre disponible —dijo Ana.
—Coreen, ve busca una pastilla para la resaca, está en la cocina y dáselo a Ana, si está tan mal con eso mejorará, no la dejaremos aquí —demandé.
—¿Crees que tan rápido se le quitará? —cuestionó Coreen.
—Obvio, en lo que empacamos y llegamos al río ella estará lista como nueva —le respondí.
—Entonces iremos al río —pronunció Ana.
Arreglamos nuestras cosas para llevar. Empacamos frutas, preparamos sándwiches, sumamos algo para beber como; lata de jugo, refrescos, agua y partimos. Mi padre nos prestó su minibus. Cuando llegamos al río más cercano tomé mi móvil a ver la hora y vi llamadas perdidas era mi ex novio Max.
«Otra vez este pendejo»
«Hasta cuando continuará»
«No veo nada de Julio, que bien»
Era un fastidio después de lo que me hizo tuvo el descaro de hablarme, pero no es de extrañar, los hombres no suelen darse por vencidos fácilmente, el ego es tan grande que creen que les pertenecemos de por vida, lo ignoré una vez más. Bajamos todas a las gramas donde había sombra. Los árboles no estaban muy distanciados del otro, por eso se podría apreciar mucha sombra. El río se veía hermoso. Muy hermoso. Me encantaba la conexión que sentía entre el paisaje y yo. Nos echamos un chapuzón al agua, nadamos, comimos y todo por el estilo.
Después me aparté del agua, me desvestí y me sequé procediendo a colocarme ropa seca, quería ver más a través de los árboles, que se podría ver entre ellos, caminé hasta un poco más lejos de pronto me topé con un susto inesperado. Había un chico en frente de mí, el chico me miraba con ternura, yo lo miré con admiración, tenía unos ojos hermosos, su semblante era muy hermoso y decidí romper el silencio.
—Disculpa no te vi —me disculpé. El chico me sonrió.
«Qué dirá»
—Discúlpame tú a mí, yo no te vi —pronunció —. O mejor dicho... No nos vimos.
—Bien, me retiro —le dije moviéndome hacia atrás, el chico me detuvo por el brazo.
No pude permanecer por más tiempo ya las rodillas me estaban temblando, no quería que se diera cuenta de mi debilidad. Ese chico me puso nerviosa.
—Disculpa. ¿Te conozco? —me preguntó con curiosidad. Lo miré sorprendida.
—No recuerdo haberte visto antes —le comenté.
«¿Será qué me habrá visto?»
«Ay Dios, voy a desmayarme»
Me sentía estúpida en ese momento, sabía lo que significaba mis nervios, no era algo normal, eran signos de enamoramiento.
