2 - 2
—Soy Steve y vengo de parte de la dimensión central.
—Necesito que cures la heridas de mi amigo, Harry—cayó desmayado.
—Hay que hacer algo de inmediato—busqué a Diddo para que los pudiera ayudar con esto. Tomamos los dos cuerpos y los colocamos en el suelo, habíamos hecho unas cañas improvisadas—¿hay buenas noticias?—Diddo estaba atendiendo los cuerpos.
—Desafortunadamente para este chico la condición no es muy buena que digamos—lo estaba analizando—lo único que podemos hacer es inyectar un poco del poder de James al cuerpo de este chico, quizás y nos funcione—sugirió.
—¿Acá también está Jinsu?—preguntó Steve.
—Si, lo tenemos en el otro cuarto, Pelé el niño que cargaba en sus brazos no está tan bien que digamos, su cuerpo no le permite aguantar mucho como el cuerpo que poseen los justicieros.
ASTRID
—El plan que tengo es el siguiente—kubo se me acercó al oído—ya que no queires laginar a tu amigo lo único que se me ocurre es que debes de atacar a Pavard, de esa forma quizás el se distraiga y el hechizo se termine, pero debes de atacar.
—Está bien—asentí valientemente, tenía que hacer algo al respecto, pero fuera lo que fuera a mi no me gustaba lastimar a nadie.
—¿Ya terminaron su reunión?—Pavard se reía—Katsuro, vuelve a atacar—le rodeó y en seguida le hizo caso.
Tomó sus katanas y corría hacia mí, pero de pronto Kubo lo detuvo. Ellos dos estaban peleando.
—Es el momento que lo ataques, Astrid—kubo seguía luchando para distraer a Katsuro. Había un espacio pequeño en el cual Pavard había bajado la guardia.
—¡Ahora!—libere uno de mis hechizos, se había dirigido hacia Pavard, pero la trió había utilizado su paso flash sirviéndole como escudo—¡no!—me había dolido el alma ver qué había herido a mi propio amigo.
—Qué tontos que son, ¿creen que yo bajaría la guardia solo porque estaba controlando el cuerpo de Katsuro? Están equivocados—carcajeaba—Katsuro no solo puede atacar, el sabe que también me deberá de defender todo el tiempo que sea posible—el cuerpo de katsuro estaba sangrando por el ataque que le había hecho—ataca katsuro—volvió a ordenarle, esta vez no tenía ningún tipo de defensa, sin duda venía dispuesto a matarme, pero por milagro una espada se había interpuesto, había detenido su espada a tan solo centímetros de mi cara.
—¿Suiem eres tú?—había un sujeto fuerte delante de mi, tenía una armadura negra y se asemejaba a los justicieros.
—Si—Pavard fruncio el ceño—¿quien eres tu?
—Soy Max, justiciero del recuadro cuatro, la dimensión central me ha mandado a destruir a todos los Volt y veo que tú eres uno de ellos—tomó su espada y utilizó el paso flash ara atacado, pero Katsuro se había interpuesto—¿por qué estás defendiendo a este sujeto Katsuro?
—Es por la habilidad que tiene su muñeco, este le permite controlar las emociones y del cuerpo de su enemigo—traté de aclararle.
—Con que esa es la habilidad de tu muñeco—rascó su mentón—creo que de igual forma tendré que destruir a Katsuro.
—¡No lo hagas!—tomé su brazo.
—Qué tonto que eres—Pavard se mantenía a una distancia considerada—mi rosa podría incluso apoderarse de tu vuelo si yo quisiera—reía—me pregunto cómo será tu cuerpo d fuerte también, pero antes termina este trabajo Katsuro—ordenó, pero este no se movía—te he dicho que lo ataques maldito.
—A...Astrid—Katsuro tartamudeaba y no podía sostener bien su espada. Parecía que se estaba oponiendo a algo—necesito que me ataques en este instante.
—No lo puedo hacer Katsuro, no puedo lastimarte—me sentis impotente como siempre.
—Vamos, no pierdas más el tiempo, yo no podré dormimar esta cosa por mucho tiempo, no temas a qué me pase algo—se seguía oponiendo, con dificultad podía hablar—créeme que como justiciero morir bajo tu mamá o sería el acto más justo y honorable de mi parte, no dejes que esta cosa me controle nuevamente, solo hazlo por favor.
—Así es—aseguró Max—para nosotros los justicieros tenemos que rendir honor a nuestro nombre, la justicia es el camino a la verdad y tendremos que asesinar a Katsuro.
—Pero no quiero lastimarlo—mis lágrimas empezaron a rodar en mis mejillas, no sabia que hacer con todo esto, por un lado quería ayudar en la batalla, pero por el otro no quería Lagunes a mi propio amigo.
Katsuro empezó a retorcerse de dolor, gritaba como si fuese que lo estuvieran quemando vivo, hasta que sus ojos volvieron al mismo estado que se encontraba.
—No se preocupe, amo, ya volví a tomar el control de este cuerpo, le pido disculpas por lo sucedido—decía su muñeco.
—Esto es demasiado, siempre tengo que estar en una situación en donde mis sentimientos se encuentren rotos, pero esta vez no será así, Max—lo observé—muchas gracias señor ayudarme, pero es mi tuno de acabar con esto de una sola vez—caminé hacia Katsuro, esta vez sentis un enorme poder recorrer por mis venas.
—Katsuro, ataca—ordenó Pavard, Katsuro una vez más colocó su mano frente a mi para generar más de estos hechizo, logró lanzar uno que estremeció el suelo con su impacto—Perfecto, seguro esa chica quedó muerta—Pavard reia sintiéndose Victorioso más sin embargo yo salía de esa cortina de humo, siempre de frente caminando poco a poco hacia el, enseguida él empezó a lanzar una y otra vez sis hechizo, pero mi escudo era lo suficiente fuerte para resistir todos sus ataques.
Tomé su espada del filo con mi espada, el poder de mi corazón era muy grande que nada podía haceme dslo en este estado, mi cuerpo estaba luminoso como el sol. Abrace a Katsuro rodeándolo con una burbuja de poder.
—Esto no puede ser—gritó el muñeco desde su interior, poco a poco fue saliendo del cuerpo de Katsuro y este regreso a su normalidad—lo siento mucho amo, pero lo que esta chica hizo no sé cómo describirlo, solo que ya no tengo el poder para controlarlo.
—No te preocupes, los acabaremos de una buena vez—Pavard se ponía en posición de ataque, pero al instante había aparecido Max e hirió con su espada a Pavard.
—Tu tiempo ha llegado y no tienes oportunidad para poderme vencer y menos con tu tonto muñeco—alzó su espada para atacarlo con más contundencia, pero en lo que la espada cortaría la cabeza de pagar otro espada se había interpuesto había llegado un sujeto que portaba casi la misma armadura que Max—¿tu quien diablos eres?—los dos forcejaban con sus espadas.
—¿Acaso no te acuerdas de mi? Max—le respondió el sujeto misterioso, por su apariencia no podía decir que era un Volt.
—A decir verdad recuerdo tu rostro a la perfección—Max había recordado algo, pero lo sabía a qué se referían—después de todo las cosas que decían de ti eran cierta, qué el justiciero Bulls se había unido al clan de los Volt, no puedo creer que hayas caído tan bajo—negó con la cabeza y escupió—me das asco.
—Será en otro momento que tengamos que medir nuestros poderes Max—tomó el cuerpo de Pavard y se lo llevó entre la sombras.
Lo bueno de todo es que Katsuro había regresado a la normalidad.
—Por fin...—lo abracé fuertemente, el era mi amigo y tenía un cariño hacia el.
—Muchas gracias a ti, de lo contrario hubiera muerto siendo poseído por esa cosa—igualmente me abrazó con fuerza—lamiendo también por haberte dado problemas, no debí haberte forzado a que me mataras cuando se que tú tienes el corazón más puro que he conocido.
—Esto sí es emotivo—kubo estaba llorando. Si, así como lo vi, al parecer a él le había tocado el corazón la situación que pasamos.
—Qué patéticos que son ustedes lo humanos—Max cruzaba sus brazos. Quizás el no lo entendía porque ellos no creaban vínculos tan fuertes como nosotros con nuestros amigos, pero al menos no había sido una mala noche, no detuvimos a esos dos Volt, Pero habíamos rescatado a Katsuro.
