Librería
Español

Días grises

62.0K · Completado
yubelka1234
55
Capítulos
43
Leídos
7.0
Calificaciones

Sinopsis

Los días grises empiezan a formar parte de mi vida, todo se torna lluvioso y mi vista se nubla. Estoy haciendo las cosas mal, lo sé, pero no tengo otra alternativa. Tengo que sobrevivir con algo, aunque sea engañando.

DulceUna noche de pasiónSeductorRománticoDramaAventura

1 - 1

—Qué bueno que viniste—recibí en mi humilde morada a Diddo, él, se caracterizaba por curar las heridas eficientemente de los soldados en la dimensión central, por medio de un poder que aún no había visto—pensé que mi ayudante no te encontraría.

—Vine en cuanto supe que los heridos se trataban de Jinsu y el chico que había protegido—se colocó de rodillas para poner su mano en  el pulso—parece que está muy débil, a penas puedo sentir su pulsaciones bajas, pero no te preocupes yo haré todo lo posible para curar estas heridas, pero antes de todo necesito que traigas vendajes—se colocó a un lado del cuerpo de Jinsu.

Fui al botiquín de primeros auxilios que tenía en la sala, rebusqué entre las cosas y encontré algunos vendajes.

—Ten—se los di—no sé si este bueno con esto o ¿necesitas más?

—Es más que suficiente—de inmediato puso sus manos en forma de plegaria y empezó a recitar algún hechizo, de la palma de sus manos había una luz tenue de color amarillo, empezó a colocar sus manos en todas las heridas que tenían los cuerpos y como por arte de magia poco a poco fueron cerrándose.

—No había visto una regeneración tan rápida como la qué haces con tu técnica—analice cada paso que estaba haciendo.

—Así es, mi técnica es muy especial, por eso en la dimensión central era el responsable de mi escuadrón, todos los heridos tenían que pasar por mis manos, pero años depsues me retiré del servicio.

KATSURO

—¡Hechizo número tres! Explosión solar—había generado daño, pero no a el.

—Aún no comprenden la diferencia qué hay entre nuestros poderes—reía mientras sus armas también lo hacían—sus líderes como humanos son limitados en cambio el mío es inmenso, no conoce la palabra límites, ahora sufrirán bajo mi espada y mi escudo—decidió atacar a Kubo de inicio y logró atravesar su hombro.

—¡Dejalo en paz!—Astrid salió al rescate con su escudo psíquico al frente.

—Tu También recibirás tu parte—antes de que ella llegara tomó su escudo y lo lanzó hacia ella como búmeran. Tenía que hacer algo antes que pudiera impactarla.

Utilicé mi paso flash y logre aparecer a un costado de Astrid. Tome una de mis katanas deteneiendo su ataque.

—Créeme que estando presente no permitiré que le hagas daño, maldito—ataqué con mis dos katanas, tenía que intentar ver su punto débil.

—Muy lento—presumió de su velocidad y apareció un poco más alto—aunque sean tres contra uno no tienen ventaja, podrían venir más de ustedes y él resultado será el mismo.

—Así es, ustedes son insectos insignificantes para nosotros—habló sin espada.

—Hemos  enfrentado a oponentes más fuertes que ustedes—añadió su escudo.

Mientras tanto Astrid tenía en los brazos el cuerpo de Kubo, el estaba mal herido.

—¿Te encuentras bien?—le pregunto mientras intentaba cerrar la herida de su hombro.

—Lo estoy, tranquila, pero nosotros las marionetas espirituales poseemos un cuerpo prestado, aunque vuele en mil pedazos no me dolerá—se reincorporó—pero debemos de tener cuidado con este sujeto.

—Así es, intente encontrar un punto débil, pero aún no consigo hacerle ningún daño—los observé—tenemos que huir mientras idéanos algo—sugerí.

—Oye, tampoco soy un cobarde como para salir corriendo en plena batalla—Kubo fruncía el ceño.

—No estoy diciendo que huiremos por cobardes, sino por estrategia, por favor háganme caso—tome la iniciativa corriendo al frente, seguido por Astrid y por último Kubo.

—¿Dónde creen que van?—Rash nos seguia, pude observar que había lanzado sus espada y su escudo al aire, ambos estaban moviéndose en forma de círculo—nadie puede huir de mi.

—Un momento—había aparecido un sujeto que no teníamos idea de quién era—parece que te esta costando mucho vencer a estos chicos—sonreia.

—¿Qué haces acá, Pavard?—le pregunto Rash, al parecer era un Volt más.

Perfecto, no podíamos con uno y ya aparecía otro.

—Este trabajo tiene que ser para un experto como yo—presumia—no sé por qué mi líder te dio esta misión a ti, alguien que no tiene dominio de sus poderes.

—Cállate maldito engreído—Rash le respondió con enojo.

—Pero qué sujeto más amargado eres, Rash—salgo encima de él apareciendo frente a nosotros—vean mi poder—bajo un poco de su camisa, traía un collar con una perla de color verde, este la tomó y la lanzó a la tierra, d como una semilla se introdujo e la tierra y de léela emoedo a florecer una plata con una flor.

—¿Eso es un muñeco?—pregunté asombrado.

—Calla y espera—comentó mientras en su mano había caído una rosa la cual tomó vida.

—Me ha invocado mi señor—dijo la rosa.

—Quiero que ataques—le ordenó, pero la rosa no se dirigió a nosotros sino a Rash, clavando una espina en su cuello.

—¿Qué te pasa? Eres un estupido—llego su mano al cuello—se supone que estamos del mismo bando y me atacas—le reclamo.

—¿Qué? Tienes miedo por lo que veo—Pavard se burlaba de su propio compañero—ah, no recordaba, peor seguro la edad te esta llegando y por eso es que tus movimientos son más lentos de lo que pensaba—se llevó una mano a la boca y reía.

—Te has vuelto loco sinceramente, pero si tu objetivo es pelear con ellos está bien—guardo sus Armas—te los dejaré para que te diviertas, pero esto no se quedará así—se marchó entre la sombras.

—Este tipo debe de ser muy fuerte—dijo Kubo—si su amigo se puso así en cuanto lo miro es por que algo debe de tener.

—No importa—me puse al frente—no se preocupen, déjenme esto a mi—Home mis katanas y lo ataque de inmediato, pero este me pudo esquivar con un salto apareciendo a mis espaldas.

—Vaya...—sonrió—me llama mucho la atención tu habilidad, pero no será por mucho tiempo.

—¿Alguna orden más, mi señor?—su rosa le hablaba.

—Si, solamente quiero que te diviertas un poco con ellos—se metió las manos al bolsillo.

De inmediato la rosa tomó la forma de un proyectil que se dirígia a gran velocidad hacia nosotros.

—Tengan cuidado—nos agachamos, pero este se movía en muchas direcciones.

Una vez más atacó y no pudo impactarnos. Se miraba pequeña e inofensiva pero en cuanto lograba impactar con la tierra dejaba huevos con bastante profundidad.

—Creo que ya es suficiente ¿no crees?—Pavard reía—es hora de tomar las cosas enserio—chasqueo sus dedos y en cuanto termino de hacerlo esa rosa había tomado un tamaño más grande. Al instante nos volvió a atacar, pero esta vez tenía la forma como un meteorito.

Se dirigió hacia mí con más velocidad que en su primer ataque, logré poner mis katanas de forma de X, pero producto del  fuerte impacto logró zafarmelas de las manos. Tomó más impulso y volvió a atacar, salte y logre esquivar su ataque, pero ahora este se había introducido en la tierra. De esa forma no sabría de donde vendría el próximo ataque.

—Tengan mucho cuidado—advertí a los demás—ahora no sabemos si me atacara a mi o a ustedes.

De la tierra había emergido pero debajo de los pies de Astrid, este empezó a rodearla como un torbellino.

—Katsuro...—Atsrid intentaba salir del torbellino.

—No te muevas o de lo contrario he mutilará—le dijo Pavard mientras sonreia como un desquiciado.

No esperé a más. Corrí rápidamente a recoger mis katanas, tenía que hacer algo antes de que esa cosa terminara haciéndole daño a Atsrid. Tome una de mis katanas, seguí el rumbo de esa cosa con mi vista y logré detectar la secuencia en la que se movía. Lance una de ella y logré darle con éxito, pero esta volvió a introducirse en la tierra.

—¿Estás bien?—auxilie a Astrid.

—Lo estoy, no te preocupes—palmeo mi hombro—gracias por salvarme, pero aún hay algo pendiente.