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Capítulo 4.

A day at the beach.

Jonathan

Despierto con una resaca infernal, mi cabeza da vueltas sin parar.

El recordar es un lujo en este momento, la discusión con Sofía fue algo monumental.

¿Que se creía? que me dominaría, que podría tomar decisiones por mí.

Antes de irse dejo todo tirado a su paso, arrojando mis llaves por la ventana cerrada, si tomo en cuenta los vidrios rotos de la ventana.

Lo único excitante de toda la noche ha sido encontrar a Katherine. ¡Oh Kate! esos ojos de tormenta, ese cuerpo de sirena, como olvidarla, se me para solo de recordarla.

Creyó engañarme dándome una identidad falsa, resulto ser astuta la pequeña.

Al principio no la reconocí, apareció en la fiesta tan fresca tan bella tan caliente, no pude sacar los ojos de ella y como un acosador la seguí no solo con la mirada, también con mi hulk como una maldita brújula.

Pero la pequeña no podía quedarse quieta y decidió salir, que diría si supiera que más de un hombre intentó acercársele, pero yo podía ser muy persuasivo y los que me conocen saben que no tengo limites, cuando algo me atrae, no necesito mover un dedo, con la mirada la marque cómo mi presa.

Y nadie quiere enemistarse con un oficial con placa, ya sabes multas, arrestos y miles de opciones más, soy un maldito cabron, pero así es la vida algunos nacemos con estrellas y otros estrellados.

La busque en la playa, ¡tenía que besar esos labios!, pero como el hijo de puta que soy me olvide que tenía a Sofía en la misma fiesta que quería liarme con Kate.

Sofía es buena folladora, pero mala compartiendo

Comenzó a reclamarme y acusarme de cosas como “Que la tengo abandonada” etc etc. Y para rematar exigiendo que vuelva a casa, como broche de oro una bofetada por decir sus verdades.

Yo no tengo compromiso con nadie y todas lo saben.

¡Yo nunca prometo, yo solo meto y duro!

Para terminar después del espectáculo, encuentro a mi tan ansiada presa.

Sentada espiando, la pequeña me traía duro toda la noche y me jure que no me iría sin probar sus labios. Después de todo ella es la causante que Sofía no estuviera en mi cama.

Estaba recostada en la roca con las piernas dobladas, la observe un largo rato mientras no notaba mi presencia, descubrí que era ella cuando mi cuerpo se erizo al estar cerca, como en el hospital.

Estaba muy diferente, sus mejillas tenían un color saludable, su cuerpo lleno de curvas, en nada se parecía a la pequeña del hospital, mi hermana hizo un buen trabajo con ella.

Y pensó mentirme dándome una identidad falsa, pero como todo un caballero decidí seguirle el juego, si ella quería jugar, porque yo no.

En rollarme con ella será toda una travesía, conociendo a mi hermana ya le habrá contado hasta mi historial clínico, debo ir con cuidado si no quiero que Stefi me corte en pedazos.

Así que mientras elaboro un plan de caza, me conformare con revivir ese beso que me dejo despierto parte de la noche y con una mano derecha entumecida.

Hoy es mi día libre, que mejor momento para dedicar a mi tercera mayor pasión, mi dron, mi segunda es ejercicios eso me ayuda a no dejar rastros de cerveza en mi cuerpo y mi primera follar duro.

El orden de las cosas pueden cambiar, pero estas tres cosas están en mis prioridades hoy.

Vivo en un bungaló o un pequeño paraíso. Tiene una hilera de vegetación entre mi casa y la playa una muralla de la naturaleza que me da una sensación de privacidad natural, una piscina y un bar en uno de los costados.

¡La vida es maravillosa! es mi último pensamiento antes de ponerme los auriculares y empezar a trotar bordeando la playa.

Katherine

¿Es malo seguir fantaseando con su beso?

Pero como evitarlo, su cuerpo, su olor, la forma como mi cuerpo se enciende al tenerlo cerca.

Es increíble como un beso cambia la perspectiva de tu día, no un beso ¡EL BESO!

Tampoco tengo mucho con que compararlo, mi escases de recuerdos es considerable, para no decir nula.

Ahora entiendo las advertencias de Estefi con referencia a su hermano, si sus besos me hacen sentir así.

En definitiva él es malo para mi paz mental. Dejo estos pensamientos que no me llevan a ningún lugar.

¡El día está radiante! un paseo por la playa no me vendría nada mal.

Agarro los billetes que me dejo Estefi por si necesito algo, quiero rentar una bicicleta, pero mi miedo es más grande que las ganas. Soy como un bebe todo es nuevo. Estefi me repite constantemente un paso a la vez, pobrecita seguro siente mi frustración.

El paseo es perfecto, puedo admirar negocios, el mar, las personas, los bares.

Son cosas que aprendemos a apreciar, después de una tragedia como la mía.

Desabrocho mis sandalias y dejo que mis pies jueguen con la arena mojada, es una experiencia inigualable.

Llevo un buen rato caminando cuando veo cerca de la playa una zona privada, con murallas de vegetación, el lugar es hermoso y al acercarte puedes ver unos bungalós privados muy lujosos, un terreno en esa zona tendría un precio desorbitante.

Comienzo a hacerme la pregunta del millón ¿Qué tipo de nivel social tendría mi verdadera yo? ¿Tendría monedas justas para vivir, o monedas de sobras para compartir?

Estefi está segura que mi familia tiene una buena posición, si es que están vivos.

Llego a esa conclusión tomando en cuenta que no soy de la isla y por la ropa de marca que traía el fatídico día, la marca del vehículo y la pulsera que aún no tengo el lujo de conocer.

Que sería de mí si Estefi no estuviera en mi vida, estaría en un lugar de acogida, en otras palabras si no fuese por mi ángel Estefi sería una indigente.

Unos ruidos llaman mi atención, el sonido del agua meciéndose en la piscina, me acerco para poder observar ya sabes como dicen ¡la curiosidad mato al gato!

Me acabo de convertir en una acosadora, y lo peor sin ganas de querer marcharme, siento la adrenalina por lo prohibido y un cosquilleo por presenciar algo íntimo.

Quedo congelada, para que nadie me vea e intentó calmar mi respiración.

Inspecciono el lugar guardando cada hermoso detalle evito gritar cuando un hombre emerge de la piscina.

Que hombre, cierro mi boca por temor a que me entre una mosca, me quedo boba al ver la forma en que sale del agua. Sin ningún esfuerzo aparentemente utiliza sus musculosos brazos para levantarse al aire con piernas flexionadas al cielo y agua cayendo por todo su cuerpo. Verlo en esa posición hace que mi cuerpo reaccione al admirar cada parte de su anatomía, sin ningún escrúpulo observo y grabo mentalmente todo lo que puedo.

Seria anormal no quedarse prendida por un hombre así.

Se pone en pie cuando una mujer le habla desde adentro y el sigue la voz.

¡Este hombre es para temer!

Es mi último pensamiento al salir del lugar, rogando no ser vista.

Escapo invicto de la zona, o eso creo y espero.

¡Qué locura! si me atrapaban ¿Qué explicación daría?

Decido volver por el lado opuesto del camino recorrido, encuentro un pequeño bar muy bonito, gasto los billetes comprando dos ¡A Day at the beach! o ¡un día en la playa!

Una bebida que me llamo bastante la atención, por la combinación de colores desde el amarillo al rojo se ve exquisito y su sabor es increíble, no tardo en quedar un poco mareada con el sol, el estómago vacío y un poco de ¡un día en la playa! el cual contiene un poco de ron y quién sabe qué más.

¿Quién no estaría feliz? Con todo eso mesclado.

Todo veo diferente y lo único que me apetece es sentarme en un banco y reír a carcajadas de cualquier tontería, solo reír por reír.

Mi estómago me duele de tanta risa, pero no puedo evitar, algunas personas me observan con lastima, otras con esa mirada reprobadora y lo único que consiguen es que ría más.

Un muchacho bastante bonito se acerca, lindo rostro, lindo cuerpo, todo lindo.

¡Pero quien no es lindo en esta playa! juro por mis adentros que si encuentro a alguien feo  ¡Lo beso…. juro que lo beso!

Volviendo al hombre que ya me tiene sentada en su regazo, mientras yo no paro de reír y cuando por fin lo consigo mi cuerpo se siente pesado y sudoroso, mi visión borrosa y el latido de mi corazón a una velocidad alarmante.

Tengo el presentimiento que cree que conmigo la tendrá fácil y no se equivoca por la forma como me comporto. Sus manos recorren todo mi cuerpo y como parada mis senos. Esto se siente tan bien pero a la vez muy en el fondo sé que está mal.

Toca mis labios y yo lo beso recordando el ayer, no es lo mismo, me besa de una manera muy tierna, profundizo el beso, instándolo a que sea más agresivo, parece entender el mensaje porque su beso se vuelve más descontrolado, me friccionó contra el para calmar estos latidos en mis partes íntimas, pero nada ayuda.

¡Qué frustrante!

Lo intentó con mayor intensidad hasta sentir que el comienza a estrujar mi cuerpo contra el suyo, escuchó unos portazos y palabras lejanas.

Parece que le hablan por que deja de besarme. Pero no me aparta de su cuerpo.

Abro mis ojos y todo da vueltas mi cuerpo y mente no dan más, todo se oscurece—dejándome flotando, con una sensación de paz y tranquilidad.

Agradeciendo a dios que no todos los diablos de esta isla me electrifican la piel.

Jonathan

Llevo a Thais a su casa para cambiarse antes de ir al hospital, quien diría que esta mañana en mi trote diario la encontraría y basta decir que hice más ejercicio en mi cama, que corriendo una maratón en la playa.

Ella no es nada tímida, me lleve una gran sorpresa, la mujer es increíble con la boca, sus tetas son reales, no quedo un lugar de su cuerpo que no fuera penetrado.

Y ahora la paseaba en mi mustang hasta su casa con una sonrisa de oreja a oreja.

Ya dice la frase “Nada es lo que parece” sorprendido es quedarme corto.

Parece feliz a mi lado, pero quien no lo estaría en un Mustang 429 ¡Mi mayor tesoro!

Intenta cambiar mi emisora, antes que lo logre atajo sus manos y le niego con la cabeza, mi auto, mi emisora, ¡Yo mando!

Coloco mi mano entre sus muslos, subo poco a poco hasta llegar a la unión de sus piernas, me fijo en su rostro, antes de volver a atender la carretera, ella está más que excitada.

Abre sus piernas dándome un acceso ilimitado a su intimidad, mis dedos suben y bajan haciendo unos pequeños masajes y círculos sobre su tanga, voy más lejos, apartó su ropa interior, para introducir unos dedos y comienzo el juego.

Un dedo adentro, otro tocando su punto de placer, sus gemidos son fuertes, no es de las silenciosas.

Conduzco por la zona de la playa para alargar su momento de placer. Algo llama mi atención como si me estirara a él. Puedo llamarle instinto quizás.

En mi profesión es lo único que evita que una bala te tome por sorpresa.

Paro el vehículo y sin pensar toco la bocina una y otra vez, para llamar la atención del grupito reunido en la playa.

Thais me observa sin entender nada como siempre, algunas mujeres nunca son muy inteligentes.

Retiro mis dedos de su cuerpo y los limpio por su pollera.

¡Seré idiota! Si ya lo sé.

Es mejor que me conozcan tal cual soy, eso hace que nunca esperen nada de mí.

Mi mirada se dirige a Sac quien se acerca al vehículo al reconociéndome.

—Richard ha encontrado una preciosura—dice sin mirar que estoy acompañado. No puedo diferenciar a la mujer desde mi posición, solo veo a Richard besarla y presionarla a él.

Me fijo en su cabello largo y ondeante al viento

Mi corazón comienza a latir con fuerza, me inunda una rabia en estado de ebullición y los celos me hacen temblar, no me detengo a pensar en que pasa conmigo.

Bajo del vehículo y me acerco acechando como un depredador, sin llegar muy lejos identifico a la mujer.

Está totalmente desmadejada en los brazos de mi colega, grito el nombre de Richard una y otra vez para llamar su atención.

Levanta su mirada y se fija en mí, su rostro es de alarma, mi atención pasa a la mujer que parece en este momento muerta, colgada de sus brazos con su cabeza boca abajo y sus hermosos cabellos barriendo la playa y un Richard asustado sin saber ¿qué había pasado?

La rabia se enciende en mí, corro hasta ellos y la estiro con fuerzas sacándola del regazo de Richard y apretándola contra mí.

Aprovecho el momento de confusión para darle a Richard un puñetazo, que nunca en su historia se olvidara, lo tome por sorpresa.

Cargo a Katherine en brazos la llevó en dirección al auto, veo a Thais de reojo se ve sorprendida por mi reacción.

En este momento poco me importa lo piense, en realidad al segundo que vi a Kate me olvide de ella, tenerla en mis brazos me pone duro como una piedra.

Quizás soy un enfermo, pero no tengo control de mi cuerpo cuando ella está cerca.

Ahora debo concentrarme para llamar a mi hermana y poner a mi preciosa carga a salvo.

La introduzco en el auto del lado del acompañante que hasta hace unos minutos ocupaba Thais, observó su rostro de un color fantasmal, me asusto.

Le abrocho el cinturón, no puedo evitar darle un casto beso en sus tibios labios, esos labios traidores que hasta hace unos minutos estaban besando a otro hombre.

¿Qué hace esta mujer conmigo?

Observó a Thais le pido disculpa con la mirada, subo al Mustang y voy directo a mi casa

Al llegar apago el motor y la rabia me devora solo de pensar qué hubiera pasado si no la llegaba a ver.

Golpeó una, otra vez el volante para calmarme, la tomó en brazos para sacarla del auto. Busco su pulso, y su respiración es normal, esta sudada, me hacen suponer que esta drogada y lo confirmo alzando sus parpados y ver sus pupilas dilatadas.

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