Capítulo 3: Más que un beso
Pensé al principio que sería fácil, de todas formas, al principio le iba ganando y claramente manejaba mejor los controles que él, Max de hecho, no parecía estar acostumbrado a jugar, pero una vez que reconoció la utilidad de cada botón, me dio una paliza en el juego, dejándome incluso un poco picado por perder.
La diferencia entre los dos era de sólo un punto, era tan mínima que conseguía ser frustrante, ya que pronto mis labios estarían entrelazándose con los suyos. Eso me hacía sentir muy nervioso, quizás incluso esa fue la razón por la que terminé perdiendo frente a toda mi audiencia.
Podría decir que me siento arrepentido por invitarlo a jugar, pero no era así, al contrario, me divertí mucho jugando con él, Max me hacía reír a carcajadas y en más de alguna ocasión me vi en la obligación de pausar el juego para reírme, algo que sin duda, significaba que el video sería muy divertido gracias a él.
–¿Tienes algo que decir Alex? –preguntó divertido.
–Sí– respondí mirando a cámara–no juego más con vagabundos ¡y no juego mas esta wea! –me quejé bromeando mientras Max reía victorioso.
–Uy que se enoja–dijo picándome por lo que reí.
–Bueno eso ha sido todo por hoy, espero que les haya gustado y nos vemos hasta la próxima, aaadios–dije antes de levantarme y apagar la cámara–no es la primera vez que juegas ¿verdad? –quise saber luego de apagar todo y claramente guardar la grabación.
–Jugué hace muuuucho tiempo atrás, la primera que salió– respondió.
–Ahí esta po... esta fue mi primera vez.
–O sea que ¿tuviste tu primera vez conmigo? –preguntó de forma coqueta.
–¡¡No seas mal pensado!!–grité mientras Max se reía a carcajadas– hablaba del juego...–murmuré avergonzado.
–Yo también ¿qué te pensaste? – dijo con una sonrisa divertida puesta en sus labios mientras movía el asiento de lado a lado–Ya he ganado, ya has apagado las cámaras...–fue diciendo por lo que mi corazón se fue acelerando muy deprisa– me debes algo, Alex.
–¡Mira qué tarde es! –dije intentando huir de allí, pero él me tomó del brazo obligándome a sentarme en sus piernas, quedando frente a frente.
–Quiero mi beso– su respiración chocaba con la mía por la cercanía que teníamos, sus manos se posaron en mis caderas muy cerca de mi trasero tensando y estremeciendo mi cuerpo al mismo tiempo, mi respiración se entrecortaba sobre sus labios, me daba mucha vergüenza besarlo y mis mejillas lo demostraban al tomar un color carmesí– dame mi beso...– volvió a pedir, pero esta vez dirigiendo sus manos hasta mi trasero provocando que mi cuerpo sufriera una corriente eléctrica que se pasaba por todo mi cuerpo.
–D-Dámelo tu...– pedí ansioso por besarlo, pero me daba vergüenza hacerlo.
–¡Pero si yo gané! –se quejó con una amplia sonrisa dibujada en sus labios.
–Pero... yo...– titubeé mientras que él se fue acercando lentamente y al mismo tiempo yo me acercaba a él hasta llegar al punto en donde sus labios se rozaron con los míos.
Aquel gentil roce dio paso a un apasionado beso de aquello que te dejan sin aliento, además la cercanía parecía no ser suficiente tras mis dedos enredarse en su cabello intensificando de una forma indirecta el beso. Ahora era más intenso que antes, incluso se podría decir que más caliente, llegando al punto en donde él apretaba suavemente mi trasero insinuándose algo más allá que un beso.
Se sentía muy bien, pero una vez que cortamos el beso nuestras respiraciones eran agitadas y entrecortadas, parecía que deseábamos devorarnos de una forma más intensa, algo que se evidenciaba cuando nos miramos a los ojos, casi pidiendo permiso para besarnos otra vez, pero ahora ya no podíamos detenernos.
Su lengua pidió permiso para entrar en mi boca y yo sin pensarlo la dejé, no deseaba pensar en nada, se sentía bien la forma en la que su lengua se rozaba con la mía de una forma lujuriosa, además sentía cierto cosquilleo en mi vientre que me motivaba a continuar, sobre todo cuando cortamos el beso casi sin aliento, quedando con un fino hilo de saliva que nos mantenía unidos un instante antes de que él lo cortara.
Mis mejillas se sentían calientes, yo me sentía excitado, además mi cuerpo se quemaba y únicamente nos habíamos besado ¿qué pasaría si lo dejo tocar un poco más?
–Cuando quieras jugamos otra vez– dijo pasando sus manos por mi trasero, mi espalda rápidamente se arqueó por su acción y él aprovechó para robarme un corto beso antes de besar mi cuello.
Eso me lograba estremecer, así que le abrí paso a que siguiera, no planeaba detenerlo por ahora, además él me levantó entre sus brazos obligándome a envolver mis piernas alrededor de sus caderas para así llevarme hasta el sofá, ya que era lo más cercano ahora mismo. Una vez estando allí, él me recostó en el sofá y se subió sobre mi cuerpo para besarme con más lujuria que antes, era evidente que no pensaba detenerse ahora.
–E–Esto no estaba en el trato–jadeé sobre sus labios casi en un suspiro.
–Bueno, pero no te quejas mucho que digamos…– susurró sobre mis labios robándome un corto beso– además…–susurró acercando sus labios a mi cuello estremeciéndose– es tu culpa por provocar tanto...
Max metió su mano por debajo de mi polerón, su mano tocaba mi pecho y este quemaba, todo mi cuerpo estaba quemando por cada caricia que él me proporcionaba, sobre todo cuando acaricio a uno de mis pezones, antes de pellizcar consiguiendo que mis labios soltaran un vergonzoso gemido que me obligaba a cubrirme la boca con ambas manos.
–Déjame escuchar–dijo quitando mis manos–quiero oírte gemir para mí– añadió con una sonrisa coqueta.
–N-No quiero...–dije avergonzado, mientras él levantaba mi polerón junto a mi polera para lamer y morder levemente a uno de mis pezones, a medida que al otro lo pellizcaba suavemente.
Jamás habían tocado mi pecho de esa forma, se sentía extraño, de hecho, si decía que no me gustaba estaría mintiendo, sobre todo cuando bajó su otra mano la pasó suavemente por encima de mi entrepierna. Max claramente deseaba tocarme por debajo de la ropa, él dirigió su mano hasta mi cinturón y con sus hábiles dedos lo desabrochó e incluso me lo quitó para deslizar su mano dentro de mi ropa interior, tocando directamente mi miembro previamente excitado.
–Nngh...– gemí–p-para...n-no quiero...–levanté su rostro para que me mirara–para...–mi cuerpo hacia todo lo contrario a lo que mis labios decían, ya que lo puse debajo de mi cuerpo viendo como su sonrisa se expandía con diversión, incluso me ayudó a quitarme la parte de arriba de mi ropa mientras que yo desabrochaba su camisa.
Sus labios besaban los míos y mi lengua jugaba con la suya, esto estaba siendo demasiado intenso, mi mente no estaba pensando con claridad, de hecho, me estremecí cuando su erección se rozó en mi trasero dejándome ver un lado que yo no conocía de mi cuerpo.
–Nngh... Max...–Arqueé mi espalda tras su miembro tocar mi entrada aún con nuestros pantalones puestos.
–Gime para mi Alex... quiero comerte entero...–observé sus labios y me acerqué a ellos para besarnos otra vez.
–Vamos a mi cama–jadeé.
Me levanté de encima y caminamos besándonos hasta mi cama, en donde varias veces chocamos con la pared al no ser capaces de ver a dónde nos dirigimos, en un momento como este, mis pensamientos solamente estaban centrados en desabrochar su pantalón mientras que él devoraba mi boca con lujuria.
