CAPÍTULO 3
eran asesinas! ¿Cómo se metieron mis padres en asuntos de la mafia? ¿Cómo?
—¿M -mafia? —balbuceé con miedo— . ¿ P -por qué?
- No te lo voy a decir todavía. - Dijo Cristiano . - Todavía hay mucho de tu pasado enredado en los asuntos de la mafia. -
¿Mi pasado? ¿Qué tiene que ver mi pasado con la mafia?
La puerta se abrió, haciéndome dar un respingo y darme la vuelta. Un chico italiano alto y guapo entró y me miró a mí y luego a Cristiano.
- ¿Es ésta la chica? - le preguntó Cristiano.
-Sí , lo es y además es muy bonita. -Ayudó Cristiano.
- Hmm... ella es bastante bonita. - dijo mirándome de arriba abajo. - ¿Cómo te llamas? -
—Yoana . —balbuceé mientras el nerviosismo se apoderaba de mí.
Se acercó a mí y tomó mi barbilla entre su pulgar y su índice y enfocó mi cabeza hacia él.
- ¿ Tienes miedo de mí? - preguntó.
¡Diablos, SÍ!
- N-no. - respondí
- No mientas. - dijo.
Negué con la cabeza otra vez y él se rió un poco.
- Soy Geovanni Sánchez.- se presentó el chico .
Como si Cristiano Geovanni fuera una obra maestra. Su cabello era castaño oscuro y sus ojos también oscuros e intensos. Aparté la mirada un poco, temiendo que me perforara con esos ojos. Su acento era suave, pero más profundo que el de Cristiano. Vi una pistola en su cintura y me estremecí un poco.
- ¿ Cuántos años tienes? - me preguntó Geovanni sin dejar de mirarme.
- Dieciséis. - Respondí.
- Dos años menor que yo y tres para Cristiano. - dijo Geovanni - ¿Cuándo es tu cumpleaños? -
- Agosto . -
Él asintió y cerró la puerta. Solté el aliento que ni siquiera sabía que estaba conteniendo.
Bueno, eso fue raro. Empezó a hacer preguntas como si fuéramos amigos o algo así.
Geovanni se sentó en el sillón junto a Cristiano. Ambos sacaron sus teléfonos y empezaron a conversar rápidamente en italiano. Por su forma de hablar, supe que eran los típicos chismes de adolescentes en redes sociales. Los escuché hablar, deseando al menos entender lo que decían. Salí de mi ensimismamiento cuando la puerta se abrió de nuevo.
—Eres muy diferente de lo que esperaba —dijo una voz italiana y me giré para mirar al que hablaba.
Guau.....
En cuanto lo vi, supe que era pariente de Cristiano. Ambos chicos eran idénticos. El de la puerta era unos centímetros más bajo y, por su aspecto, podía distinguir que era el hermano menor. Su pelo era del mismo color negro azabache, pero mucho más rizado que el de Cristiano. Llevaba el pelo corto en la nuca, que fue subiendo hasta formar una espesa mata de rizos en la coronilla, pero las puntas no estaban teñidas.
Sus ojos eran de un azul más brillante y reflejaban una pequeña franja dorada. Llevaba un pequeño pendiente de diamante en la oreja izquierda y una pequeña cadena de oro alrededor del cuello. Vestía de forma informal, como los demás, con la parte superior de sus calzoncillos al descubierto y el cinturón suelto. Enseguida comprendí que era el chico malo y el imprudente de los tres.
—Déjame adivinar... ¿Eres la chica que estamos esperando? —cuestionó .
No pude hablar así que asentí.
- Eres mucho más bonita de lo que esperaba.- admitió .
Tiene un acento tan suave que seguro que las chicas se enamoran de él cuando habla.
-Soy Alejandro.- se presentó . - ¿ Tú? -
-Yoana.- Respondí.- Me llamo Yoana.-
Alejandro cerró la puerta tras él y se acercó a Clarke. Tiró algo sobre el escritorio antes de tirarse en el sofá.
—¿Por qué estoy aquí? —pregunté— . ¿ Qué tengo que ver con la mafia ?
Alejandro me miró y luego miró a Cristiano.
- ¿No se lo dijiste? - le preguntó.
- Ese es tu trabajo.- respondió Cristiano recogiendo la carpeta que Alejandro había tirado sobre el escritorio.
Alejandro gimió y Geovanni negó con la cabeza hacia Alejandro .
—¿Puedes darte prisa? —Me crucé de brazos— . No entiendo nada y estoy lista para volver a casa. No me importa quién esté hablando, pero ¿puede alguien explicarme por qué me sacaron de mi casa, me subieron a un avión y me sentaron aquí ?
—No vas a volver. —Geovanni me miró.
—¿Qué ? —le pregunté con incredulidad.
- No vas a regresar a Miami. - Alejandro repitió : « Una vez que entras en la mafia, no puedes volver atrás. Tu padre está vinculado con nosotros y perdió algunas de nuestras armas, así que para vengarte nos las vendió » .
Me quedé allí parado. Por segunda vez en poco tiempo, decir «sorpresa» era poco.
¿Mi padre? ¿Qué tiene que ver con esto? Y más importante aún... ¿por qué necesita armas?
- Te vendieron por $,,. - continuó Cristiano. - Ahora eres nuestra propiedad, te guste o no. -
-Tengo una vida- comencé
- Eso ya lo sabemos. - Geovanni le quitó la carpeta a Cristiano y me la arrojó. - Te buscamos de antemano. -
Lo abrí y se me escapó un jadeo. Era una lista de todo lo que había hecho en mi vida. Todas las asignaturas que reprobé y aprobé, todos los lugares a los que fui, la escuela a la que asistí; lo sabían todo sobre mí. Había muchísimas fotos mías. Me observaban atentamente a cada movimiento y a cada cosa que hacía.
- Nunca volverás a ver a esa gente . Alejandro dijo : -En este momento la escuela sabe que te has trasladado a Italia para estudiar.-
¿Todo eso hecho en doce horas?
- ¿ Y mis amigos? - pregunté sintiendo las lágrimas cerca.
- Me rompió el corazón que te fueras. - Cristiano se encogió de hombros . - Lo siento, niña, pero te mantendré bajo un perfil secreto. -
Aparté la mirada mientras las lágrimas empezaban a fluir. Me las sequé con fuerza, sin saber por qué lloraba, y de repente, furiosa al pensar que todo por lo que había trabajado en la vida se había arruinado. Trabajaba de camarera para ayudar a mi madre a pagar mi ingreso a la universidad.
— ¡ Los odio! — les grité de repente haciendo que Cristiano se sobresaltara por mi repentino arrebato — ¡Los odio a todos! —
Salí corriendo por la puerta y seguí corriendo. No sabía adónde iba, pero lo único que quería era escapar. Empecé a cansarme, así que empecé a caminar. Las fotos en las paredes de hombres trajeados alrededor de mesas de póquer, en casinos, en bares y con trajes vintage llamaron mi atención. De repente, llegué a una parte donde el pasillo estaba lleno de chicas en lencería y hombres trajeados. Estaba absorto en mis pensamientos y, sin querer, choqué con una chica.
- Lo siento.- Me disculpé .
- Está bien. - dijo la chica dándose la vuelta mientras estudiaba mi rostro intensamente por un rato. - No te había visto antes. -
—Oh ...soy nuevo. —respondí .
—Ah , vale —dijo la chica alegremente— . Soy Aria. Aria Duncan. Y tú eres ...
-Yoana Castillo.- Me presenté.
- Awww eres tan linda. - dijo Aria tirando de mis mejillas y me reí - ¿Estás perdida? -
- Un poco. - Me sonrojé.
—Sentémonos en el balcón — sugirió Aria— . Pero primero déjame ir a buscar algo de ropa .
Entendí lo que quería decir cuando vi la lencería corta que llevaba. Me tomó del brazo y me arrastró por el pasillo hasta llegar a un probador lleno de chicas que charlaban, se maquillaban o se vestían. Me miraron y sonrieron, y yo les devolví la sonrisa. Aria entró en un cubículo con su bolso y su ropa, y salió unos minutos después con unos vaqueros ajustados y un top azul. Me sacó de nuevo y me llevó por otro extremo del pasillo. Llegamos a una sala grande con sofás en varios sitios y un balcón con vistas a las concurridas calles de abajo.
- Vamos, siéntate. - Dijo Aria sentándose en un sofá.
Me senté a
