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Capítulo 10.

Puse los ojos en blanco y me levanté de la cama, molesta. Bajé las escaleras y vi a mamá sentada junto a la mesa del comedor, con una caja de pizza abierta sobre la mesa mientras Sarah y Simon se perseguían por una porción de pizza.

—Hola mamá —la saludé mientras me acercaba a ella y la besaba en las mejillas.

Ella me miró escrutadoramente. -Hueles raro .

Fruncí el ceño ligeramente. —¿Extraño ? ¿Cómo ?

Se encogió de hombros. —¿Qué tal tu sesión de estudio con Jenny? —Cambió de tema con naturalidad mientras me sentaba al otro lado de la mesa. Me acercó la caja y sonreí con aprecio. Ni siquiera me había dado cuenta de lo hambrienta que estaba hasta que olí la pizza.

Tomé un trozo y lo comí. - Fue divertido - respondí con la boca llena.

—¿Diversión ? —preguntó ella— . Nunca has dicho que estudiar sea divertido. ¿ Fuisteis a algún sitio?

—No , claro que no, mamá. ¿Adónde iremos? —pregunté , levantando una ceja.

—Pareces … diferente. Brillas de otra manera —comentó .

—Mamá —dije con los ojos entrecerrados—. ¿ De otra manera ?

—¿Son los únicos que estuvieron en su casa o invitó a alguien? —preguntó . —¿Para estudiar con ustedes ?

Mi corazón empezó a latir con fuerza en mi pecho. Sabía que mamá se daría cuenta. Necesitaba encontrar una salida. —¡Dios mío! ¡Mamá! Éramos los únicos —exclamé— . ¿ Desde cuándo empezaste a tener problemas de confianza en mí ?

Sin esperar a que respondiera, me levanté, llevé la caja de pizza y me dirigí a mi habitación. Simon dejó de perseguir a Sarah y preguntó con el ceño fruncido: —¿Adónde vas con la comida ?

- Mi habitación, y no eres bienvenido - respondí, entrecerrando los ojos hacia él antes de subir corriendo las escaleras con la caja y luego cerrar la puerta de mi habitación detrás de mí antes de que él y Sarah pudieran alcanzarme.

El punto de vista de Barbara

*Una semana después*

- ¡ Sofía! -

Gemí, dándome la vuelta en la cama y abrazando a mi osito de peluche. No estaba lista para despertar. Todavía no. Y no entendía por qué mamá me despertaba tan temprano. Después de todo, ya había terminado la escuela, así que tenía tiempo suficiente para dormir si quería. Era a Sarah y a Simon a quienes tenía que molestar con lo de la escuela.

—Sophie —llamó de nuevo y la puerta de mi habitación se abrió—. ¿ Por qué sigues durmiendo ?

—¿Por qué soy yo… mamá? ¿Por qué no? —murmuré adormilada.

- Sophie, ¿qué día es hoy? - preguntó.

—Eh ... ¿Lunes? —pregunté— . Es lunes . Se supone que deberías estar con Sarah y Simon, no conmigo —murmuré , abrazando a mi osito.

—No , Sophie. Hoy es domingo, se supone que deberías estar retrocediendo —dijo con un suspiro.

—¿Empacando ? —pregunté , abriendo un ojo—. ¿ Empacando para qué? ¡Uy! ¡Mierda! ¡ Lo había olvidado por completo!

Me incorporé al instante y me froté la cara. - Lo siento, lo olvidé. -

- Está bien -respondió ella y me sonrió-. Buenos días , cariño .

—Buenos días, mamá —respondí y le di un beso en la mejilla. Ella me besó la frente y me acarició el pelo.

—Se me olvidó por completo que me voy hoy —murmuré— . ¿ Crees que puedo posponerlo para mañana? Estoy muy cansada —dije .

Ella negó con la cabeza. —Me temo que no puedes —respondió— . Tus clases empiezan mañana y no quiero que te las pierdas. Ojalá me hubieras hecho caso cuando te dije que empaquetaras todas tus cosas ayer .

—Mamá —dije con pucheros—. De verdad que no importa si pierdo clases mañana. Es solo el primer día. ¿Crees que los profesores nos van a enseñar algo? Además , la mayoría de los alumnos llegan mañana a la escuela.

—Que la mayoría de los estudiantes lo hagan no significa que tú debas hacerlo. —Me miró con severidad. Me hundí en los hombros.

—¿Por qué el mío tiene que ser tan diferente? —murmuré .

—Si sientes que empacar te va a costar mucho trabajo, puedo ayudarte. Solo dime qué quieres llevar —ofreció con una sonrisa amable.

—Sí , por favor —respondí asintiendo con la cabeza, y entonces me acordé de las pastillas que tenía escondidas en el armario—. No —dije rápidamente—. En realidad no tengo mucho que empacar, así que puedo hacerlo yo misma .

Me miró fijamente. —¿Seguro ? Ya te estás aprovechando de la oferta .

—Sí , mamá. Además, necesito empezar a hacer estas cosas sola. No estaré contigo para siempre, ¿sabes? —le dije.

—Sí , pero puedes dejar que lo haga yo —insistió . Negué con la cabeza—. No hace falta, mamá .

Ella suspiró y sacudió ligeramente la cabeza. - Bueno, si insistes - murmuró.

-Sí , lo haré- dije y sonreí.

—Estás creciendo rápido. No puedo creer que ya te vayas a la universidad —dijo con un suspiro y luego me alborotó el pelo—. Todavía recuerdo cuando te tuve. Eras una niña tan linda, siempre aferrada a tus padres .

—Y ahora soy mayor. Y no me voy para siempre. Seguiré aquí para visitarte de vez en cuando —le aseguré y le apreté las manos—. Estaré aquí en unas semanas para las vacaciones .

—Te estaré esperando —respondió y me besó la frente—. Te dejo para que empaques ahora .

Sonreí cuando se fue y solo cuando estuve seguro de que estaba lejos de mi habitación, salté de la cama y corrí al armario. Rápidamente saqué mi maleta de viaje y la abrí. Primero puse el frasco de pastillas y luego empecé a doblar ropa y a ponerla encima, así que quedó cuidadosamente escondida.

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