Capítulo 14
Marylise.
Ya han pasado dos semanas desde que comencé a darle clases de matemáticas a Harry; el vecino de mi mejor amiga. Gracias a que lo es, he podido darle esas lecciones sin que mi mamá lo sepa, ya que no me dejaría hacerlo.
Desde que papá se fue a hacer su servicio a la marina hace ya diez meses, he notado que se ha comportado mucho más estricta conmigo y con mi hermano. Antes solíamos salir todos juntos a cualquier parte. Pero ahora ni siquiera me deja salir a la esquina... Entiendo que tenga miedo de que algo malo nos pueda pasar ahora que mi padre no está, pero a veces exagera demasiado. Y eso no me agrada mucho. Sobre todo porque no me dejaría estar con Harry..., enseñándole matemáticas, claro.
A quien engaño..., me gusta estar con él. Me gusta más de lo que quisiera aceptar.
Cada vez que me ofrece su mano, cada vez que me dice pequeña, cada vez que sonríe, cada vez que me habla cerca, cada vez que me mira, cada vez que hace cualquier gesto mientras me observa, siento algo extraño recorrer mi vientre y mi espalda. Es algo que no había sentido antes, algo..., raro. Pero sin duda, es una sensación que creo me gusta sentir. No sé por qué, pero quiero seguir sintiéndolo.
Pero estos últimos días lo he notado algo distante, por así decirlo. Ya no me mira de la misma manera, ya no dice esas cosas extrañas que solía decirme, ya no es lo mismo a como era los primeros días. Y eso no me agrada porque, aunque pueda escucharse mal, me gusta que me mire.
Anoche ni siquiera pude dormir bien por estar pensando en él. Es algo extraño que no pueda sacármelo de la cabeza, quizá porque convivo todas las tardes con él, cinco días a la semana, o quizá porque está comenzando a interesarme como algo más.
Sé que no debo de sentir ni desear esto porque él, ya me dejó muy claro que no le intereso, pero algo me dice que me mintió. Que lo que dijo en realidad no es verdad. Estas son solo suposiciones, no lo tengo claro, pero he estado investigando un poco en esta última semana. La incertidumbre estaba haciendo estragos en mí, no dormía ni comía bien, pensaba en eso todo el día, y me harté de eso, así que me puse a investigar.
Las palabras que dijo y que aun no entiendo del todo; las miradas, gestos y expresiones que tenía cada vez que las decía. Todo eso concordaba con lo que pensé en un principio.
Incluso hace dos días, hice algo que nunca pensé que haría para llamar su atención. Pero solo quería saber si con ello lograba causar algún efecto en él. Pero fue todo lo contrario. Hasta me llevó a mi casa antes de tiempo ese día. Ya no lo volveré a hacer porque no creo que le haya gustado mucho que lo hiciera.
Justo ahora estaba afuera del colegio, esperando a que Harry llegue. Salimos unos minutos antes de lo normal, así que tengo que esperarlo afuera. Lo bueno de todo esto es que no tengo que esperar sola ya que Dali está a mi lado esperando a que su mamá llegue por ella.
—Ay, no— Escucho el refunfuño de Dali provocando que salga de mi trance.
—¿Qué pasa?— Pregunto confundida y curiosa.
—Mi mamá me envió un mensaje diciendo que Victoria se enfermó y no podrá venir por mí— Explica mostrándome la pantalla de su móvil. Victoria es la hermana menor de Dalila—. Ahora tendré que irme en autobús de nuevo— Dice antes de bufar.
Le devuelvo el móvil y propongo—: Si quieres puedo decirle a Harry que te lleve.
—Eh..., no lo sé— Ladea la cabeza en indecisión—. No quiero molestar.
—No creo que le moleste, vives enfrente de su casa así que no tiene que cambiar su ruta... De seguro acepta. Y si llega a decir que no, lo cual no creo, pues..., no lo sé— Me encojo de hombros.
—Está bien— Acepta, pero no se escucha muy convencida.
—Oh, allí viene— Digo cuando el auto de Harry aparece en mi campo de visión—. Vamos— Tomo su muñeca para caminar hacia el auto, pero ella se mantiene quieta.
Le miro confundida a lo que ella dice—: Dile primero..., no quiero estar allí si llega a decir que no.
—Pero...— Intento objetar, pero al ver su expresión suplicante digo—: Está bien..., ahora vengo.
Ella sonríe satisfecha y se queda en su lugar mientras yo me acerco al auto de Harry. Él sale de éste una vez estacionado y camina hacia la parte del copiloto, hacia donde me dirijo.
—Hola— Digo con una sonrisa tímida una vez que estoy frente a él.
—Hola— Me devuelve el gesto, pero éste siendo mucho más relajado—. ¿Por qué ya no se ve nadie?— Pregunta cambiando su sonrisa por un ceño fruncido.
—Es que salimos un poco más temprano y ya todos se fueron— Explico.
—Oh...— Asiente con la cabeza—. ¿Tienes mucho esperando?
—No, llevo aquí como unos diez minutos.
—De acuerdo— Asiente—. ¿Nos vamos?— Inquiere, pero yo no contesto a su pregunta.
—Eh, Harry...
—¿Si?— Dice dándome a entender que tengo su atención.
—Lo que pasa es que la mamá de mi amiga no podrá venir por ella porque tuvo unos problemas, y ahora no tiene como irse y...
—Y quieres que yo la lleve— Dice terminando la frase.
—¿Podrías?— Inquiero elevando mis cejas al cielo con certidumbre.
—Ahm...— Pronuncia pensativo—. ¿Ella es tu amiga?— Pregunta mirando hacia su costado, en donde estaba Dali. Asiento. Él frunce más su ceño y vuelve su vista a mí—. Creo que ya la había visto antes.
—Sí, bueno, es tu vecina de enfrente— Declaro.
—Oh...— Se limita a decir mientras la mira, frunciendo su ceño—. Está bien, llámala.
—¿Si la llevarás a su casa?— Pregunto, a lo que él asiente—. Bien, ahora vengo entonces— Aviso, dirigiéndome hacia Dalila quien está en el mismo lugar en donde la dejé.
—Te dije que diría que sí— Le comparto al nomás llegar a su lado, con una sonrisa pintada en mis labios.
—Gracias a dios...— Suelta un suspiro mientras mira hacia el cielo—. Créeme que no quería irme en autobús.
—Sí, los autobuses no son lo tuyo— Bromeó, recordando las veces en que se ha perdido o ha dejado cosas olvidadas en el mismo—. Bueno, vamos.
Camino de regreso al auto, pero ésta vez con Dali a mi lado.
—Aquí estamos...— Aviso al llegar—. Ella es mi amiga— Le indico con la mirada.
—Hola, soy Dalila— Se presenta extendiéndole su mano.
—Harry— Contesta estrechándola.
—Sí, lo sé.
—¿Cómo lo sabes?— Pregunta curioso.
—Mary me lo dijo.
—¿Le has contado sobre mí?— Inquiere dirigiéndose hacia mí. Su ceño fruncido y su mirada indagante me ponen los nervios de punta.
—Sí..., un poco— Contesto, aunque pueda controlar un poco mi nerviosismo, aun se hace notar cuando me mira o está cerca de mí.
—Ella solo me dijo algunas cosas— Interviene Dali. Harry aparta su mirada de la mía y se enfoca en ella. Suelto un suspiro cuando ya no tengo su pesada mirada presionándome para hablar—. Solo sé tu nombre y el cómo se conocieron— Se explica.
—De acuerdo...— Asiente con la cabeza sin más que decir—. Bueno, ¿nos vamos ya?— Pregunta, a lo que asentimos.
