El “Rescate”:
Atenas, 8 de mayo de 2021:
Patrick Amíntoros:
—Ordene, Señor.
—Patrick, tendremos que apresurar nuestros planes, Cleo me acaba de llamar para decirme que se ha filtrado la información sobre la descendiente, y aunque confío en el equipo de vigilancia que la custodia, no quiero correr ningún riesgo. La chica es imprescindible para mis planes.
—¿Desea que la traiga a usted, Señor?
—Así es. Por suerte ya está terminada Villa Philipides en Spiros. Parte inmediatamente hacia Las Habana, necesito que la traigas.
—¿Y si se niega, Señor? No creo que la muchacha sea…de la clase que se relaciona con desconocidos.
Me mira ceñudo.
—No serás un desconocido para ella, no exactamente. Los informes reportan que recuerda bastante de lo sucedido. Pero ten cuidado. No está bien emocionalmente, sufre crisis de ataques de pánico con frecuencia y eso podría comprometer su vida.
—La “rescato” entonces. Utilizo un somnífero y la subo a jet.
—Has lo que entiendas necesario, solo te pido que la trates con delicadeza.
Realmente estoy perplejo. Es la única vez en éstos dos milenios en que mi señor me pide tal cosa. Bien, no soy quién para cuestionar sus órdenes.
000
Ciudad de la Habana, dos días después.
La tengo. No fue particularmente difícil. Es una criatura solitaria. Su vida se resume en despertar, ir a trabajar, regresar a su casa, comer, bañarse, leer, dormir y repetir. En veinticuatro horas armé el plan de rescate (me niego a pensar que esto es un secuestro) y ya la tengo subida al jet.
Cuando la atrapé cerca de su casa, se resistió con uñas y dientes. Me resultó enormemente divertido verla forcejear. Cubrí su nariz y boca con un pañuelo embarrado de formol y ¡buenas noches! Cayó al instante. En el momento en que estuvo inconsciente sentí una sensación de dejavú, hace milenios mi Señor me encomendó llevarle otra mujer a su presencia y me sorprende notar que aquella muchacha y ésta guardan un parecido físico impresionante.
Por eso mi Señor ha estado tan consumido de obsesión por ella, por eso ha estado tres años inactivo en la arena sexual. Cosa que me ha dejado atónito, el apetito de Alexandros por los placeres carnales es legendario e insaciable. El que se haya mantenido tanto tiempo sin amantes es un verdadero misterio. Hay algo muy extraño en ésta muchacha.
Es cierto que Alexandros llevaba casi dos siglos buscando descendientes de aquella antigua Hechiceras que nos maldijo a ambos. Siempre he pensado que lo hacía por curiosidad, por interés en descubrir qué había sido de aquella mujer, pero, al parecer mi Señor se trae algo más entre manos.
Dormirá hasta después que lleguemos. Le he administrado un somnífero en la dosis adecuada para tal efecto. He tenido que sobornar al encargado de aduanas, la mercancía que demanda mi Señor le ha resultado más cara de lo previsto. Saco el celular y marco el número predeterminado. Contesta al segundo timbre.
—¿Y bien? - pregunta impaciente mi señor.
—La he conseguido. No fue difícil realizar el rescate, pero le ha costado cinco de los grandes. El encargado de aduanas es un hijo de puta ambicioso.
Ríe alegremente.
—La llevo a Atenas o…
—Llévala directamente a Spiros, los alcanzaré allí mañana en la mañana.
—Sí, Señor.
—Y Patrick…
—¿Señor?
—Buen trabajo.
Cuelga.
Pongo los controles a punto y despego. Mantendré a la chica vigilada una vez despierte. No sé por qué, pero hay algo en todo esto que me da muy mala espina.
