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—Hola, qué se espera que haga esto en tu bolso, Raquel —sacudí la cabeza—, dijiste que pensabas dejarlo y me engañaste —a mi media naranja le disgustaba tristemente la hierba, desde hacía tiempo los problemas familiares la habían hecho caer en ese maldito mal hábito—.
—Carlos, por qué razón crees que aún no he dejado de fumar —sus ojos empezaron a vibrar y eso era un indicio de que me estaba engañando—, estoy seguro de que ese mechero estuvo ahí bastante tiempo atrás.
—Amor, sabes perfectamente que soy un especialista y sé numerosas cosas sobre la conducta humana y no puedes negarme que has seguido fumando, simplemente fíjate en las yemas de tus dedos —tomé sus manos y las giré— están amarillas, Raquel, igualmente puedo ver que la mayor parte del día te la pasas mordiendo chicles de menta.
—Por favor, acepta mis disculpas —dijo con cara de pena—, sin embargo ya no lo hago como antes, quizás más de una vez al día.
—Has roto tu garantía —la miré directamente—, dijiste siempre que pensabas decírmelo y simplemente mira lo que pasa....
—Por favor, acepta mis disculpas, Carlos, sin embargo juro....
—No jures nada, Raquel —estaba totalmente enfadado—, sabes muy bien que lo que no soporto en un individuo es la falsedad y eso es lo principal que haces, Raquel, ¿no confías en mí?
—Obviamente confío en ti, cariño, sin embargo te garantizo que esta vez te lo voy a decir — levantó el dedo meñique como garantía.
—Muy bien nos dimos un besito— ahora si no es mucha molestia, abre la entrada, me estoy congelando.
—Se oyó la voz de su madre desde el salón, —Vamos, si no es mucha molestia, entra —exigió.
—Tranquila, señora, sólo he venido a dejar a su niña en casa, ya me voy —imaginé, sin embargo me detuvo.
—Claro que no, niño, generalmente eres bienvenido en esta casa, además, dentro de poco serás la media naranja de mi niña, así que si no es mucha molestia, pasa, haremos un poco de té —tomó mi gaban y lo enganchó en un clavo que estaba en la mampara.
—Bienvenido, Carlos —su padre estaba en la sala de estar mirando la televisión—, si no es mucha molestia, acomódate —daba unos golpecitos en el sillón que estaba cerca de él—, era realmente incómodo para mí entrar en casa de Raquel sobre todo por la consideración que me tenían sus padres.
—Cómo estás, Carlos —salió su hermana de la habitación—.
—Muy bien y ¿cómo está el futuro especialista de la familia?
—Cansado, pero gracias al cielo no estoy muy lejos de completar mi certificado.
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El tiempo transcurrió y como de costumbre la discusión familiar donde me sentí totalmente incómodo, sentí que no encajaba del todo en esta familia, sin embargo no me iba a ir de inmediato.
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—Muchas gracias por todo —me levanté del sofá sin embargo es la oportunidad ideal para irme, me imagino que mi mamá debe estar algo estresada.
—Te acompaño a la salida —dijo Raquel terminando de llevar los platos al fregadero.
—Raquel, en verdad me gusta la señal de tu familia, sin embargo sabes muy bien que este tipo de cosas me hacen sentir un poco desubicada y no lo tomes a mal —estábamos antes del vehículo mañana te buscaré para que podamos terminar de comprar las últimas cosas para los arreglos.
—Está bien, sin embargo podría igualmente querer haberte enseñado el vestido de novia que llevaré —pivotó, pero rápidamente cogí su brazo—¿Qué está fuera de lugar, no necesitas verlo?
—No es tanto eso, sin embargo sabes que es una desgracia, así que mejor cuando estés delante de mí en una zona elevada tendré la opción de verlo mucho mejor—me acerqué un poco más para poner un beso mayor toda la furia Te veo mañana, mi adoración.
RUTH
—Karem, me imagino que deberíamos ir a mi casa mejor, el hecho de que mi padre no me haya esperado en la terminal aérea no implica que lo principal que tenga que hacer cuando venga a la ciudad sea salir de fiesta.
—¡Claro que no, doncella! Hoy es su cumpleaños y hay que felicitarla asombrosamente entramos en la discoteca, había numerosas luces de neón y música bulliciosa, un par de parejas se movían y no había muchas mesas, parecía ser que el local sólo había sido alquilado por ella—hola, por qué razón hay pocos individuos, debe ser el fin de semana y es el punto en el que debería estar más lleno.
—No tengo la menor idea, creo que ha mejorado mucho para nosotros, así podemos apreciar mucho mejor —puso su tote en la mesa—pero dime, ¿qué te gustaría tomar, equivalente a consistente?
—La verdad sea dicha, equivalente a siempre, hace bastante tiempo que no tomo una bebida como las que hacen aquí —cambié un poco el pelo.
—Todo bien, por favor, no te muevas de aquí, ahora vuelvo —puntualizó y se encaminó hacia la barra.
Como por encanto inesperadamente las luces empezaron a disminuir con el resultado final de estar en una neblina acabada, en ese exacto segundo quedé impactado de lo que estaba pasando a mi alrededor, pensé que era esencial para un truco o algo por el estilo, sin embargo ante mí se iluminó una tremenda pantalla con mi nombre, después empezaron a mostrar fotos de mi juventud desde que era un niño, cuando me convertí en un adolescente y cuando empecé mis primeros años como arquitecto, no pude contener las lágrimas al ver mi historia plasmada en un video solitario, la conjunción con mis dos hermanas y mis viejos.
CARLOS
—Me presenté en la jefatura de policía, afortunadamente mi hermano no había regresado aún a casa.
—Sin embargo, mira quién está aquí, con toda sinceridad, el mejor especialista de Chicago, qué tal hermano, nunca estaría ocupado para ti —me estrechó la mano y nos dimos un gran abrazo.
—Hermano, necesitaba pedirte algo de ayuda y es que no me imagino que quiera llegar a casa esta noche, así que por favor si puedes conversar con mamá sería extraordinario, generalmente trato de evitar que se estrese tanto —me senté.
—Relájate, ¿necesitas una bebida? —se dirigió a una mesa de la esquina donde había un recipiente y un par de vasos.
—Obviamente —le eché un vistazo a un croquis de la policía en una pizarra con unos cuantos recortes de imagenes de diferentes homicidios ocurridos.
—Deberías relajarte, Carlos, acabas de llegar y hasta preferirías no tener un tiempo libre —me sirvió una bebida—, en todo caso necesito ir, mi pareja me dio una larga lista de compras, sin embargo no podría decir si el efectivo que tengo puede cubrirlas todas.
—Suponiendo que lo necesites te puedo prestar y después te encargas de mí —intenté sacar mi cartera pero rápidamente la rechazó.
