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Capítulo 2: Dormir en su cama

Sin que Jane lo supiera, había entrado en la habitación de otra persona.

Cuando se dio cuenta de que en el cuarto de baño sólo había productos masculinos, supuso que era otro intento de los Pansy de irritarla.

"Qué familia tan extraordinaria", murmuró sarcásticamente mientras se metía en la ducha.

Jane sabía que sólo tenía que soportar esto durante tres meses; había hecho una apuesta con su abuelo. Si no desarrollaba sentimientos por Patrick durante este tiempo, su matrimonio se cancelaría.

Una criada le trajo la cena cuando salió del baño. Comió rápidamente y se quedó dormida.

Patrick llegó a casa después de una cena de negocios, pasada la medianoche, sabiendo que Jane llegaría ese mismo día. Mike le había sugerido que la recogiera, pero él se había negado, fingiendo una gran carga de trabajo. No tenía ningún interés en su prometida, pues creía que el matrimonio se cancelaría tarde o temprano.

Agotado, Patrick consiguió darse una ducha y se fue directamente a la cama. En su estado de embriaguez, no se dio cuenta de que había alguien más en su habitación hasta que se tumbó en la cama.

La inesperada presencia bajo las sábanas le sobresaltó y se apartó rápidamente.

La habitación estaba poco iluminada, por lo que no pudo distinguir con claridad el rostro de la mujer.

Antes de que pudiera procesar lo que estaba ocurriendo, ella se dio la vuelta y lo abrazó.

Le susurró: "Osito, no seas travieso. Es hora de dormir".

Patrick se quedó helado.

Esta mujer tenía un olor extrañamente familiar, muy parecido al de aquella chica...

Su fragancia era relajante mientras su nariz se acurrucaba contra su cuello.

Por razones desconocidas para él, Patrick se encontró devolviendo el abrazo.

Se quedó dormido con Jane en sus brazos.

Para su sorpresa, Patrick, que solía tener problemas de insomnio, durmió toda la noche como un bebé feliz. Esa noche tuvo un sueño muy vívido que le hizo retroceder diez años en el tiempo.

En una habitación poco iluminada, una niña le abrazaba con fuerza y le tranquilizaba con su dulce voz: "No tengas miedo. Yo te protegeré. Nada te hará daño".

En el sueño, volvió a encontrarse con aquella chica. La experiencia le pareció asombrosamente real.

A la mañana siguiente, Melissa se despertó al amanecer.

Esperaba oír que Jane había sido desalojada de la habitación al regreso de Patrick.

Pero la criada no dijo nada de eso.

¿Por qué? El coche de Patrick estaba en el garaje, así que debía de haber vuelto a casa anoche.

Patrick detestaba que alguien invadiera su espacio personal.

Era imposible que compartiera su cama con un extraño.

Llena de curiosidad e inquietud, Melissa llamó a la puerta de Patrick.

"¡Hola, Patrick! El desayuno está listo. ¿No tienes una reunión por la mañana? Deberías despertarte".

El ruido despertó simultáneamente a los dos individuos dormidos.

Jane sintió inmediatamente el calor de otra persona, dándose cuenta de que su cabeza no descansaba sobre una almohada, sino sobre un pecho sólido. Se incorporó, completamente despierta, y miró a los intensos ojos de un hombre.

"¿Quién es usted? Los ojos de Patrick se oscurecieron.

"¿Jane North?

Como sabía su nombre, Jane supuso que era su prometido, Patrick. Pero, ¿por qué estaba en su habitación? Ella estaba a punto de preguntarle más cuando él comentó: "Entraste en mi habitación y dormiste en mi cama en tu primer día en esta casa. Debo decir que eres increíble".

"¿Qué? Jane parecía completamente desconcertada. ¿Acababa de decir que ésta era su cama? ¿Cómo era posible? ¿Eran todos los miembros de esta familia igual de irrazonables y problemáticos? "¡Dios mío!"

exclamó Jane mientras sus pensamientos vagaban hacia los productos masculinos que había visto en el baño el día anterior.

Parecía que Melissa la había engañado.

A toda prisa, Jane se levantó de la cama y le miró fríamente. "Para que quede claro, no tenía intención de dormir aquí. Melissa me dijo que ésta era mi habitación. No te ofendas, pero no me interesas. Encima, me quedé dormida sola. ¿Por qué no te diste cuenta de que había alguien más en la cama cuando volviste? ¿Y por qué me abrazaste toda la noche? No me digas que estás colado por mí".

La cara de Patrick enrojeció de vergüenza al escuchar sus palabras. No podía negar que, efectivamente, la había abrazado durante toda la noche.

Al igual que la noche anterior, se quedó mudo cuando sus miradas se cruzaron.

Sus hermosos ojos eran sorprendentemente parecidos a los de aquella chica.

Jane le miró con una sonrisa socarrona. "¿A qué viene esa mirada? ¿Estás enamorada de mí?"

Patrick recuperó la compostura y su expresión se tornó severa. "¡Fuera de aquí! Y no vuelvas a entrar en esta habitación".

Jane chasqueó la lengua y se marchó con sus pertenencias. Acababan de conocerse, pero ya no parecían gustarse.

Mientras tanto, Melissa, que seguía de pie junto a la puerta, se quedó atónita al ver salir a Jane.

Jane la saludó con una sonrisa enigmática. "¡Buenos días! Tal como deseabas, tu primo me abrazó y dormimos toda la noche. Nos llevamos bastante bien. Seguro que estás encantada".

"¡Tonterías!" La cara de Melissa se puso aún más roja. No se lo podía creer. En su opinión, era imposible que a Patrick le gustara Jane, y mucho menos que pasara toda la noche en su compañía. Sin embargo, era imposible negar que habían pasado la noche juntos.

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