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Prometida Inesperada

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Sinopsis

Se rumorea que la prometida del Sr. Pansy es de origen rural, carece de refinamiento y es de lo más sencilla. Pero en el gran banquete, Jane hace su debut, ¡dejando a todos atónitos! "¿Fea? ¿Dónde?" "¡Dicen que la estrella es su admirador!" "¡Su padre es el hombre más rico del mundo!" "¿Esa misteriosa diseñadora de alta costura? Es ella". Uno a uno, los disfraces van cayendo y todo el mundo se queda boquiabierto. ¿Pero qué importa? Al Sr. Pansy sigue sin gustarle. Ese día, el Grupo Pansy hace un anuncio: "Tienen una relación maravillosa y se preparan para casarse". El público se quedó boquiabierto.

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Capítulo 1: La llegada

Una joven sale de la estación del Guavo vestida con una camiseta blanca y unos vaqueros. La suave caricia del sol sonrojaba sus delicadas facciones y se acomodaba unos rizos sueltos detrás de las orejas.

Bajo sus elegantes cejas arqueadas se escondían unos ojos llamativos, una nariz fina y unos labios rojos como cerezas. Su belleza natural no requería maquillaje.

"Hola, señorita North, supongo. Soy el chófer enviado por la familia Pansy", saludó el chófer mientras Jane North asentía con la cabeza y se acomodaba en el coche, con evidente cansancio.

Durante el trayecto, el chófer echó subrepticiamente miradas a la joven, con los ojos cerrados mientras descansaba en el asiento trasero.

Esta mujer no era otra que la prometida de Patrick Pansy.

Con sólo veintiún años, Patrick ya era el formidable director general del Grupo Pansy, lo que le distinguía de sus compañeros. Irradiaba vitalidad y un comportamiento serio que infundía respeto, infundiendo temor en los corazones de muchos en el mundo de los negocios. Su abuelo, Mike Pansy, se había encargado de encontrarle una novia adecuada, y Jane, una chica de campo, fue la elegida.

Con las manos firmes en el volante, el conductor no pudo evitar echar otro vistazo al inocente semblante de Jane y sacudió la cabeza, previendo los retos a los que se enfrentaría en el seno de la familia Pansy.

Cuando Jane abrió poco a poco los ojos, contempló la ciudad desconocida con expresión tranquila y serena.

El coche llegó enseguida a la gran residencia de la familia Pansy, y el chófer ayudó a Jane con su equipaje.

Jane apenas había puesto un pie dentro cuando una mujer bien vestida apareció ante ella, con los ojos llenos de desdén.

"¡Wendy!"

"Sí, señora Pansy", respondió con prontitud una criada.

A una señal de Beatrice Pansy, comenzó a rociar desinfectante alrededor de Jane.

Beatrice Pansy, la madre de Patrick, estaba de pie con las manos en las caderas, dando órdenes. "Rocíale también los zapatos y el pelo".

El fuerte y astringente aroma hizo que Jane sintiera un cosquilleo en la nariz. No pudo evitar replicar: "¿Qué te pasa?".

Beatrice montó en cólera. "He oído que vienes del campo, pero supuse que tendrías modales. Parece que no eres diferente de esas niñas maleducadas que crían por ahí. Hago esto para prevenir cualquier virus o bacteria que puedas traer a nuestra casa. ¿Quieres que nos contagiemos de lo que sea que lleves?".

Jane, que nunca toleró las faltas de respeto, se habría marchado si no fuera por el trato que había hecho con su abuelo. "En ese caso, tal vez quieras rociarte un poco de desinfectante en la boca; parece que lo necesita".

Con esta respuesta, Jane apartó al criado y entró en la casa.

Beatrice se quedó sin habla, señalando a Jane con una mano temblorosa.

Wendy se apresuró a consolarla.

En el salón, una chica de la misma edad que Jane estaba sentada en el sofá, vestida con ropa de marca y muy maquillada. Su expresión rezumaba condescendencia mientras observaba a Jane. Era Melissa Pansy, la prima de Patrick.

"¿Eres Jane North, la prometida de Patrick?". Melissa puso los ojos en blanco al ver el atuendo de Jane, claramente poco impresionada.

"Dios mío, el abuelo ciertamente carece de gusto. No puedo creer que eligiera a alguien como tú. He oído que has venido en tren. Deberías habernos dicho que no podías permitirte un billete de avión; te habríamos comprado uno. Bueno, supongo que en el campo no hay aeropuerto, ¿verdad?".

Jane enarcó una ceja mientras examinaba a Melissa, preguntándose si todos los miembros de esta familia eran tan arrogantes como parecían. Aunque no había aeropuerto en su ciudad natal, su abuelo había reservado todo un tren de alta velocidad a Guavo exclusivamente para ella. Aquellos arrogantes individuos ignoraban la naturaleza lujosa de su viaje, o el hecho de que podría haber viajado fácilmente en jet privado si lo hubiera deseado.

Jane podría haberles aclarado la situación, pero prefirió no hacerlo y subir las escaleras. Melissa, enfurecida por la falta de atención, no pudo resistirse a seguirla.

"¿Dónde está mi habitación?" preguntó Jane a la criada.

"Por aquí", respondió la criada, pero antes de que pudiera guiarla, Melissa intervino con condescendencia. "Probablemente nunca has tenido una habitación de este tamaño. Deberías apreciarla mientras estés aquí. Soy la prima de Patrick, Melissa. Deberías adularme si...".

Antes de que Melissa pudiera terminar la frase, Jane entró en la habitación y le cerró la puerta en las narices. Melissa hirvió de rabia.

"¡Ah! ¿Cómo puede ser tan arrogante esa indigente? ¿En qué estaría pensando el abuelo?". La criada se acercó cautelosamente a Melissa.

"Señorita, ¿no es ésta la habitación del señor Pansy?".

Melissa miró despectivamente hacia la puerta. "¡Silencio! No se lo digas. Patrick desprecia a cualquiera que se meta en su espacio personal o use sus cosas. Cuando se entere de que está aquí, sólo dile que ella eligió esta habitación".

Un brillo socarrón en los ojos de Melissa insinuaba sus astutas intenciones.