Capítulo 10
Su mano se hunde en mi ropa interior y me acaricia el clítoris. —Hector . —Gimiendo con urgencia. Quiero terminar antes de mi próxima clase. Me muerde el cuello, chupándolo con fuerza. Le paso la mano por el pelo.
Entonces suena la campana antes de que pueda continuar. ¡No, no, no! Grito para mis adentros. Retira la mano, pero la agarro. « Hector, acaba conmigo » , le suplico, y me mira con una sonrisa burlona.
—Tienes clase. —Me baja del escritorio y dejo escapar un suspiro decepcionado. Me arreglé la camisa, preparándome para irme, pero me agarró del brazo. —Te invito a cenar esta noche. Te escribiré los detalles —dice y me suelta.
Salgo del aula aturdido. Así que la chica con la que le dijo a la Sra. Keen que salía soy yo. Me río y sonrío. Entonces veo a Lucas todavía esperando en la puerta.
¿No le dije que se fuera? Me muerdo el labio y voy hacia la puerta. —¿De qué quería hablar contigo? —pregunta— . Era solo un trabajo de clase. ¿ Te dije que no me esperaras despierto? Vas a llegar tarde por mi culpa —digo asustado— . ¡ Tranquilo! Les diré que me perdí. —Vuelvo a mirar al aula y veo a Hector allí de pie, molesto.
Me muerdo el labio y me voy con Lucas. Seguimos siendo amigos, no puedo dejarlo así como así. —Entonces , ¿te gustaría quedar después de clases hoy? —Sonríe .
Me tambaleo torpemente con los dedos. —Esta noche no puedo. Tengo planes —digo, y él frunce el ceño—. ¡ Qué lástima! —Se muerde el labio. Por muy divertido que sea ponernos al día, Hector me invita a una cita esta noche y no me lo voy a perder.
Nos acercamos a la clase y me giro hacia él. —¿Qué te parece mañana? ¿Estoy libre? —pregunto, y sonríe—. Me encantaría. A mi madre le encantaría verte. —Se pasa las manos por el pelo—. Bueno , este soy yo. Nos vemos luego. —Lo saludo con la mano y entro en mi aula.
- Llegas un minuto tarde, Cristina - dice la Sra. Keen y yo gimo por dentro. - Estaba en el baño - Finjo una sonrisa mientras me dirijo a mi asiento.
Melinda me frunce el ceño mientras me siento. —¿Hiciste algo con él después de clase, verdad? —pregunta Melinda. —N -no. Solo necesitaba preguntarle algo —susurro . Ha estado en contra de todo esto desde el principio.
Supongo que tengo que hacerlo, pero ella está más en contra que yo. Quizás porque no se ha acostado con él. No lo entendería. Mi mente podría estar demasiado nublada para ver todos los inconvenientes de la situación. —Tienes un chupetón enorme en el cuello, no lo tenías esta mañana —abro mucho los ojos mientras busco el espejo en el bolso.
Cuando lo abro, tengo un chupetón rojo enorme en el cuello. ¡Qué demonios! ¿Se dio cuenta Lucas? ¡Claro que sí, es enorme! Me sonrojo y me lo tapo con la mano. —Sí . Quizás deberías decirle que no lo vuelva a hacer. —Arquea una ceja y sigue con su trabajo. ¿Qué le pasa?
Durante el resto de la clase, tengo que mantener la mano en el cuello. Una vez que termina la clase, soy el primero en irme. Corro al baño y saco mi teléfono.
Sonrío al oír el nombre que puso al final de la frase. "Bebé". Me lo imagino llamándome así con su acento británico. Me muerdo el labio y guardo el teléfono. Tengo una cita para esta noche.
Salgo del baño y me encuentro con Lucas. - Oye, - dice con los ojos fijos en mi cuello. - O-oye. - Sonrío. - Iba a preguntarte si querías que te llevara, pero ese chupetón me está diciendo que a tu novio podría no gustarle eso, - dice señalando mi cuello.
—¿Q -qué? No tengo novio. —Aparto la mirada. —Conduje yo misma a la escuela para que no tuvieras que llevarme. —Me río nerviosamente. —Oh , ahora conduces tú —dice sorprendido.
—Sí . Te perdiste un montón. —Saco mis llaves y se las ofrezco. —La última vez que estuve aquí ni siquiera podías conducir derecho. —Ríe . —Sí , qué buenos tiempos. —Me paso la mano por el pelo y él me mira. —Bueno , mejor me voy .
Él asiente mientras me alejo. Tengo que prepararme para mi cita de esta noche. Necesito olvidarme de Lucas.
∞∞
En cuanto llego a casa, voy directa a mi armario. Hector siempre me ha visto con las faldas que uso para ir a la escuela, ¡pero voy a demostrarle que soy sexy! Lo sexy que puedo ser cuando un hombre me desea. Sonrío mientras reviso todos mis vestidos. Necesito algo sexy y elegante. Algo que lo haga babear.
Quizás debería revelarme un poco. Elijo el vestido rojo perfecto. Voy al baño y me quito la ropa. Luego me pongo el vestido. Me miro en el espejo y veo el vestido largo en V que me deja ver la mitad del pecho.
Para rematar, la abertura lateral, con suerte, revelará mis bragas si Hector la sube lo suficiente. Debajo llevo mis bragas negras de encaje.
Me pongo mis tacones blancos y saco mi kit de maquillaje. Empiezo por los ojos y luego sigo con el resto del rostro. Este proceso lleva un par de horas.
Cuando termino, me pongo loción y perfume que huelen bien. Hector va a descubrir mi lado femenino esta noche.
Salgo de mi habitación y saco mis ganancias de plata del cajón. Mi teléfono vibra y leo los mensajes.
- Así que quiero conocerte -Cruza los puños sobre la mesa frente a él y sonríe.
—Bueno , voy a la escuela para ser dentista. Por eso estoy en tu clase de química. —Sonrío nerviosamente. No quiero entrar en detalles, pero confío en él.
—Oh , ¿qué te hizo decidirte a serlo? —Sus ojos brillan de interés. Respiro hondo, lista para volver a esa triste historia.
—Mi hermana... Jane murió hace años por una enfermedad de las encías. —Cierro los ojos recordando su cuerpo sin vida. No es momento de estar triste. ¡Tengo una cita! Me aclaro la garganta y veo una expresión triste en su rostro.
- Lo siento por tu pérdida. - Toma mi mano y la sostiene en la suya. - Mmm, sí. - Tomo otra respiración profunda.
-Arruiné el ambiente.- Bajo la cabeza torpemente .
—¡No , no lo hiciste! —Me aprieta la mano—. De eso se tratan las citas. Me gusta que compartas cosas conmigo. —Me besa la mano y veo que algunas mujeres me miran con envidia.
Bueno , después de eso, mis padres empezaron a salir más. Estaban destrozados, así que usaban cualquier excusa para no estar en casa. Empezó con los estados. Me dejaban sola para que lidiara con mi tristeza. No tenía con quién hablar. —Miro al suelo, recordando.
Acababa de perder a mi mejor amigo y ni siquiera me consolaban. Pero me acostumbré. Nunca volvieron a estar conmigo después de eso. Como si se hubieran olvidado de que soy su hijo. —Lo miro de nuevo y me besa la mano.
—Bueno , ya estoy aquí, cariño. Si necesitas hablar con alguien, te escucharé. —Me mira fijamente a los ojos y trato de disimular una sonrisa.
- ¿Y tú qué? - Levanto una ceja.
—Bueno , tengo hermanos, Owen y Spencer. Una hermanita, Selene, y un perro, Zachary. —Empieza y sonrío.
—Owen y Spencer tienen la misma edad que tú. Mi hermana pequeña tiene... —añade .
—¿Son muy unidos? —pregunto— . Owen y yo somos muy unidos, Spencer no tanto. Lo quiero mucho, pero es inmaduro .
Jugueteé nerviosamente con mis dedos al ver que Spencer y yo tenemos la misma edad. - Selene y yo también somos cercanos, pero ella no me visita mucho. - Él sonríe.
