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Capítulo: 03

Ella hizo flotar mi polla con su suave mano, la cabeza me daba vueltas, me veía en el planeta Marte, no entendía nada de lo que mi madre estaba haciendo pero sabía que era mi madre y que no me haría daño. Cogió el jabón que estaba usando para ducharme, me lo pasó por la mano y atacó de nuevo mi polla.

Esta vez el aleteo era muy muy potente, mi polla estaba muy muy dura como un martillo, en un momento dado sentí algo en mi cabeza, sentía como si algo quisiera salir de mi pene. ¿Era pis? O algo más casi no lo sabía. Me agarré la mano y como por arte de magia, algo salió de mi polla, parecía aire. Mi madre me sonrió, parecía que acababa de conseguir su objetivo.

Me tocó la barbilla, y me susurró unas palabras al oído, no recuerdo muy bien pero lo principal es que ella pensó que me había convertido en un hombre y que podría jugar un papel muy muy importante en caso de que mi padre estuviera fuera de casa o en caso de que estuviéramos todos solos en casa.

¿Te ha gustado? me preguntó mientras seguía jugando con mi polla.

Estaba débil, sí muy muy débil, parecía que acababa de salir de un gimnasio. Sí, sudaba y respiraba como alguien que ha pasado horas levantando pesas o corriendo por el gimnasio. Me lo tomé con calma y me senté en el orinal de la ducha, ella soltó mi polla y se agarró a la puerta de la ducha como si quisiera enseñarme algo y decirme que debía ver si estábamos los dos solos. No quería sorpresas ni nada inesperado. Mi madre odia demasiado las sorpresas.

Hijo, ¿cómo te encuentras? me volvió a preguntar.

Yo estaba cansado, para mí ella no hacía más que hablar en el aire, lo único que oía era palabrería eclesiástica, incluso sabía que me debía una explicación muy amable porque lo que acabábamos de hacer era algo nuevo para mí. ¿Te preguntas si alguna vez lo había visto en televisión? Para un niño rico como yo, la televisión no era nada para mí, no veo la televisión, parte de mi habitación está equipada con maletines, papá siempre me lleva los juegos nuevos con eso me paso todo el día, si quiero salir, guardo mi PC con dos de mis maletines, busca en mi PC, ni siquiera encontrarás una sola película dentro. Ya odio demasiadas cosas de gente blanca sólo para distraernos.

Cerró la puerta tras de mí y se acercó a mí, esperaba que me explicara la escena que acababa de vivir, se agachó frente a mí, me tocó suavemente la cabeza, una señal que utilizaba para engañarme o burlarse de mí pero ese día su plan había fracasado, mi cara seguía tensa a pesar de sus esfuerzos.

¿Qué quieres? volvió a preguntar.

Esta vez debía decir algo, sí, debía decir algo para que ella pudiera explicarme mejor e ilustrarme sobre lo que debía saber antes de volverme loco y sobre todo sobre el líquido que acababa de ver salir de mi pene. Me recompuse lentamente, la miré fijamente a los ojos, no sé de dónde ni cómo saqué el valor aquel día pero interrogué a mi madre como si fuera un agente federal o del FBI. No me preguntéis cómo llegué a conocerlos porque no soy aficionado a la televisión y bueno es por el videojuego. Hay videojuegos en los que a veces dirijo operaciones y elijo hacer de agente especial simpático muy a menudo.

Mamá, ¿qué acabamos de hacer? ¿Qué me acabas de hacer? No entiendo nada.

Cálmate, hijo.

¿Que me calme, mamá? ¿Cómo puedo calmarme? Sabes que no me gustan ciertas cosas. Me gustaría que me explicaras lo que acabamos de hacer.

Estaba furioso, tenía rabia en la cabeza, mi madre incluso estaba sorprendida, pero mostraba esas sorpresas con sonrisas en los labios, parece que había planeado todo esto conmigo, pero cómo podía imaginar o prever una cosa así conmigo. No, eso no es verdad.

Todo este comportamiento no es extraño. Sé y sabía que tendrías una reacción así, no me sorprende y tienes toda la razón en ponerte así porque nunca te ha gustado ver películas pornográficas ni películas con nosotros en el salón. Siempre estás pegado a tu rinconcito de juegos. Cómo quieres saber cosas si no quieres involucrarte con nosotros, hijo.

¿Por qué me hablaba de estas cosas? No veía la importancia ni dónde estaba mi explicación en la televisión ni en sus historias pornográficas, nada más que chorradas o cosas inútiles y sin fundamento, cosas que ni yo mismo soñaría con seguir algún día.

Mamá, por favor, líbrame de este circo. Necesito una explicación, es todo lo que necesito.

Está bien, te lo explicaré todo mientras tanto, tengo que limpiar este desastre y tú tienes que ducharte y luego hablaremos los dos. Estamos en la ducha, eso no es bueno. Sigues en estado crítico hijo.

Mi polla seguía tensa, no sé si por eso seguía sintiéndome incómodo o era por otra cosa, estaba rabiando, quería que mi polla descansara pero señor quiere quedarse en la ducha sin descansar algo increíble de verdad.

Respira hondo y piensa en otra cosa para poder descansar tu hermosa y poderosa polla.

¿Qué adjetivos? Mi madre llama a mi rabo bonito y poderoso increíble sobre todo viniendo de ella. Respiré hondo pero por desgracia no funcionó en absoluto, me sentí incómodo.

Voy a tener que ayudarte porque estás en muy mal estado, sino te pondrás muy mal. Te lo explicaré todo más tarde pero por ahora olvídate de que soy tu madre y llámame novia o puta.

¿De qué estás hablando, mamá? ¿Cómo voy a llamarte puta o mi novia?

Porque seré tu puta o zorra, puedes hacer lo que quieras conmigo. A lo mejor después se te para la polla. ¿No es eso lo que necesitas?

Sí, mamá. Me empieza a doler el estómago.

Levántate, ven y túmbate en la cama, la conectaremos a su segundo y a ver si descansa.

¿De qué segundo hablaba mi madre? Ni idea, pero déjame decirte que mi madre me hablaba en un lenguaje totalmente codificado, un lenguaje que sólo los expertos entenderán sin siquiera pensarlo demasiado, mi madre hablaba de... no, dejaré que lo averigües por ti mismo.

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Continuará.

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