Capítulo 17: Pero a mi si me importa que seas fea
Yadira estaba un poco sorprendida y se pregunto a sí misma, “¿Delfino finalmente quiere verme?”
Cuando abrió la puerta del estudio, su mente estaba en las nubes.
Tan pronto como entró, escuchó una voz masculina antes de que pudiera ver lo que había adentro,
-Xulio, ¿Quién ha venido?-El hombre que estaba junto al escritorio hablo.
-Señor, es su esposa-. Respondió el guardaespaldas.
Yadira notó entonces, que en la silla detrás del escritorio, había un hombre fuerte sentado de manera que le daba la espalda a ella.
Desde su perspectiva, ella podía ver la cabeza del hombre que sobresalía del respaldo de la silla y el brazo que reposaba sobre el apoyabrazos, por lo que parecía ser un hombre muy alto.
-¿Él es Delfino Dominguez?- preguntó Yadira.
Xulio la miró manteniendo una expresión calma y dijo, -Señora-.
-¿Xulio?- Ella acababa de escuchar a Delfino mencionar ese nombre.
Xulio asintió y no dijo nada más, después de todo el no parecía ser un hombre muy hablador.
En ese momento, Delfino, que estaba sentado con la espalda hacia a ella, dijo,.- ¿Has visto a Horacio Dominguez? -
Yadira se sorprendió un poco y se dio cuenta de que él estaba hablando con ella.
Aunque ya sabía que la relación entre ambos, padres e hijo, no era buena, se quedó un poco sorprendida al escuchar que Delfino llamaba a su padre por su nombre.
-Lo he visto-. Yadira no sabía por qué él se lo preguntaba, pero sentía vagamente que Delfino no tenía intención de dejarle ver su verdadero rostro.
- ¿Qué dijo él? -
-Solo charló un poco conmigo, también hablo sobre tu situación...-Yadira tardó un momento para terminar. -él se preocupa mucho por ti-.
Las palabras de Horacio posiblemente tenían algún propósito, pero él realmente se preocupaba por Delfino. Ella sentía un poco de envidia de él, por tener un padre que lo quería.
Delfino apenas la escuchó, lanzó una risa irónica y dijo, -Fidelio me dijo que ustedes se llevaban muy bien –
Cuando Yadira escuchó la palabra ¨Fidelio¨, se quedo rígida por un momento y sacudió su cabeza rápidamente, -Solo lo vi una vez en la villa .-
Pensando que Delfino no podía ver su acción de negar con la cabeza, añadió,- No lo conozco muy bien.-
Por alguna razón, ocultó deliberadamente el hecho de que "Fidelio" fue herido y se quedó una noche en su casa.
- ¿En serio? - Aquellas dos palabras que el hombre profirió hicieron que Yadira se estremeciera y no se atreviera a hablar más.
“¿Será que "Fidelio" le dijo algo a Delfino?”, pensó Yadira.
-Bien, puedes irte- Su tono de voz parecía como si Delfino hubiera perdido la paciencia.
Aunque Yadira no podía verle la cara y estaba lejos de Delfino, ella podía sentir la indiferencia que salía de él extendiéndose a miles de kilómetros.
Una de las razones por el que ella aceptó casarse con él, fue porque Salia la obligó a hacerlo y la otra razón, era por su falta de voluntad de negarse.
Por eso, ella nunca pensó en divorciarse de Delfino, desde el primer día que se mudó con la familia Dominguez, ella planeaba ser la esposa de Delfino por el resto de su vida.
Entonces Yadira se mordió el labio inferior, dio unos pasos hacia delante para acercarse a Delfino y junto valor para decir,- Pue...puedes girarte?-
Si él se daba la vuelta, ella podría verle la cara con claridad.
Terminando de hablar, ella sintió que la habitación se llenaba de una sofocante presión.
-No... no me malinterpretes. Solo pienso que estamos casado y estaremos junto el resto de nuestras vidas, por lo que tarde o temprano tendremos que vernos, y a mi realmente no me importa... tu condición física-.
Cuando Delfino la escuchó, se estremeció por un momento.
Él frunció los labios ligeramente y respondió con palabras llenas de malicia y disgusto, -Pero a mi si me importa que seas fea-.
