Capítulo 15: Está fingiendo ser tonta

El padr ... ¿el padre de Delfino Dominguez?

¿Horacio Dominguez, el hombre más rico y poderoso de ciudad Mar, que cuando era joven había atraído a innumerables mujeres?

Yadira se quedó atónita por unos segundos. Al reaccionar, dijo con torpeza -Buenas tardes.-

De todos modos, no podía llamarle -padre-.

-Si tienes tiempo, comamos juntos esta noche. - La voz de Horacio era tranquila y profunda, mostrando una paz obtenida por el pasar de los años Aunque tenía un tono autoritario, no era repulsivo, por lo que Yadira comprendió que, aunque las palabras de Horacio parecían estar preguntándole, no podía negarse.

Ella modestamente respondió,-Estoy libre-.

-Dejaré que nuestro chofer la recoja, nos vemos esta noche-. Respondió Horacio e inmediatamente después de terminar de hablar, colgó el teléfono.

Desde el principio hasta el final, el tono de Horacio fue muy tranquilo, pero emanaba un aura incuestionable.

Yadira tiró su teléfono y como un rayo salió a tomar un taxi en dirección a la villa de Delfino.

Horacio dijo que el chofer la recogería, de modo que el chofer seguramente iría a aquel lugar a recogerla.

...

Yadira estaba parada al lado de la puerta principal, contemplando la villa de Delfino Dominguez.

La villa estaba construida en la ladera de la montaña, en un entorno escasamente poblado Aquella blanca villa se encontraba tranquilamente en medio del bosque, lo que parecía ser un poco extraño.

Yadira no le había prestado mucha atención cuando fue traída por primera vez, pero ahora, mirándolo al detalle, Yadira sentía que la villa era algo maligna.

Un frío gélido le subió desde los pies hasta la cabeza, esto era porque en el invierno, Yadira sentía tanto frío que su rostro se volvía blanco como la nieve.

Abruptamente retrajo sus pies que estaban extendidos y se dijo a si misma, -Olvídalo, hay que esperar en la puerta principal.

Al poco tiempo, un automóvil negro se detuvo en la entrada.

Yadira volvió la cabeza con curiosidad y vio a un amable hombre de mediana edad que salía del auto.

Cuando aquel hombre vio a Yadira, hubo un destello de sorpresa en sus ojos, que oculto perfectamente.

Él se quedó quieto frente a Yadira, asintiendo levemente con una expresión respetuosa, -Señora, soy Erauso Suero, el Sr. Dominguez me envió a recogerla para la cena-.

Era el chofer que Horacio había enviado a recogerla.

-Disculpe. - Yadira le sonrió con la boca abierta de par en par, luciendo un poco tonta.

Erauso puso una expresión de sorpresa, el cuál, volvió a la normalidad en un instante.

Él se volvió y abrió la puerta, diciendo, -Señorita, por favor, suba al coche-.

Después de que Yadira se subiera, Erauso se sentó en el asiento del conductor y partió hacia su destino.

Cuando el automóvil partió, se abrió una de las cortinas en el segundo piso de la villa, con un sonido fuerte de -cepillo-.

Xulio miró en dirección al auto que estaba saliendo y le preguntó al impredecible de Delfino, -jefe, ¿de verdad quiere que su esposa vea al Sr. Dominguez? -

- ¡¿Sino?!-

En ese momento, Delfino tenía una mirada sombría. Él puso sus manos en los bolsillos de sus pantalones y dijo con una voz profunda, -Ella solo es una mujer fea y tonta, ¿qué podría hacer Horacio? -

- ¡Pero, su esposa solo está fingiendo ser una tonta! -

-Fingir, hacer que todos te crean, también se considera como una habilidad -.Después de que Delfino dijera esto en voz baja, se volvió y se fue.

...

Yadira fue llevada a un restaurante de lujo.

Erauso Suero la acompañó hasta la puerta de la habitación, extendió la mano e hizo un gesto de pase usted, -El Sr. Dominguez la está esperando adentro-.

-Está bien-, terminó de hablar Yadira y añadió un frío y solitario -Gracias -.

Erauso la vio entrar y, después de cerrar la puerta, él no sabía qué pensar y negó levemente con la cabeza.

En la mesa, un hombre de mediana edad con un temple elegante, hojeaba el menú.

Al escucharla, dejó el menú y levantó la cabeza.

Yadira pensó que su ropa de indigente al menos lo haría enfadar o despreciarla, pero aquel hombre solo se limitó a decir amablemente, - ¿Eres tú Yadira? -