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Capítulo 5

El punto de vista de Isabel

Al despertarme por la mañana tras oír el grito matutino de mi madre hice mi rutina y me cepillé el pelo mirándome al espejo.

Desde Espejo puedo ver a la Sra. Cama llamándome para que la consuele.

Mi pobre cama debe estar sola todo el día.

Puedo oír sus dulces palabras.

'Ven aquí, Isabel. Me siento muy sola. Tú también debes estar cansada. Descansemos un poco. Mira que soy suave. Te sentirás a gusto. Ven aquí mi querido bebé. Viajemos a Marte en paz. Nadie, sólo nosotros, ¡todo el día!'.

Meneando la cabeza hacia la Sra. Bed bajé.

—Isabel, ¿tienes alguna cita hoy?—, preguntó mi madre con una sonrisa.

Algo huele mal Isabel. Mi madre nunca preguntaba por mi paradero. Tienes que salir de aquí ahora mismo.

Sin responder a su pregunta, llamé a mi asistente.

—Stella. Me gustaría organizar la reunión con el Sr. Marcus lo antes posible. Estaré en el despacho dentro de diez minutos", le dije y me levanté.

—Mamá..estoy ocupado..te veo luego—, besando sus mejillas me dispongo a escapar del lugar.

—Quédate ahí Isabel Collins—, la voz severa de mi padre me hizo arraigar en mi sitio.

Alguna gran bomba va a caer sobre mi cabeza.

¡Prepárate para la guerra Isabel!

—Toma asiento—, me dijo mientras yo obedecía tranquilamente.

Pero por dentro estoy literalmente gritando y rompiendo cosas en la mesa.

—Te he preparado una proposición de matrimonio—, me dijo mientras yo me relajaba.

—Mándame un mensaje con los detalles papá. Es sólo una reunión. Deberías haber informado a mi ayudante—, dije relajándome en el asiento y parando la pierna que bailaba bajo la mesa en tensión.

—Es una boda Isabel. No una Reunión—, sus palabras me hicieron parpadear.

Parpadeé mirando a mi padre y a mi madre. Ambos reflejaron mi acción.

Así que mi cerebro empezó a procesar sus palabras con seriedad.

¡Todavía procesando! ¡Mi cerebro se amortiguó debido a la mala comunicación!

Procesamiento rápido

Procesamiento muy rápido

Aún no hay comentarios.

Mi cerebro declaró su decisión.

Me reí con fuerza agarrándome el estómago. Me siento de la silla todavía no puedo parar mis risas. Rodé en el suelo todavía agarrando mi estómago para parar mis risas.

—¿Qué ha pasado cariño? ¿Estás bien? —, La cara de preocupación de mi madre me hizo parar un poco.

—Papá... ahora oigo palabras. Debo decir que esto es hilarante de toda mi mala interpretación—, me reí aún recordando la broma tomar el asiento.

—Tu padre no bromea, cariño—, dijo mi madre poniéndome la mano sobre el hombro, preocupada.

Tiene miedo de que me vuelva loco.

—Mamá... para. No tiene gracia. Pero admito que esta broma estará en la parte superior de mi lista. ¡Esto es divertidísimo! —dije sonriendo.

—Isabel Collins. En serio—, suspiró mi padre.

—Papá... no lo entiendo. Realmente no—, pregunté siendo honesto.

—Tienes años querida. Tienes que casarte—, las palabras de mi madre me hicieron esquivar su mano de mi hombro.

—Esto... es una locura—, dije moviendo la cabeza con incredulidad.

—Todavía eres inmadura. Estamos preocupados por tu estado princesa. Te queremos en una mano segura donde alguien te cuide después de nosotros—, sus palabras me hicieron enojar.

—Papá. Sólo quería algo de tiempo para mí. Por supuesto que sé que estoy equivocado. Me arrepiento. Me disculpé y estoy tratando de comportarme. Llamarme inmadura me molesta. Sí, tengo años, pero no hay ninguna regla de que una mujer quiera casarse a los o antes. Y lo siento papá. La boda de una mujer no tiene nada que ver con su edad y su personalidad. Me voy—, dije y caminé hacia la puerta.

Me llamó inmadura y quería que me casara con un tipo cualquiera para madurar.

—Tómate tu tiempo. Pero realmente quiero ver a mi princesita casarse. Siento haberte llamado inmadura. Sé que eres lo suficientemente adulta como para cuidar de ti misma. Soy egoísta. Quería ver la boda de mi hija. De verdad quiero que lo pienses princesa—, la voz triste de mi padre me hizo tragar saliva.

Está usando tu debilidad Isabel. ¡No te lo metas en la cabeza!

Sin contestarle, me dirigí al coche.

Vi el nombre de Mia en el identificador de llamadas.

Rechazándolo, me fui en coche al pueblo, a una hora de la ciudad para encontrar un poco de paz.

El aroma a café relajó mis sentidos nada más entrar en la cafetería.

—Buenos días, mi querida sobrina—, me saludó la tía Emma con una sonrisa.

La tía Emma es la hermana de mi padre. Es un encanto. La quiero mucho. Me parezco más a ella. No son mis palabras. Son las de mi padre.

—Buenos días tía Em—, la abracé.

—¿Ocurre algo, cariño?—, preguntó preocupada.

—Tu hermano me arregló un matrimonio—, suspiré.

Empezó a reír a carcajadas atrayendo la atención de los clientes de la cafetería.

—Um..lo siento..mi sobrina ha dicho algo muy gracioso—, dijo en un ataque de risa haciendo reír al público al ver su reacción.

Dios... es un alma increíble.

—Eso es muy gracioso querida—, me dio una palmada juguetona en el brazo.

—¡Ay! Eso duele Em—, la fulminé con la mirada.

—No actúes. Ahora dime qué ha pasado... —volvió a preguntar.

—ya te lo dije—, diciendo que tomaba asiento en la mesa y pedía mi batido de chocolate favorito.

Me encanta el batido de chocolate. Y los chocolates son mis favoritos

No creo que haya ningún humano en el mundo que odie el batido de chocolate. Si lo hay, puede que no sea humano.

Tras beber un sorbo, mis músculos se relajaron.

—¿En serio? —preguntó con los ojos abiertos como platos.

—¿En serio? —volvió a preguntar mientras yo la ignoraba.

—Sí—, sorbiendo la bebida mi lengua se arremolinó de felicidad.

¡¡Los batidos de chocolate son los mejores!!

—Entonces, ¿cuál es tu respuesta?—, preguntó serenándose.

—Me fui—, dije enfadándome conmigo misma por no haber dado una respuesta contundente a mi padre.

—No querrás hacerle daño a tu padre—, respondió a mi incógnita.

—Esta vez no voy a ceder Em—, dije decidido.

—Sabes que eso nunca pasaría. Siempre has sido una niña de papá, querida. Cualquiera que sea el deseo de tu padre, lo harás por él—, dijo con una felicidad arremolinándose en sus ojos.

—No me digas que te hace ilusión esto del matrimonio—, espeté.

—Estoy excitadísima—, dando una palmada saltó y bailó un poco.

De ninguna manera soy como ella. Está loca.

—Estas loca Em—, negando con la cabeza me puse de pie.

—Claro que estaría loca si quisiera ver casarse a mi sobrina favorita—, mostró sus hoyuelos.

Dios..al ver su felicidad una sonrisa se dibujó en mis labios.

¿Mi padre y mi madre se emocionarán como ella si decido decir que sí?

¡Isabel Collins! No seas loca. No te vas a casar. Es definitivo.

Cogí mi coche y me dirigí a la oficina. Me sumergí en el trabajo.

Pero mi mente divagaba en torno a un único pensamiento.

¿Cómo protestar contra mi familia? ¿Cómo protestar por mi boda?

¡Dios, esto es una locura!

¡¡Ojalá renaciera en Marte y continuara mi vida allí!!

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