Capítulo 5
Ya estaba lista para ir al villar y compartir un momento agradable con Vladimir. Llegué allí y lo vi sentado en un mueble. Me senté a su lado y este me brindó en una copa un poco de vino.
—¿En serio que te vas a ir y me vas a dejar solo? —me preguntó Vladimir.
—¿Y es en serio esa pregunta idiota? —me reí después de yo haber dicho esto.
—Eres una malvada Magna. Si por mí fuera te follara ahora mismo —me confesó pero no me sorprendió.
—Eres bien candente y perverso Vladimir.
—Me pones bien caliente Magna —prosiguió con sus palabras morbosas—. ¿No te da calor por sólo el hecho de hablar conmigo?
—La verdad es que no.
—¿Y vas a vivir la vida follándote un hombre casado?
—Me parece un atrevimiento de tu parte esa pregunta.
Dejó la copa que tenía en la mano sobre una mesa pequeña.
—Te voy a dar un consejo hermosa... Karl no va a dejar a su esposa, en la manada de Karl no serás bien recibida, no importa lo que él haga. Siempre serás la amante para él, por mas amor que él sienta por ti, no te conviene en lo absoluto.
Hubo un silencio entre los dos hasta que yo misma decidí romper el hielo.
—Cualquier cosa rara que veas al respecto sobre la vida de Karl me lo informas.
—De acuerdo —y se movió a tomar la copa de vino dando un sorbo luego—. Entonces haz follado con hombres lobos. ¿Después que terminaste con Lester volviste a tener sexo con él?
De verdad que su pregunta me asustó un poco y yo no iba responderle la verdad.
—No —mentí.
—¿De verdad?
—En serio. Aunque él fue bienvenido a mi casa después que se supo el descaro que cometió mi prima y sus mentiras con respecto a nosotros fueron descubiertas. Pero ya era muy tarde para volver con él, ya que él no me amaba. Lester fue el mejor novio que tuve. Ahora él está enamorado de una chica. La que te conté que era mejor amiga de mi hermana.
—Por lo visto no habrá reconciliación entre ustedes —dicho esto hubo un silencio entre ambos hasta que él mismo decidió romperlo—. ¿Me darías un beso?
Yo me quedé en el aire. Entonces el volvió a insistir con algo ya hablado anteriormente.
—Lester está enamorado, Karl está casado... No veo tu futuro claro.
—¿Por qué insistes en lo mismo?
—Porque quiero que seas feliz, en la manada de Karl no aceptan seres humanos, aunque él quiera intentar una reconciliación por su hermana; sería difícil Magna. Sólo que no te aferres a algo que muy difícil podría resultar.
De hecho Vladimir tenía toda la razón, yo no podría alejarme de Karl así por así, pero ni tampoco yo podría involucrarme con el primero que yo viera.
—Y dime algo Vladimir... ¿Vas a visitarme a mi ciudad?
—¿Eso quieres?
—Creo que hasta me acostumbré.
—Espero obtener mi recompensa algún día, Magna.
Perfectamente yo sabía a que él se refería. Esa noche Vladimir se comportó conmigo, no hubo discuciones tontas entre ambos.
###
Una semana después ya todo era como una costumbre, Vladimir se había convertido en alguien importante para mí. Yo me encontraba hablando con él e incluso estábamos sonriendo, de un momento a otro se apareció Teddy ante nosotros y nos observaba curioso, como si quiera saber algo.
—¿Qué te pasa Teddy? —le pregunté a él.
—¿Desde cuándo ustedes se llevan bien?
—No me digas hermano que no lo habías notado —se expresó Vladimir.
Entonces él nos dio una última mirada y se marchó dejándonos solos.
—¿Karl te venido a visitar? —me preguntó él.
—No. Él tiene compromisos últimamente.
Escuché que se estaba riendo.
—¿Será que tu Alfa está huyendo de mí? —preguntó con ironía.
—¿Huir por qué? —y me giré hacia él, yo lo veía sonriendo—. ¿A pasado algo que yo no me he podido enterar? Dime Vladimir.
—No ha pasado nada. Sólo que... Me dan ganas de reírme —me respondió sin mirarme—. Además él tiene que tener cuidado con lo que hace.
—Lo sé Vladimir —por unos segundos me surgió la curiosidad de saber la vida privada de él y como ya estábamos en confianza me animé a conversar sobre ese asunto—. ¿Y tú te haz enamorado?
Por unos segundos él no respondió hasta que él mismo rompió el silencio.
—Yo dejé de creer en el amor —eso fue lo que él me dijo y entendí más o menos, decidí quedarme callada.
—Voy a tomar una ducha para vestirme, quiero estar en la piscina —dicho esto me aparté de él.
Me retiré de donde me encontraba con destino hacia mi habitación, entonces hice lo que le había dicho a Vladimir. Yo me encontraba nada en el agua, disfrutando del momento y de reojos alcancé a ver a Vladimir que me observaba, continué moviéndome en el agua, hasta que vi él mismo se acercaba, cuando estuvo casi cerca de la piscina se desvistió, caminó hacia la orilla y se echó al agua en boxer.
—Por lo menos debiste cambiarte de boxer —pronuncié aunque él no me estuviera escuchando.
Yo observaba que él se movía en el agua hasta que decidió llegar a mi.
—¿Piensas quedarte ahí como una idiota? —fue lo que me preguntó.
—Me estás ofendiendo —le respondí a la defensiva.
Sonrió.
—Todavía no haz entendido mi humor querida. En ningún momento te he ofendido. No me digas que vamos a discutir por eso.
—Claro que no vamos a discutir, ya me he acostumbrado a tu humor negro cretino.
—No lo parece Magna, entre veces me respondes a la defensiva.
—Idiota Beta.
—Idiota humana.
—Eres un envidioso, me viste venir aquí y de una vez quisiste venir para acá. ¿Qué casualidad Vladimir? —volví a molestarlo.
—Sabes Magna que aveces sueles ser insoportable.
—¿Ah si? No tienes ninguna obligación de soportarme.
Él se movió rápidamente en el agua, llegó hacia mí y me besó, me tomó por sorpresa, yo no me lo esperaba, antes sus besos yo me rendí y lo besé a él también. Ambos nos devoramos en el agua.
