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Capítulo 3 — Dudas

Liam emitió un gruñido lleno de rabia, dolor y frustración, mientras se mesaba los cabellos con vehemencia, ¿Acaso esto era una maldita pesadilla?

— Señor Carter, sabemos que debe ser muy abrumador para usted, pero… — Intervino uno de los policías.

— Es que yo… No entiendo… ¿Mi madre, envenenada? — Lo interrumpió Liam, retrocediendo un paso, ahogado el dolor que lo quemaba internamente.

— Señor Carter, antes que nada, lamentamos mucho su perdida… — Otro de los policías intervino. — Como usted comprenderá, está, es una situación muy delicada y por el estatus de su familia, estamos tratando de ser lo más discretos posible, lo mejor es que la noticia no se exponga públicamente, por lo menos hasta que el caso se resuelva.

— Señor… — Continuó el otro policía. — Entendemos el dolor que deben estar enfrentando y que con todo esto deben tener muchos asuntos que arreglar, pero necesitamos conversar lo más pronto posible con usted y con las principales personas involucradas…

— ¿Qué? — Liam volteo, mirando fijamente con el entrecejo arrugado hacia Alicia y Ania.

— ¿Quiénes estuvieron con la señora Carter cuando tuvo el ataque? — Preguntó el policía, Ania y Alicia se quedaron de piedra.

— Mi esposa y mi cuñada… — Murmuró Liam, apretando la mandíbula.

En un lugar alejado del público, los policías comenzaron a hacer sus preguntas y tomaron notas.

— Señora Carter, cuéntenos lo que sucedió… — Pidió uno de los policías a Ania, mientras a unos pasos, Liam y Alicia esperaban, escuchando atentamente.

— Bueno, yo… Yo estaba a punto de desayunar cuando la señora Georgia llegó, ella dijo que estaba cansada y que tenía hambre, así que mi hermana fue a preparar algo y mientras esperaba, yo le prepare una taza de té… — Contó Ania, con algo de nervios.

— ¿Un té? — El policía le prestó toda su atención. — ¿Qué clase de té?

— Solo era un té de manzanilla, yo… En mi habitación estaba la tetera con el agua caliente y ella no quiso la comida que tenía allí, al principio tampoco quería el té, pero yo le insistí y luego… — La voz de Ania se quebró. — Ella aceptó y yo… Solo puse el agua con la bolsita, eso fue todo y… Después de un rato, ella…

— Tuvo el ataque, ¿No? — Completó el policía, viendo a Ania con una expresión rígida.

A unos metros, se escuchó un resoplido, Ania volteó y vio como Liam comenzó a caminar tenso, con los puños apretados, su expresión era una máscara de dolor y severidad que ella nunca antes había visto.

— Señorita Jones, ¿Qué nos puede contar usted? — Preguntó el otro policía a Alicia.

— Yo estaba con mi hermana cuando la señora Georgia llegó, casi no la conozco, de hecho tengo pocos días quedándome con los Carter porque acabo de salir de una fuerte enfermedad… — Aclaró Alicia, a lo que el policía asintió. — Acompañaba a mi hermana porque ella está embarazada y necesita cuidados, por eso, cuando la señora Carter pidió el desayuno, yo fui de inmediato a buscarlo, para cuando volví a la habitación… La señora Carter ya estaba tirada en el piso, inconsciente…

— ¿Algo más que pudiera notar? ¿Algo más que resalte en la escena que encontró? — Preguntó el policía.

— Yo… Bueno… — Alicia se quedó pensativa por un instante. — Lo único que vi resaltante, fue la taza de té quebrada en el piso… Creo que la señora Georgia la debió haber tirado cuando tuvo el ataque…

Ania y Liam escuchaban a unos metros, junto al otro policía, ambos se miraron, pero ninguno dijo nada, Ania sentía una especie de tensión en Liam, él se mantenía distante, frío, ella nunca antes había visto a Liam actuar así.

Pero para Ania, la actitud de su esposo era comprensible, pues él acababa de perder a su madre y alguien la había envenenado, debía ser muy duro y difícil para él.

— ¿Tiene usted algún enemigo? — Preguntó el policía a Liam con mucha seriedad.

— No, señor… Soy un empresario respetado, no un criminal o un asocial… — Contestó Liam, ya cansado.

— ¿Y su madre? ¿Conoce usted algún enemigo de ella? — Siguió el policía y de inmediato, Liam arrugó el entrecejo.

— Mi madre siempre ha sido una mujer admirada y respetada, reconocida públicamente por su buena labor social, por lo que fue muy querida por el público en general, por nuestros empleados, por toda la familia y por mí… — Contestó Liam irritado.

— Quizás algún empleado… — Comentó el policía, cuando Liam lo interrumpió.

— Imposible… Todos nuestros empleados son escogidos con el mayor cuidado y altos estándares de seguridad, son personas de confianza, humildes y agradecidos… — Replicó Liam muy seguro.

— ¿Y qué me dice de la relación de la señora Georgia con su esposa? — Preguntó rápidamente el policía, Liam hizo silencio. — ¿Ella tenía algún problema con su madre?

Liam volteó la mirada al recordar la pésima relación que tenía Ania con su madre, pues ella fue rechazada por Georgia y por supuesto, por toda la familia Carter, pero se suponía que todo iba a cambiar esta vez, se suponía que su madre finalmente les daría su bendición y Ania, sería aceptada por la familia Carter.

— Por qué tengo entendido que su esposa fue la última persona en conversar con la señora Georgia… — Siguió el policía. — Y en tener contacto con ella, e incluso, según me contaron su esposa y su cuñada, la señora Ania le sirvió a su madre, lo único que consumió al llegar de su viaje…

Liam apretó los puños al mismo tiempo que volteaba la mirada, a lo lejos, manteniendo un poco más de distancia, Ania y Alicia lo esperaban y su esposa lo miraba con preocupación.

¿Podría ser posible que ella…? Una pequeña chispa de dudas ya nacía en el interior de Liam.

— ¡¿Qué está queriendo decir?! ¡Qué insolencia! — Gruñó Liam, volteando nuevamente la mirada hacia el policía. — Mi esposa es la persona más dulce del mundo y amable… ¡Jamás, nunca ella se atrevería hacerle algo a mi madre! ¡O a alguien!

— Señor Carter, yo no he querido decir nada… — El policía levantó ambas manos en son de paz. — Solo hago mi trabajo y uno los hechos.

— ¡Pues le recomiendo que haga su trabajo bien! ¡Por qué no voy a permitir que difame a mi esposa! ¡La defenderé con mi vida! ¡Y si se atreve a decir o sugerir otra calumnia como esa, lo demandaré! — Voceo Liam, para darse la media vuelta y caminar hacia su esposa y cuñada, llevándoselas.

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