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Secreto descubierto

La familia estaba conformada por el padre, la madre y una niña pequeña.

Me estoy arrepintiendo de ver los discos, pero quiero saber lo que ocultan.

En la grabación aparece mi tío, quitándoles el saco de la cabeza y puedo ver que la niña es yasmin.

—Esto les pasa por haber conocido a mi hermana y a mis sobrinos—dice Federico con tono furioso

Federico tomó un cuchillo y se acercó al padre, empezó a mutilarle sus brazos, sus piernas mientras la sangre se empieza a derramar en la ropa y por el suelo, y de la boca del padre salen gritos desgarradores, ya no puedo seguir viendo, recorro el video y cuando ya no apareció el padre, lo detuve y veo a la madre, y a yasmin llorando, mi tío toma del hombro a la mujer por la espalda.

—La siguiente es usted señora—dice Federico con tono amenazante, se ríe de manera maniática.

La grabación termina y no puedo creer lo que vi.

¿Mi tío era un asesino y un secuestrador?.

Tengo que procesar todo lo que vi, me levanto y bajo al sótano, empiezo a buscar cosas interesantes, pero al quitar una caja de una esquina, se asoma una manija, quito las demás cajas amontonadas y abro la puerta, el lugar está oscuro y busco el interruptor.

Cuando lo encuentro, enciendo la luz y hay una sábana cubriendo algo en medio del sitio.

No tengo la valentía para quitar la sábana, pero veo que la sábana se mueve y siento un escalofrío recorrer todo mi cuerpo.

Quería salir corriendo, pero no pude con la curiosidad, me acerco y quito la sábana, veo a una chica amarrada a una silla con la cara demacrada y su vestido rasgado.

La chica me mira y empieza a balbucear.

No entiendo lo que dice por la mordaza y se la quito.

—Ayúdame, por favor, él volverá pronto—súplica la chica en voz baja

—¿Quién es él?—pregunto con tono confundido

—Te lo explicare todo cuando salgamos de este lugar, pero por favor, ayúdame—continúa suplicando

La chica continúa suplicando y después de pensarlo dos veces, accedo a liberarla, la desamarro y la ayudo a levantarse.

La chica intentó caminar, pero no pudo; siente dolor al caminar.

—Ayúdame, mis piernas me duelen—dice la chica con voz trémula

Asiento y la cargo, la saco de ese sitio y cierro la puerta, la sacó del sótano y la siento en la cama.

—Gracias, pero ahora debemos salir de este lugar porque Federico volverá pronto—dice con voz quebrada

—¡¿Cómo que Federico?!, él es mi tío-—añado

—¿Tu tío?...—espeta la chica

—Sí, pero es imposible que esté vivo porque lo vi morir….. Pero dime, ¿Quién eres?—inquiero

—Me llamo yasmin y, ¿Cómo que muerto?, si él siempre estuvo en esta cabaña.

Me quedo sin palabras al oír las palabras que salieron de su boca, es esa niña que jugaba conmigo en el vídeo y que mi tío secuestro, pero se ve muy diferente….

Ahora estoy más confundido que antes, todo este tiempo mi tío me mintió…..

¿O es que ella se quedó traumada?.

—¿Tú, eres Fernando?—inquiere la chica

—Sí—respondo con tono tímido

—¿Eres el niño con el que jugaba cuando era niña?—inquiere la chica, lágrimas rodan por sus mejillas.

—Sí yasmin.

Yasmin me abraza y llora desconsoladamente.

Me regresa la curiosidad de los dos últimos discos que faltan por ver.

—¿Quieres ver los discos que encontré?—pregunto con voz cálida

—¿Cuáles discos?—indaga yasmin

—Ven—la cargo y la llevo a la sala, la siento en el sillón.

Entro a mi habitación y cierro la puerta del sótano con el candado.

Regreso con y yasmin y le enseñó los primeros tres discos, ella se quedó sin palabras y tiene ganas de llorar.

Coloco el cuarto disco y me siento a su lado.

Lo primero que aparece en la grabación es la madre y la hija, Federico se acerca a la madre y la golpea en la cara, en el estómago, en sus costillas y le desamarra las piernas, le empieza a romper los huesos de los pies con sus manos, la tira con la silla hacia atrás y continúa golpeando su cara repetidamente hasta que la mujer deja de retorcerse y agoniza.

La niña solo ve horrorizada la escena y Federico se acerca a ella.

—Ahora te toca a ti, pero como aún eres una niña, no te matare, pero voy a disfrutar torturarte—dice con una sonrisa maliciosa

La grabación termina y yasmin rompe en llanto.

—Lo siento yasmin—dije con tono triste

—No importa—continúa llorando

Me levanto y coloco el último disco, lo primero que aparece, es yasmin con los brazos y las piernas amarradas a cada extremo de la cama, ya no se ve como una niña, se ve como una chica de 15 años.

Federico se acerca y acerca la mesa con diferentes tipos de cuchillos, pinzas, martillo, serrucho, una pequeña hacha, tijeras, trapos, mazo y un alfiler.

Yasmin tapa sus ojos y yo continúo viendo.

Federico estaba a punto de tomar un cuchillo, pero se detuvo y miró a yasmin, ella no paraba de llorar y Federico la calla dándole golpes en la cara, tomó uno de los cuchillos y le hace varios cortes en su cuerpo, la sangre no se hizo esperar.

Ya no puedo seguir viendo y recorro el video, lo detengo cuando ya no se ve nada, pero según yo la grabación ya había terminado y estaba a punto de sacar el disco, pero aparece otra grabación.

—Hola sobrino, si estás viendo esto, es porque descubriste mi sótano y de seguro donde tenía a tu amiga de la infancia.

—Pero ahora quiero decirte que cometiste un grave error al hacerlo, voy a tener que matarte junto con la chica para que no digas nada a la policía.

—De seguro te preguntarás, ¿Cómo me matarás si estás muerto?, pues en realidad fingí mi muerte—se ríe—todo esto fue planeado querido sobrino.

Yasmin quita sus manos de sus ojos y se queda sin palabras con lo que Federico dice.

—Solo te di esta cabaña para que veas que no te oculté nada y te quedes con casi toda mi herencia, pero preferiste andar de fisgón—dice con tono enojado

—Ahora sufre las consecuencias de tus actos.

La televisión se apaga y las luces de la cabaña se apagan también.

El pánico empieza a crecer en mi interior y lo primero que se me ocurre es llamar a mi madre.

Por suerte ya tengo señal y ella me contesta.

—Hola hijo, dime, ¿Cómo te va en la cabaña?—inquiere Ana con voz cantarina

—Mamá, por favor, ven por mí, mi tío está vivo y ahora quiere matarme porque descubrí su sótano y a yasmin—suplico con voz trémula

—¿Qué?, hijo, pero, ¿Qué estás diciendo?, tu tío está muerto, ¿Y de qué sótano hablas? ¿Y cómo que yasmin?—indaga con tono confundido

—Mamá, lo que te digo es cierto, por favor, ven—continúo suplicando con voz trémula

Mi madre nota miedo en mi voz y ella empieza a preocuparse.

—Voy por ti hijo, tranquilo—dice Ana con tono preocupado

—Por favor, no tardes—cuelgo la llamada.

Yasmin se acerca a mí y me abraza, ella también está asustada y ya quiere irse de este lugar.

La abrazo también e intento calmarme, se me ocurre una idea, saco madera del sótano y la coloco en la puerta, y en las ventanas, sacó la cama del cuarto y coloco el sillón en una esquina, coloco la cama en donde el sillón estaba.

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