Capítulo 3

---- No tengo mucho tiempo---- Confesó Nancy---- Quizás sólo un café

Karina tomó de la mano a la mujer quién nerviosa comenzó a seguir a su amiga, hasta una mesa lejos de las ventanas que daban al exterior y se sentaron una frente a la otra, tratando de ponerse al día, con relación a sus actividades, Karina había comenzado un curso de secretariado, para poder buscar trabajo, ella al igual que Nancy habían nacido dentro del culto de los Testigos de Jehová, renunciando a sus oportunidades académicas, para contentar a sus familias y a la congregación, por lo cual al salir del culto, no tenía muchas herramientas para poder conseguir trabajo. Sin embargo, encontró en distintos organismos una serie de cursos que la ayudaron a conseguir un trabajo como secretaria y seguirse formando en distintos sectores, hasta que pudo costarse un departamento propio, su ropa y ahora estaba apoyando a su hijo en su sueño de seguir estudiando a pesar de las quejas de su padre, quién aún pertenecía a la congregación.

---- No puedo creer cómo has cambiado---- Se sinceró Nancy al ver a su amiga con ese porte tan diferente a la mujer de vestimentas más discretas.

---- Por el contrario, amiga, me cuesta trabajo creer que sigas siendo la misma---- Se expresó Karina, sin maldad o pretensión en su voz, sólo una observación dolorosa y sincera.

---- Lamento…, lamento mucho haber ignorado tus llamadas todos estos años---- Se disculpó la mujer de cabello negro y recogido en un moño sencillo, ropas modestas y un maquillaje sincero que reflejaban una vida de obediencia.

---- Hiciste lo que te dijeron que tenías que hacer, no te culpo por eso. ---- Expresó la mujer de cabello de colores, con maquillaje vivido y unas zapatillas con un tacón increíble.

---- ¿Has hablado con tus padres? ---- Preguntó Nancy observando el café que recientemente les habían traído con una elegante figura de una flor de loto en su superficie.

---- Lo intenté un par de veces, pero cuando me salí del culto, les impidieron que me hablaran, cuando llegamos a platicar, intentaban convencerme de regresar y eso no resulto del todo bien. ---- Expresó Karina

---- Lo siento---- Se disculpó Nancy sintiéndose culpable por la situación

---- No es tu culpa, también han hecho lo que les dijeron que tenían qué hacer--- Explicó Karina. Llenando a Nancy de un sentimiento profundo de culpa y responsabilidad---- Escucha, si te sientes muy mal, por mí, ¿por qué no haces algo para redimirte? ---- Le propuso Karina

---- Algo ¿cómo qué? ---- Preguntó Nancy inquieta, sujetando el chocolate caliente entre sus manos.

---- Acompañarme a un lugar---- Respondió la mujer con una sonrisa traviesa en los labios

---- ¿A dónde? ¿Cuándo? ---- Preguntó Nancy con inseguridad

---- El próximo viernes en la noche, venir aquí--- Le confesó Karina

--- ¿Aquí? ---- Dudo Nancy--- Es un lugar que no está aprobado por los ancianos y de hecho sabes que no deberíamos vernos ---- Se defendió la mujer

---- Se pondrá peor el viernes por la noche---- Se burló Karina

---- ¿Peor? ---- Nancy no lo entendía

---- Es una fiesta, la fiesta de La Stanza Rossa, me invitaron, pero no quiero venir sola, te prometo que será algo especial y espectacular, una experiencia que nos intentaron arrebatar, pero te prometo, que, si me acompañas, tu vida se transformará. --- Nancy se quedó en silencio, sin saber qué hacer, prometió pensarlo y se retiró agradecida con su amiga por el chocolate que le había regalado, caminando en dirección a los taxis de la zona, donde finalmente pudo probar el chocolate de Café Romance y donde esa explosión de sabores que le prometían realmente sucedió.

Sin saberlo, durante los próximos días, el sabor del chocolate le traería a la mente la tentación de probar cosas nuevas y diferentes, incluida la sensación de una fiesta como la que le había prometido Karina y fue en ese momento que Nancy modificó su teléfono para que, en lugar de aparecer el nombre de su amiga, apareciera el nombre de uno de los servicios religiosos que consultaba con mayor frecuencia…,