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LA MAFIOSA DE MI VIDA

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Claudia Gijón Ruiz
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Sinopsis

La historia gira alrededor de Esther, que es una joven como cualquier otra, con sueños y proyectos de vida, hasta que conoce a Ismael y se enamora de él, el cual le oculta que pertenece a la mafia. Ella acepta casarse con él, ignorando todo, y cuando se da cuenta a lo que se dedica Ismael, ya es demasiado tarde, porque él la involucro poco a poco. Cuando la misma mafia mata a Ismael, quedándose ella a cargo de todo lo que Ismael dejo. La mafia trata de terminar con ella, pero ella es muy astuta y continua, a pesar de que por ella va perdiendo todo. Así se ve obligada a dejar a su esposo e hijos, que ignoran realmente quien es ella.

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01.- EL COMIENZO.

Esther estaba en su recamara llorando amargamente, ni ella misma sabia como había llegado hasta ahí, así empezó a recordar y se vio en el comedor de su casa, con toda su familia comiendo y platicando, cada quien hablaba de diferentes temas, pero todos sonreían.

Vio a su papá, un hombre alto, no gordo, pero tampoco flaco, pero guapo con su bigote de Pedro infante, pero se veía muy bien. Esther lo amaba, era su ídolo, todo lo que su papá hacía o decía, para ella estaba muy bien.

Después, su mamá, una señora dedicada a su hogar, un poco pasada de peso, pero una buena persona, acostumbraba que los problemas de la casa los solucionaba su esposo, siempre decía, “a ver que dice mi esposo” o “haber que dice su papá”.

Y después sus hermanos y hermanas, eran dos y dos, el mayor era hombre y se llamaba Joel, él tenía un taller mecánico, estaba soltero y era muy mujeriego, cambiaba de novia como de camiseta, eso le decía su mamá, después su hermana Rocío, que trabajaba de secretaria en un despacho jurídico, enseguida Ismael, el aún estaba estudiando para ingeniero, ya estaba por recibirse.

Después Lola, ella también estaba estudiando y aun le faltaba para recibirse, estudiaba medicina. Y por último y la más chica, ella, Esther.

Toda su familia eran muy buenas personas y muy trabajadoras, ellos no eran ricos, pero no les faltaba nada, su papá era gerente en una compañía de prestigio y ganaba bien, así que se criaron no en la opulencia, pero si con todo lo necesario.

Pero Esther era inquieta, siempre deseo más de lo que tenía y la gente de la que se rodeaba, era pura gente de dinero, chicos que no deseaban nada, porque todo lo tenían y ella con ellos se sentí muy bien, ella pensaba mientras estaba con ellos “si, si esto es lo que quiero”.

Cuando iba a sus casas que eran unas residencias, ella envidiaba y añoraba todo eso, aunque ella sabía que eso era imposible.

Esther continuaba recordando poco a poco a través de su vida, recordó cuando lo conoció en esa fiesta de amigos, ella estaba sentada cerca de la terraza, viendo cómo se divertían, todos bailaban, tomando y drogándose.

Esther no le hacía a eso, una vez lo intento, pero no le gusto como se sintió y no lo volvió a hacer, el alcohol si tomaba de vez en cuando, pero solo una que otra copa, sus hermanos la habían enseñado a cuidarse, así que, en ese aspecto, ella sabía cuidarse muy bien.

Así que ella veía como sus compañeros y amigos se divertían.

Después de bailar, tomar y drogarse, subían a las habitaciones que había en la parte de arriba, a veces en par, hombre y mujer otros del mismo sexo, otros una mujer y dos o tres hombres. En fin, era toda una orgia, eso a Esther no le agradaba, pero ella se decía:

“Es su vida y con ella cada quien hace lo que quiere”

En eso estaba cuando se acercó un joven a ella.

—Hola, ¿Aburrida?

—No, no más bien cansada.

—Ven, vamos a tomar una copa en otro lado.

Sin decir más, la tomó de la mano y salieron del lugar. La llevo hasta su auto y se fueron, de ahí llegaron a un bar, ahí se escuchaba música suave, estaban unas parejas bailando, él la jalo y empezaron a bailar, Esther se sintió muy a gusto, pero era hora de regresar a casa.

—Sabes tengo que regresar.

—Sí, si claro, vamos.

Él la fue a dejar a su casa y antes de bajarse le dijo:

—Oye cómo te llamas.

—Esther y tú.

—Ismael, dame tu teléfono.

—Si claro.

Ella le dio el teléfono y entro en su casa.

Cuando se estaba preparando para acostarse, oyó el teléfono, lo tomo de mala gana y sin fijarse quien contesto.

—Bueno.

—Hola pequeña, solo estoy checando que fuera tu teléfono, que tal que me engañas.

—¿Y porque lo iba a hacer? no tengo porque engañarte, solo digo.

—Sí, ahora lo sé, ¿Nos vemos mañana?

—Si saliendo de la escuela.

—Ok paso por ti a la escuela.

Esther colgó y se fue dormir.

Al siguiente día saliendo de la escuela ya estaba él esperándola, las compañeras lo vieron con cierta coquetería, él era muy guapo, alguien dijo:

—¿Quién es?

—No sé por quién viene, se nota que está esperando a alguien.

Esther se rio:

—Jajaja, por mí, chao.

Así camino hasta el, él caballerosamente le abrió la puerta del auto, de ahí se fueron a un restaurant a comer, la comida fue muy amena, él la hacía sonreír con sus ocurrencias y a ella eso le agradaba mucho.

Cuando brindaron él la vio con esos ojos negros y profundos, que a ella le fascinaban, y después la beso, con un beso tan apasionado, pero al mismo tiempo tan delicado y dulce, Esther no hizo nada por evitarlo, se dejó llevar por el momento. Ella nunca había sentido eso con ningún novio que había tenido, y se dio cuenta que esto era maravilloso.

Después del beso él le dijo:

—Quieres ser mi novia.

Ella sorprendida le contesto.

—Oye solo nos hemos visto dos veces.

—Sí, si lo sé, pero sabes, a mí no me gusta darles vuelta a las cosas, me gustas demasiado y quiere que seas mi novia, que te parece.

Ella se quedó callada, lo vio y le dijo:

—Si Ismael, si quiero ser tu novia.

Así empezó la relación de Esther con Ismael, él era todo un caballero con ella, se notaba que la amaba, así como ella a él. Fueron novios solo unos meses, cuando él le pidió matrimonio a ella Esther, él cerró un restaurant, lo lleno de flores y ahí le pidió matrimonio, ella le dijo:

—Sí, si Ismael, pero tenemos que hablar con mis papás.

—Claro que si amor, y la boda va a ser como tú quieras, no vas a reparar en gastos, de eso yo me hago cargo.

Esther feliz se lo dijo a sus papas, ellos se emocionaron, pues la primera hija que se casaba, a pesar de que era la más chica y tan solo tenía dieciocho años, pero eso era lo de menos, ella se quería casar y eso era lo importante, en cuanto a los familiares de él iban a conocer a su papá y a su mamá, y así fue el día que llego.