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Capítulo 8

" Historia " leí en el horario de mis lecciones que tenía en mis manos, todavía de pie frente a mi casillero abierto y resoplé.

Mi mente no pudo evitar recordar la última lección de historia, cuando Kell se enteró de mi existencia. Y en sí mismo no habría nada malo si fuera una chica normal, pero yo era Rosmery... y mi vida nunca había sido la de una chica normal.

A veces cuando estaba sola en mi habitación, encerrada entre esas cuatro paredes me detenía a mirar el techo y la única pregunta que resonaba en mi cabeza era "¿ por qué yo?"

Nunca había podido darme una respuesta, al fin y al cabo ¿qué había hecho mal alguna vez para merecer una vida como la mía? Ser prisionera en mi casa, víctima de mi propio padre, el que debería amarme más que a cualquier otro hombre en el mundo.

De repente un sonido agudo y ensordecedor hizo vibrar mis tímpanos, el papel se resbaló de mis manos y cayó al suelo y regresé al mundo real. El pasillo poco a poco empezó a vaciarse y me di cuenta de que la lección había comenzado. Rápidamente recogí mi horario del suelo y lo tiré al azar dentro de mi casillero, el cual cerré con la misma furia. Llegué al aula de historia en menos de dos minutos, prácticamente había cruzado el pasillo corriendo para no llegar tarde y cuando llegué los últimos alumnos aún estaban ocupando sus lugares en sus pupitres. Suspiré aliviado cuando me di cuenta de que no había llamado la atención del profesor hacia mí y miré a mi alrededor en busca de un escritorio libre.

No pasó mucho tiempo para que me encontrara con dos ojos verdes, esos ojos verdes.

Los que debería haber evitado.

Estaba ahí mismo, sentado en el penúltimo banco al lado de la ventana que daba al patio, había un asiento vacío a su lado y otro justo detrás del suyo. Sin duda me hubiera ido al de atrás y sin devolverle la mirada que me daba con la misma insistencia, me puse la mochila al hombro y caminé hacia ese lado del salón.

¿Será posible que aún no se haya rendido?

Sus ojos ardieron en mí todo el tiempo, por un momento me pareció que ese corto recorrido desde la puerta hasta el escritorio se había hecho eterno y cuando estaba a unos pasos de su escritorio listo para pasarlo una chica pasó a mi lado dándome Me dio un hombro con tanta violencia que me hizo tambalear.

"Oh, lo siento" comenzó, dándome una mirada fugaz y noté que centraba su atención en el chico de ojos verdes que parecía haber presenciado toda la escena "Kell, ¿el asiento está libre?" preguntó temblando, colocando su bolso justo en la mitad libre del escritorio al lado del suyo y él abrió los labios con incertidumbre.

Noté como miraba a la chica de cabello oscuro frente a mí, quien entre otras cosas casi me había tirado al suelo para pasarme y luego vi como me devolvía la mirada.

"Este es el lugar para ella" levanté las cejas al darme cuenta que se refería a mí y mordí el interior de mi mejilla, se sintió extraño escucharlo decir que quería que yo estuviera ahí junto a él.

Entonces noté que ambos miraban hacia mí, la chica parecía decepcionada mientras él parecía esperar que yo dijera algo para despedirla pero negué con la cabeza y simplemente dije "no te preocupes, solo siéntate"

Kell permaneció con los labios entreabiertos, pareció desconcertado por mi respuesta pero no había motivo para reaccionar así. No teníamos nada que compartir, mucho menos un escritorio. Y pensé que lo entendía.

Ella sonrió eufórica y no tardó en sentarse al lado del peli dorado, después de darle una última mirada pasé junto a los dos y me fui a sentar en el banco de atrás. El único que quedó vacío, como si me estuviera esperando.

La lección comenzó poco después, no escuché ni una sola palabra de la explicación del profesor, observé las gotas de agua corriendo sobre el vaso todo el tiempo. De vez en cuando creía ver a Kell mirándome por el rabillo del ojo, pero nunca se giró. La chica a su lado parecía acercarse cada vez más con la silla, como si todos fuéramos estúpidos y nadie se diera cuenta. En lo que a mí respecta, sería más rápido moviendo la silla de una sola vez en lugar de arrastrarse tan sigilosamente como una pantera negra sólo para no darse cuenta de que lo estaba atacando lentamente.

Al menos disfruté viendo la escena desde atrás cuando estaba distraído por las gotas de lluvia, incluso si él no parecía darle mucho crédito... sin embargo, por la forma en que se comportó conmigo parecía estar más inclinado a interactuar. Pero entonces no lo conocía.

- ¿ Por qué no te detienes un momento? - preguntó con toda la calma del mundo.

- Voy a clase y no me interesa parar a hablar contigo – Hablé con franqueza.

- Eres realmente gracioso – se rió entre dientes, poniendo una mano detrás de su cabeza y yo lo miré, sus ojos, cada vez que sonreía con tanta cordialidad, se estrechaban en dos rendijas que permitían vislumbrar fugazmente la claridad de esos iris suyos.

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