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Capitulo 2

Su voz se oía suave, pero su mirada mostraba dureza. La rubia que había estado buscando, se encontraba allí.

- Samy, no deberías dar tanta información a desconocidos.-Dijo la rubia.

-Lo siento Priss, no es un desconocido. El es Alexander, es un cliente habitual.- Dijo Samy con una sonrisa.

Pero Priss no se molestó en mostrarse amable, sólo lo miro y estiró su mano para saludarlo sólo por respeto, no por interés.

-Buenos días. Soy Priscila, puedo ayudarlo en algo?-

Alexander sintió un estremecimiento en todo su cuerpo. Era realmente una belleza. No era muy alta, su Rubio era natural, tenía los ojos extremadamente verdes, su delicada piel parecía de porcelana. No se había dado cuenta que había quedado hipnotizado, tenía la mano muy fría y la sostuvo más de la cuenta. Cuando despertó de esa ilusión notó que sus ojos habían quedado fijos en los de ella.

-Alexander, de New York. Vengo todos los días. Y jamás la había visto. Es un placer conocerla.-

-Yo también soy de New York. Pero vivo aquí hace bastante. Diría que esta ciudad es mi nuevo hogar.- Dijo Priss sin cambiar la expresión de su rostro. Y soltó su mano torpemente.

Alex estaba sumamente nervioso, no entendía por que se comportaba así. Al fin conocía a la persona que estaba buscando y se sentía como un idiota. No podía permitirlo, así que trató de ser amable.

-Vaya coincidencia. Somos de la misma ciudad y el destino nos hace encontrar en otro país. Un verdadero placer conocerla Sra. Priscila-

-Tengo cara de ser casada?- Dijo Priss cortante.

-Pues, una mujer tan bella, dudo mucho que este sola.- Dijo Alex demasiado nervioso. Sentía las manos húmedas y tenía ganas de salir corriendo.

Penso con tensión.

- No soy señora de nadie. Sólo Priscila.-

- Ok Priscila, ha sido un verdadero placer conocerla. Debo marcharme ahora, pero volveré mañana.- Dijo con una torpe sonrisa nerviosa. Estaba realmente perdido en sus ojos, jamás había sentido tal atracción.

-Entonces, será hasta mañana, Sr Alexander-

-No no sólo Alex y tutéame si es posible. O me hará sentir más viejo de lo que aparento.-

Y sin decir más nada, salió de MELODY casi como si estuviera huyendo. El dolor de cabeza se intensificó, sin dudarlo llamó a la compañía y aviso que no podría ir a la construcción.

Priss no quiso mostrar lo mucho que le había afectado el encuentro con ese misterioso hombre. Pero sus ojos no se quitaban de su mente. Recordó cada rastro.

El pelo negro, tan oscuro como una noche de luna nueva, los ojos café, la piel clara y sin afeitar, le quedaba realmente sexy.

Se sintió una adolescente. Pero no podía permitir esos sentimientos de nuevo. Había jurado no volver a sentir nada por un hombre. Había sufrido demasiado, y no necesitaba de alguien que la manipulara. Por que ésa había sido su experiencia. Ser manipulada y maltratada. No volvería a repetir la historia.

Se mintió.

Durante el resto del día, se sintió pérdida, distraída. Pensaba todo el tiempo en Alexander. Quizá debía ser por la falta de compañía masculina. Hacía muchos años que no había vuelto a compartir la cama con otro hombre. Y había días en los que tenía un gran apetito sexual. Sin darse cuenta las horas volaron, y la gruesa voz masculina de su amigo, la sobresaltó.

-Ya son las tres de la tarde?-Dijo sorprendida.

-Buenas, como va todo? Que te pasó? siempre estás preparada para irte cuando yo llegó-

Su amigo Kevin, el dueño de MELODY, había entrado a la oficina con una sonrisa y un humor agradable. Signo de que había tenido una maravillosa noche.

Hacía un año y medio que estaba en pareja con una joven de veinte años. Emma estaba estudiando en la universidad de medicina, ya iba por su tercer año de carrera y le iba bastante bien. Eran una pareja con muchas diferencias pero estable, se amaban no había ninguna duda de eso. Kevin la adoraba, y pacientemente estaban esperando a que ella terminará sus estudios para poder casarse y formar una familia. Si bien habían convivido casi un año, antes de su noviazgo,el miedo de ser separados, los había llevado a ocultar su romance, pero lucharon y salieron adelante.

-A ti que te pasa que traes esa cara de idiota?- Dijo Priss mirándolo con una sonrisa irónica- Oh, mejor no me cuentes. No quiero detalles de tu vida sexual.- Dijo Priss tomando sus cosas a punto de salir por la puerta. Kevin rió sonoramente y le dijo.

- Será mejor que consigas novio Priss, la abstinencia sexual te está dejando histérica.-

-Vete al diablo. No, mejor me voy yo. Hasta mañana.- Y salió sin mirar atrás.

Saludó a todos levantando la mano y salió de MELODY con una sensación extraña. Tenía la leve ansiedad de volver a ver a ese hombre, había llamado su atención, y quería saber más de él.

- Pensaba mientras iba hacia su auto.

Cuando pulsó la alarma y metió la llave para abrir la puerta, la presencia de un hombre a sus espaldas hizo que se estremeciera de pánico. El hombre se acercó aún más. y pudo sentir el perfume masculino que había rondado todo el día en sus fosas nasales.

Sintió una mano pesada tomando su brazo y se giró para ver quien era. Lo tenía tan cerca que incluso podía ver la profundidad de sus ojos marrones. Su rostro ahora bien afeitado y una sonrisa tan pícara como el de un niño que acababa de hacer una travesura.

- Disculpa que te moleste. Pero me gustaría hablar contigo. Podrías regalarme unos minutos?-

Alex tenía la gracia de un felino, afeitado le parecía aún más sexy. Priscila se sintió nerviosa hasta la médula, sintió miedo, ansiedad y ganas de pasar sus dedos por ese rostro tan varonil. Le picaba y sudaba la palma de las manos. Pero se armó de valor, lo miró fría como un iceberg y le dijo.

-No, no puedo regalarte ni un minuto.-

Y así se subió a su auto y aceleró tan rápido que tuvo miedo de chocar.

Alex había quedado helado. Lo había plantado. Este encuentro sin duda lo había dejado aún más interesado en esa mujer.

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