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2

- ¡DE ACUERDO! Yo hablo con el. - Me rindo y ella celebra, cuando logra convencerme de su idea.

- Será mejor, créeme.

- Primero, a ver si acepta. Luego veremos si realmente ayuda.

- Él va sí. Piensa positivo. - Hice un gesto irónico. - Ahora, cambiando de tema, ¿qué te pareció la fiesta de ayer? Te has ido por una hora. Fue a recoger a un chico, ¿verdad? - Ella sonrió, de esa manera traviesa suya.

- No sé. Creo que bebí tanto que ni siquiera recuerdo lo que hice. Pero todo lo que sé es que besé a alguien. Intercambiamos sonrisas traviesas y ella chilló.

- ¿Y era buen besador?

- Según recuerdo, sí. - tu oleada aumenta.

- Que maravilla. ¿Y era guapo?

- No me acuerdo. Pero supongo que sí. No podía ver su rostro debido al lugar oscuro. Pero lo importante es que era un buen besador.

- Ahí sí. Eso es bueno.

- Por supuesto. ¿Y tu?

- Tomé y bebí mucho. Y creo que también me excedí con el alcohol. Me desperté con dolor de cabeza.

- Dos. Pero ya se acabo.

- La mía también. Tomé medicina antes de venir.

Continuamos la conversación, comiendo nuestro almuerzo y aprovechando el tiempo disponible para hablar más. Cuando llegó el momento, Carol y yo nos despedimos y nos fuimos a nuestras clases. Carol y yo solo teníamos una clase juntos, que era geometría, así que nos sentábamos juntos en esa clase, el resto, todo era diferente.

Entro al salón de clases, veo a unos alumnos ya sentados y me dirijo al mío, donde estoy sentado. La profesora empieza a escribir algo en la pizarra, mientras llegan los alumnos y cuando todos están en el salón, empieza a explicar el tema de hoy.

....

Cierro la puerta principal, pongo mi mochila en el sofá y voy a la cocina, donde probablemente esté mi madre. La ubico, quien nota mi llegada y sonríe, en esa dulce forma suya.

- ¿Como fue la Escuela?

Aparte de mi llegada tardía a la clase del profesor idiota, todo está bien.

- Bien...

- Mañana no llegaré temprano a casa, así que por favor no llegues tarde.

- No voy.

Mi mamá trabaja como enfermera y la mayor parte del tiempo su turno es de noche, así que agradezco estar con ella durante el día. Pero no me gusta cuando cambian el turno a la mañana. Solo somos mi madre y yo, así que solo nosotros dos somos la compañía del otro, así que cuando uno está fuera, el otro lo extraña.

- Necesito hablar contigo de algo... - le digo y ella me mira.

- Decir.

- Creo que necesito clases particulares de química. - Su ceja se levanta. - Hablaré con mi profesor de química mañana y veré si puede hacerlo.

- ¿Todavía te va mal en química? - Asiento con torpeza. Mi mamá sabía sobre mi fracaso en química, así que no está sorprendida. - Mejor tomar lecciones privadas entonces.

- ¿Te gusta la idea?

- Si es para que mejores en química, sí.

- Hablaré con mi profesor el miércoles y dependiendo de su respuesta, hablaré contigo.

- Está bueno. ¿Sólo eso?

- Sí.

- Entonces ve a quitarte ese uniforme y vamos al mercado conmigo. - Confirmo y salgo de la cocina, subiendo a mi habitación, luego de recoger mi mochila.

Honestamente, espero que estas lecciones privadas funcionen, porque realmente las necesito.

Me despido de mi madre y salgo de casa, tomando mi ruta diaria a la escuela. Siempre es un buen paseo el que doy camino a la escuela. Un paseo matutino diría yo. Veo el movimiento frente a la escuela, llegan los estudiantes y busco a Carol, pero nada de ella, así que deduzco que ya llegó y que ya está dentro de la escuela.

La busco por el patio, hasta que la veo sentada en el suelo, cerca de un árbol, jugando con su celular y escuchando música. Me acerco, escuchándola tararear la canción y cuando nota mi presencia, levanta la cabeza y sonríe.

- Ey.

- Ey. — Me siento a tu lado. -¿Escuchar qué?-

— Algunas canciones nuevas que agregué a mi lista de reproducción. Vuelve a su teléfono celular.

-Voy a hablar con el profesor hoy. Le digo, ella me mira.

-¿A tu madre le gustó la idea?-

- Sí. Ella dijo que podría ser bueno para mí.

- Y ve.

-Di eso porque no eres el que pasa unas horas con el profesor más imbécil de la historia. Ella se ríe mientras miro al vacío.

-Puede que no sea tan malo. Giro la cabeza.

Lo odio, Carol. Y estar con él, en la misma habitación, mientras estudiamos juntos, va a ser lo peor del mundo. Carol pone los ojos en blanco, mirando al frente, al igual que yo.

-Ay, pero que...

-Él es un imbécil. No cambiará fuera del aula.

-Quizás lo hará.

- No vas. - seguro, firme. Eso definitivamente no sucederá. Víctor es un gilipollas, fuera y dentro del aula.

Carol insistió en el tema y yo le agradecí mentalmente, al ver llegar a Lucas, la obligué a dejar el tema. Nos sonrió alegremente y se acercó.

-Hey chicas.

- Y ahí. Carol y yo dijimos juntos. — ¿Por qué te perdiste el lunes y ayer? Carol preguntó.

— Deshacer el cambio.

- ¿Todavía?

- Sí. Lleva tiempo, ¿sabes? Carol se encogió de hombros.

-Menos mal que nunca me mudé.

-¿Tenemos suerte entonces?- - yo dije.

- Muchos. Gracias por no desempacar cajas y más cajas. Y lo que es peor, están volviendo a armar todo.

- DE ACUERDO. Ahora, cambiando de tema, necesito comprar ropa.

- ¿En serio? - digo riendo.

- Sí. Estoy corto de ropa.

-Carol, compraste ropa hace dos semanas.

Carol tiene una ligera falta de control y ambición cuando se trata de ropa. Ella ya tiene un guardarropa enorme y quiere comprar más y más ropa. ¿Fuera de control digo? Tal vez. Pero no la juzgo, también me gusta, pero no tanto como ella.

- ¡Yo se! Pero quiero comprar una blusa que combine con mis pantalones cortos.

— ¿Lo necesitas con urgencia? dijo Lucas.

- Tal vez. Creo que si. Me río, junto con Lucas. - ¡No reí! - me da una palmada en el brazo.

- Está bueno. Dejo de reír y saco mi celular de mi bolsillo. - ¿Vamos? Es casi la hora de la primera clase. Digo, levantándome y agarrando mi mochila.

- Vamos.

Se levantó y los tres entramos a la escuela. Nos despedimos y cada uno se fue a su clase, sabiendo que luego Carol y yo nos encontraríamos en geometría. Entré al salón, viendo a los alumnos acomodándose en sus sillas y creo que luego hablaré con mi profesor de química. No sé si quiero que acepte tomar clases particulares conmigo o no. Es molesto y un idiota, pero al mismo tiempo podría ser el único que puede ayudarme a mejorar mi desempeño en química.

De todos modos, tengo que optar y espero que acepte.

....

Me senté en mi escritorio, viendo a todos los alumnos ya sentados y miro a mi profesora de química, quien escribe en el pizarrón y explica cuál será el tema de hoy. Escribo todo en la libreta y me obligo a prestar mucha atención, a ver si entiendo algo de las fórmulas. Química, ¿mencioné que te odio?

El profesor empieza a escribir más cosas en la pizarra, lo que me empieza a confundir y escribo todo en el cuaderno. Se vuelve y comienza a explicar lo que quiere que hagamos. Por un momento, viajo en pensamientos, viendo lo hermoso que se ve, explicando el asunto. Carol me lo dijo y todos dicen que es sexy, pero nunca había visto tanta belleza en él, pero ahora creo que podría estar empezando a hacerlo.

Y realmente, el tipo es un gato.

Niego con la cabeza, alejando todos estos pensamientos ridículos y concentrándome en la explicación, para tratar de hacer al menos una parte de la actividad. Después de toda la explicación, ahí fui a intentar hacer los cálculos.

- ¿Maestro? - Levanto mi mano, buscándolo y lo veo ayudando a un niño. -¿Puedes venir a ayudarme aquí más tarde?- - Asiente sin decir nada y vuelve a ayudar al chico. Entonces él está de mi lado. - ¿Está correcto? — Muestro el cuaderno, junto a la primera cuenta que hice.

- No. Me marchité al instante, sintiendo toda mi esperanza de haberlo hecho desaparecer. -Borra todo y rehazlo-. - ordenó y se fue cerca de mí, yendo a ayudar a alguien más.

Borro todo, según las instrucciones, y trato de mirar alrededor, viendo el cuaderno de alguien, para tener una mejor idea de qué hacer. Pero nada. Miro la pizarra, veo los cálculos que tengo que hacer y decido intentar hacer al menos uno de ellos de nuevo.

Cuando termina la clase, todos agarran sus materiales y salen del salón, dirigiéndose a la siguiente clase. Agarro mi mochila y me dirijo al escritorio del profesor y veo que termina de borrar la pizarra. Hasta entonces, se ve bien.

-¿Es... profesor?-

- Decir.

-Yo... yo necesitaba hablar contigo.- Se dio la vuelta, dejando el borrador sobre la mesa y dio la vuelta, apoyándose en él y mirándome.

- ¿Acerca de?

-Sí... Bueno...- Miro hacia otro lado, tratando de reunir el coraje para decir. Estar con él me pone muy nerviosa. — Quería saber, ¿hay alguna manera de que me puedas dar lecciones? Él arqueó una ceja. - Privado. - completo.

- ¿Clases particulares? - Confirmo.

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