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la mirada de Jonas se volvio oscura, su humor cambio por completo y la habitacion se puso tensa. Donal ubico lo que habia pasado, se levanto, tomo las llaves y se apunto dando a entender que nos ibamos. Tome mi pequeño bolso, donde allí llevaba el microfono que Carlos me había dado. Era un poco incomodo pensar que todo el tiempo estarían escuchando que hablaba, que hacía, que decía.
-¿ te encuentras bien?- escuche la voz de el hombre que llevaba el control de todos los micrfonos, grabaciones y demas. Tenía una orquidea muy cerca de mi oido como detalle en mi cabello que hacía que me viera completamente normal.
- Si lo estoy-
Tome un ultimo suspiro, mire a Jonas y deposite un tierno beso cerca de su boca. Su mano apreto la mia, su orgullo no le deajaba expresarse sin embargo entendi que me estaba diciendo que todo estaría bien. Baje y la noche estaba calida. El auto arranco detras de mi y sabía que debía entrar en el papel de Joce. Camine varios momentos, al entrar al casino, comprendí que estos eran los tipos de lujos que mi familia estaba acostumbrada. Incluso veía a las mujeres riendo y acompañando a sus parejas en los juegos, algunas solas, porque si, el poder, el dinero, hacía que la mujer pudiera ser lo que quisiera. Eso era yo hoy, una mujer con dinero,con poder, podía estar aqui. Camine por el lugar, podía ver como varias habitaciones se iban abriendo ante mi, todas estaban conectadas entre si. La luz neon acomodaba el espacio y podía escuchar una musica en Ingles muy llamativa. El ambiente era totalmente vicioso , hacía que quieras quedarte allí con una copa y pasarla bien. Llegue al salon, el cual presencie como el Bar del casino. Estaba mucho mas completo que las distintas habitaciones que ocupaban la noche. Mire hacía el frente, podía a ver a todos muy animados charlando y a nadie le faltaba una copa en la mano.
- debes conseguir una, muestrate casual-
escuche la voz de Carlos cerca de mi odio, el tenía razón. Camine hacia la barra y allí me apoye. No recordaba la ultima vez que había estado en un espacio tan pijo. ¿acaso aqui podría pedir una cerveza?.
- Una margarita por favor-
fue sinceramente lo primero que vino a mente. Fue lo que tomaba con mis amigas cuando saliamos al club, el club donde solo vendian bebidas que costaban miles de dolores. El barman asintio y yo comence a observar la habitación.
-¿Margarita? que trago mas veraniego-
escuche la voz proveniente del lado izquierdo de mi cuerpo. Observe con disimulo al hombre que me había hablando. Pude jurar que me sentí en algun especie de libro en donde la mujer describe al hombre con un autentico adonis. No quiero exagerar, delante de mi había una plena imitación de el. Quiza equivalía a la hermosura de sus facciones, pronunciadas, podía ver su mandibula como si hubiera ido al centro de estetica para poder marcarla. Su cabello negro, su aspecto de griego me hizo observarlo, en silencio.
- Es el-
