CAPITULO 4 (parte 3)
No sé cómo sobreviví las primeras horas de clases, ni como llegué a la cafetería, donde estaba casi acostado sobre la mesa con mi quinto café en el día. Sostenía mi cabeza con una de mis manos y el café con la otra, fue imposible que me quitara los lenteslas gafas de sol, el más leve resplandor me molestaba. Taylor dormía con su cabeza recostada del espaldar de la silla, no llegó a las primeras clases, entró como un zombie a la cafetería desplomándose en la silla a mi lado.
—Vaya, vaya, la fiesta estuvo buena, ¿no? — habló Nicole más fuerte de lo normal sentándose al lado de Megan y frente al comatoso Taylor—. esteEste sí que no lo logró — afirmó picándolo con un tenedor sin que reaccionara.
—Déjalo —Megan le arrebató el tenedor, pero Nicole seguía molestando a Taylor.
—No seas agua fiestas, además no es creo que esté sintiendo algo.
—¿Pueden PodéisPueden hablar más bajo? —me quejé y tomé lo último que quedaba de mi café.
—¿Y tú Meggie, ya sabes algo de las tutorías? —la voz de Nicole fue mucho masmás elevada.
Mi hermana dejó de sonreír casi de inmediato. Estaba siendo orgullosa al respecto y se negó todos estos días a buscar al tutor para averiguar cuando comenzarían sus clases. Pero hoy, su determinación flaqueó cuando avisaron las fechas de los próximos exámenes de matemáticas. No pudo responderle a Nicole, así que solo negó mientras se concentraba en su desayuno.
—Bien —Nicole sonrió con fingido orgullo—, dale una lección, no te puede llamar desesperada y salir ileso. Y cuando lleguen tus magnificas notas de las mates, se las pegas por la cara y le demuestras que nunca lo necesitaste.
Mi hermana se terminó de desinflar. Admiré la capacidad de Nicole de hacerla entrar en razón con sarcasmo.
—Hoy lo buscaré — concedió al final—, pero no porque este desesperada por verlo — aclaró.
¿Desesperada por verlo?, ya Ya volvería después a esa afirmación tan particular cuando mi cerebro desistiera de querer escapar de mi cabeza.
Comenzaba a sentir la pesadez de mis sentidos cuando un golpe en la parte de atrás de mi cabeza me espabiló
—¿Qué mierda? —exclamé girándome.
—¿Cómo pudiste Ryan? Pensé que lo que teníamos era especial, pero ahora me entero que pasaste la noche con Amber. Escúchame bien, no puedo seguir perdonándote todo el tiempo. Un día me cansaré y no sabrás más nunca de mí. Así que lo olvidaremos una vez más, porque nuestro amor merece que luchemos. Yo sé que me amas, así que te daré una nueva oportunidad. Pero no quiero que vuelvas a ver a Amber, ya me encargaré yo de hablar con ella.
PsicoMelissa me dio un beso en mis labios perplejos y se dio media vuelta. No me dio tiempo de responderle, aunque con franqueza dudo mucho que hubiese podido decirle algo que no comenzara con loca psicópata de mierda y terminara igual.
La vi marcharse de la cafería sin saber qué coño había pasado. Me giré para ver las caras de mis amigos que se encontraban tan desconcertadas como la mía.
—¡Te dije que estaba loca! —Megan miraba hacia la puerta por donde desapareció Melissa—. Idiota — un nuevo golpe en la cabeza me aturdió más de lo que estaba—, por eso no puedes repetir.
La cara de Nicole estaba empapada en grandes lágrimas que no dejaban de caer. Una sonrisa deforme estaba congelada en su rostro, mientras sus cejas casi se unían entre sí. Comenzó a estallar en sonoras carcajadas. Su escandalo retumbaba en mi cabeza empeorando toda la situación. Taylor se levantó alarmado y se puso de pie mirando a todos lados, perdido por completo de la realidad que lo envolvía.
Megan se unió a las risas de Nicole, que ahora se sujetaba la barriga en señal de dolor.
—Ryan, dime algo — dijo Nicole tratando de calmarse—, ¿ya estaba loca cuando la conociste, o tu pene suele atrofiarlas de esa manera?.
—Muy graciosa, mi pene las atrofia pero no así — bufé—. ¿Y quién diablos es Amber?
—Pantis Verdes — explicó Taylor levantando la silla que tumbó cuando se despertó.
—¿Y cómo la conoce? — insistí.
— Creo que es su prima o algo así.
—¡¿Qué?! — ahora era yo quien le pegaba por su cabeza—. ¿Qué mierda Taylor? Eso tuviste que decírmelo. ¿Y si ahora Amber resulta ser también una psicópata?.
Él se encogió de hombros despreocupado, mientras intentaba quitarle parte del desayuno a Nicole de su plato. Ella no se dejaba y él continuaba arremetiendo con el tenedor con que segundos antes Nicole lo molestaba.
—Las psicópatas suelen ser feroces en la cama. ¡Ajá! —celebró victorioso cuando logró robar parte del desayuno de Nicole y llevárselo a la boca con rapidez—. Agradécemelo después. Te acabo de asegurar un trio trío bastante salvaje.
Le guiñó un ojo a Nicole mientras masticaba exageradamente con la boca abierta. Ella lo miraba con odio y le lanzó una de las uvas que el rubio intentó atrapar con su boca.
—Ni lo consideres, Ryan Asper —me advirtió mi hermana y la uva que ella me lanzó me dio en la cabeza—. No puedo con dos locas detrás de ti.
