Librería
Español
Capítulos
Ajuste

4

Yo: Parece preocupado. - dije mientras ponía los platos, él evitaba mirarme y caminaba con el ceño fruncido y no solía hacer eso.

Castro: Es porque tenemos que tener una conversación seria Lu.

Yo: de que se trata? - Sabía que todo lo que era bueno era de corta duración.

Castro: Tenemos que volver. - toma un largo respiro. - Lamentablemente, si pudiera, pasaría mucho más tiempo aquí contigo, estos días que pasamos juntos fueron geniales. Pero nos alejamos de todos más tiempo del debido y esta noche hay una conferencia en mi casa, yo la hago todos los meses, es un evento que reúne a personas importantes como el alcalde de la ciudad, el delegado y otras autoridades. - parecía algo grande, pero tenía razón, aunque no hubiera tal evento tendríamos que volver, eso seguro.

Yo: Está bien. Se quedó en silencio mirándome durante unos segundos.

Castro: ¿Lo aceptarás así? - pareció sorprendido por mi respuesta, me encogí de hombros, ¿de qué serviría hacer un fuzue por algo inevitable? Yo era joven pero no estúpido. - Ya que es así, hay algo más... Tienes que darme una respuesta, creo que ya nos conocemos bien y estás listo para decidir lo que quieres, no tengo tiempo para cenas románticas o ir. al centro comercial, ya soy un hombre comprometido y te dejó claro para qué estás con nosotros.

Yo: Entiendo y pretendo darte una respuesta hoy pero solo después de la conferencia. - un acto para ganar tiempo, ni siquiera había pensado en la idea, estar con Castro estos días me distraía mucho.

Castro: Cierto, eso es genial! Quiero señalarte, si aceptas, las reglas serán las mismas que al principio Lu, el estilo de vida es ese, Amelia y yo siempre vivimos así y si te quedas con nosotros tendrás que adaptarte. - era un pequeño precio a pagar, además de tener un hijo, a veces me encontraba preguntándome si tendría un hijo, si dejaría que Amelia lo cuidara o incluso se lo llevara, no sé cómo sería, yo podría no estar preparado.

Yo: Está bien, soy consciente de en lo que me estoy metiendo. ¿Después? ¿Vamos ahora?

Castro: Claro, solo cámbiate de ropa, te espero en el auto. - cuando se fue me sentí incómoda, parece que algo había cambiado, ya no sería ese Castro de la casa aislada, el mundo real nos estaba esperando .

Me puse el mismo vestido que usé para la cena en la casa de los padres de Castro ya que no tenía otra ropa en este momento. Cuando llegamos a su casa, yo ya estaba temiendo tener que volver a ver a Amelia, aún no sabía cómo reaccionar y mucho menos qué decir.

Amelia: ¡Mi amor! - Dijo eufórica y aun antes de que llegáramos a la puerta de la casa se tiró encima de Castro y lo abrazó, eso me frustró pero ver que Castro no le devolvía el abrazo me trajo algo de consuelo.

Castro: ¿Al menos podemos entrar, Amelia? - Le preguntó súper espesamente, ella se alejó y lo miró confundida y con lágrimas en los ojos.

Amelia: Estaba preocupada, Castro no sabe nada de ti desde hace más de una semana, todos te están buscando, tu familia, incluso todos los que están adentro esperándote. - Pensé en mi cabeza "no puede ser posible", Castro me miró en el mismo momento y eso molestó a Amelia.

Castro: Si quieres podemos ir a otro lado y después de que todos se vayan regresamos. - me dijo y me tomó un tiempo creer que realmente era yo con quien estaba hablando, por dentro estaba sonriendo pero por fuera permanecía inexpresivo.

Amelia: Pues si ella va sola no vas a ningún lado Castro. - preguntó con un tono alterado, Castro le disparó con la mirada y yo bajé la cabeza.

Castro: ¿Desde cuando me mandas? preguntó con furia, Amelia parpadeó varias veces desconcertada. - ¿¡RESPONDE!? - le temblaron los labios para decir algo pero no salió nada, Castro parecía otro más.

Amelia: Lo siento, actué mal mi esposo pero es porque llevo tanto tiempo sin su presencia, soy su esposa.

Castro: Si sigues con esa actitud, ya no será. - joder, ya estaba exagerando con ella, puedo entender como se siente, estar sin Castro debe ser realmente horrible. - Lu y yo estamos cansados y las visitas ahora no nos servirán de nada, quiero que todos se vayan ahora y pronto tendremos una conversación seria Amelia .

Amelia: ¿Sobre qué? - estaba asustada o fingiendo.

Castro: Creo que en el fondo ya sabes de qué se trata. Ella me miró y pude ver el odio que irradiaba de sus ojos.

Amelia: Cariño, no sé cómo poner a todos así, quieren verte, te extrañan y están muy preocupados. -Sosa puso los ojos en blanco.

Sosa: ¿Preocupado? ¡Sé lo que les preocupa! - joder no puedo creer que estaba participando en esa discusión, quería decir algo pero no me gustaría tener el enfado de Castro conmigo. - Si te conviertes en Amelia, si no lo haces, lo haré yo mismo.

Amelia: Castro ellos son tu familia! Y están preocupados, olvida los desacuerdos ahora para hablar con ellos. - A Castro no le gustaba que lo contradijeran y eso estaba claro, simplemente no quería obedecer a Amelia pero en su cara sabía que tenía razón.

Castro: Está bien, hablaré con ellos, ¿puedes esperar afuera? - Asenti. - Ya vuelvo. - Dejo un beso en mi frente y se fue, ahora solo éramos Amelia y yo. Que mierda incómoda, no le tenía miedo a ese falso pero los dos solos no podíamos llegar a nada bueno.

Amelia: ¿Crees que no sé lo que estás tratando de hacer? Ella se cruzó de brazos. - No me robarás a mi esposo, Castro me ama y solo tiene ojos para mí. - Me di cuenta de.

Yo: Amelia no quiero a Castro. - ¿A quién estaba tratando de engañar? Claro que lo quería pero no así obviamente, no quería a ese Castro lleno de reglas y que me quiere usar, quería al de hace una semana que era amable y cariñoso. - Quiero que todo se resuelva, aún no he decidido si realmente voy a ser la gestante subrogada que buscas, Castro me dio tiempo para pensar, tal vez no lo acepte.

Amelia: No me creo una palabra, está escrito en tus ojos que lo quieres, pero te doy una pequeña advertencia: No te metas en mi camino, o te acabo.

Castro: Está bien, se han ido, ¡ustedes dos entren! No tenemos mucho tiempo para hablar, los preparativos para la fiesta empiezan en una hora. - Amelia estaba al frente y yo justo detrás, no quería problemas pero al mismo tiempo matarla era mi deseo más profundo.

Cuando entramos a la casa, Castro se sentó en un sillón mientras Amelia y yo nos paramos.

Castro: Soy justo, así que creo que las malas acciones merecen malas consecuencias. Y lo que paso con Lu fue muy irrespetuoso Amelia, con que intencion llamaste a Ruth hablando de sus cicatrices? - Miré a Amelia, se veía avergonzada, desconcertada, era obvio que realmente había hecho eso y no puedo creer que vi bondad en ella.

amelia: yo no...

Castro: Vamos a saltarnos la parte donde crees que te voy a creer y vamos a que castigo te mereces? - Abrió mucho los ojos y quise sentir mucha pena pero no pude, los sentimientos de esa noche salieron y quise desaparecer, estaba enojado y avergonzado.

Amelia: Prometo no hacer algo así y le pediré perdón a Luiza de rodillas. - ¿Entonces eso fue un castigo para ella? ¿Hazlo bien?

Castro: ¿Crees que esto es bueno Lu? ¿O quieres algo más? - Tantas cosas me vinieron a la mente pero no quería igualarla.

Yo: es genial. - dije por fin, por dentro dije que era muy poco pero era de buen tamaño.

Castro: Entonces haz lo que tengas que hacer Amelia. - se acercó a mí y se arrodilló, pude saltar adentro.

Amelia: Perdóname Luiza, lo que hice fue una imprudencia y me arrepiento. Me arrodillé frente a ella y le dediqué una enorme sonrisa tocándole la oreja.

Yo: No creo una palabra. - susurré y me levanté sintiéndome muy poderosa, ya que así quería que fueran las cosas ¡así sea!

.

Sosa: Eres perfecto. - Miré hacia atrás y allí estaba él apoyado en la puerta mirándome, le sonreí a través del espejo donde estaba mirando mi vestido color crema con una raja en la pierna. Gracias a Dios Castro me salvó de dejar que Amelia me bañara y ahora me arreglo sola. De hecho, Castro incluso contrató sirvientes para cuidar la casa y todo .

Castro: Solo tendrán ojos para ti esta noche. - Dijo acercándose a mí, cuando estuvo cerca puso sus manos sobre mis hombros, me estremecí con el toque. - No creo que quiera presumirte así esta noche, por suerte para ti no has aceptado mi propuesta pero yo... - Se detuvo para poner su boca en mi oreja donde rozaba su barba contra mi piel. - No sé si te dejaría salir de esta habitación para que los lobos te persiguieran. - Yo ya tenía los ojos cerrados sintiendo todo eso. - Mejor me voy. – se aclaró la garganta y salió de la habitación dejándome aire.

Respiré hondo y bajé las escaleras hacia la sala, la fiesta estaba por comenzar y Castro quería que me quedara con los invitados con él y Amelia al menos al principio y acepté.

Llegaban los primeros invitados y solo tenía que sonreír y tomarles la mano, muy fácil hasta ahora.

Xxxx: Buenas noches hermosa señorita. - Un hombre muy guapo me estrechó la mano, le sonreí, quien le correspondió con la más hermosa sonrisa. - ¿Me harías el honor de tu compañía? Me tendió el brazo y no supe qué hacer. - Vamos, yo no muerdo. – soltó una risa muy agradable de escuchar, ¿realmente existió este hombre?

Realmente no sabía si iría o no pero tenía en mente que si no aceptaba sería visto como grosero frente al invitado y sé que Castro no querría eso. Así que finalmente acepté.

Xxxx: Y entonces, ¿cómo se llama la hermosa niña? - dijo llevándome al centro de los invitados.

Yo: Luisa y tu?

Xxxx: Llámame tú, mi nombre es Allison. Cogió una copa de champán de la bandeja de un camarero que pasaba y bebió un sorbo. - Eres muy hermosa Luiza, de hecho no había visto tanta belleza. Sonreí torpemente y debo haberme sonrojado.

Yo: Son tus ojos, Allison. - Busqué a Castro con la mirada y lo vi rodeado de amigos pero no me quitaba los ojos de encima con el invitado, se quedó un rato mirándonos y no le gustó lo que vio.

Allison: ¿A qué te dedicas? Bebió más champán cuando se lo pidió.

Yo: Nada, no tengo ocupación.

Descarga la aplicación ahora para recibir recompensas
Escanea el código QR para descargar la aplicación Hinovel.