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3 - 1

FUNERAL

Al día siguiente me desperté, pude escuchar ese horrible sonido que tenía mi despertador, en realidad no sé por qué nunca había puesto un mejor sonido, al parecer era un tanto masoquista con mis oídos. Sentía que mi cuerpo estaba con nuevas energías por lo que me levanté de la cama y observé en el piso todo lo que había regado ayer a la hora de acostarme y noté que estaba mi celular boca abajo, lo tomé, pero estaba descargado por lo que busqué inmediatamente el cargador.

Escuchaba el sonido del aceite en las cazuelas de mamá, pues ella era excelente cocinando lo que sea, todo lo contrario conmigo. Esa era una de las cosas que extrañaría de mamá si me iba de casa, así que me miré en el espejo de mi habitación, me peiné un poco y bajé.

—¡Buenos días, mamá! ¿Qué tal amaneces?—pregunté. En ese sentido desde pequeña me habían enseñado muy buenos modales por lo que era costumbre saludar cada vez que me levantaba y miraba a mamá.

—¡Bien, cariño! Estoy haciendo desayuno, ¿comerás?—me preguntó

—Creo que buscaré galletas y leche—le respondí

—Nada de eso. Eso no es nutritivo para ti, así que comerás de lo que estoy preparando.

Pensé que no sería mala idea así que dije que si. Me gustaba que mamá siempre se preocupara por mi, pues me hacía sentir especial.

—Iré afuera para mientras terminas entonces, solo me avisas para regresar—le dije, saliendo de la cocina.

Me senté en una silla que estaba en el jardín, era de piedra al igual que la mesa y estaba ubicada debajo de un árbol de manzanos, para ese tiempo estaba en su mejor cosecha así que me comí una mientras estaba el desayuno.

Un poco de fruta caerá bien a mi estómago, pensé.

Los rayos del sol penetraban mi piel pero a esa hora no eran tan ofensivos.

Observaba por las aceras personas ejercitándose, otras paseando a su mascota y otras yendo a su trabajo. En ese momento me pregunté; ¿por qué mi vida es tan aburrida? No tengo actividades excepto ir a la universidad y regresarme a mi casa, si me analizo tampoco mi círculo social era tan grande.

Mamá camina hacia mi con una charola grande, me sirvió en la mesa.

—Te la comes toda por favor—exclamó.

Sonreí asustada porque miré tanta comida que no sabía si me la iba a comer toda, era una gran variedad de alimentos así que comencé a comer. A pesar de no tener tanta hambre por lo de Marck hice de todo mi esfuerzo. No podía andar por ahí sin nada de comida en mi estómago. No era sano.

Cuando terminé fui a la cocina, boté el resto de comida en un basurero y lavé el plato.

Subí a mi cuarto pues tenía que arreglar todo el desastre que había.

Marck.

Un escalofrío recorre mi cuerpo cuando pienso en él.

El tiempo pasó, en eso mi celular sonó: era un mensaje.

De Lorenna:

¿Irás al funeral de Marck?

Me quedé un poco pensativa pues no me gustaba ir a esas cosas, evitaba estar en contacto con el sufrimiento ajeno. Fruncí el ceño mientras me cuestionaba: ¿voy o no?

De Nick:

Sí.

Le respondí.

Había pensado bien y le dije que si porque cuando yo muera también me gustaría que las personas me despidieran, aunque no tuviera gran amistad con Marck pero le haría compañía a Lorenna.

De Lorenna:

Esta bien, puedes estar lista porque a las 3:00 pm pasamos por ti.

Yo era amante al color negro por lo que no sería difícil buscar un atuendo adecuado para esa ocasión. Encontré un vestido negro arreglado con lentejuelas en el contorno de mi pecho, aros negros en forma de Luna y zapatos bajos un tanto escarMados.

Mamá entra a mi cuarto y exclama:

—¡Eres la hija más hermosa de este mundo!

Me sonrojé inmediatamente y creí que exageraba, seguro me ve con los ojos de toda madre a su hijo. Aunque para ser sincera, mi madre había andado demasiado cariñosa desde ayer. Empezando porque me preparó el desayuno y ahora me hacía cumplidos. Supongo que lo que le pasó a Marck la hizo entrar un poco en razón.

—¿Vas al Funeral de tu amigo?—me preguntó

—Así es, pero el no era mi amigo, mamá, solo era un conocido de clases y ya—Respondí.

Cuando llegó la hora, escuché sonar la bocina del auto de Lorenna... o Travis, no lo sé.

—Nikky, Lorenna te está buscando—mamá entra a mi cuarto.

—Dile que ya bajo—respondí, mientras me miraba en el espejo. Puse los labios en una sola línea y negué con la cabeza. Soy un caso perdido.

Bajé un tanto rápido por las escaleras y me despedí de mamá.

—Hola —los saludé.

—Vamos —me dijo Lorenna.

En el auto iba Travis y Lorenna en los asientos delanteros mientras que yo me encontraba en medio de los 2 asientos traseros, así como cuando vas al kínder.

Noté que Travis se le notaba un semblante un tanto serio, algo como cuando estás pensativo o en un estado de trance, y no era para menos, había muerto su mejor amigo de toda la vida; así que no quise hablar mucho en el camino excepto algunas cosas con Lorenna.

Cuando llegamos a casa de Marck, donde harían una pequeña ceremonia para luego llevar su féretro a un cementerio que quedaba un tanto cerca.

—Nikky, estaremos cerca de la familia de Marck, ¿vienes?—me pregunta Lorenna.

—Prefiero quedarme por acá mientras, luego me incorporaré con ustedes—respondí.

Había un pequeño tronco a una distancia considerable de casa de Marck por lo que me senté mientras llegaban todos, podía ver autos de lujo y familias adineradas entrando al lugar.

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