capitulo 1
Un grupo de excursionistas caminaban por el denso bosque, algunos charlaban animadamente ya que muchos se conocían. Mientras que otros permanecían en completo silencio debido a que en aquella excursión también había personas que no se conocían de nada.
Como era el caso de Josefín. Su idea de fin de semana no se trataba de pasarlo caminando por un bosque helado lleno maleza y animales peligrosos. Las ramas eran tan espinosas que podrían sacarle un ojo a cualquier
¿Pero qué clase de guía era ese tipo? Pensó mientras que observa a ese sujeto desde la distancia.
El tal Tony, comenzaba a pensar que no era ningún profesional ya que solo caminaban por sitios demasiados complicados para transitar, sinceramente estaba harta de la naturaleza.
—¡Quisiera volver a casa! —musita soltando el aliento contenido entre tanto sigue caminando con torpeza.
Josefín alza la mirada para observar a su amiga un poco retirada de ella, eleva una ceja y niega.
Su mejor amiga, Samanta. A ella sí se le notaba que estaba encantada con Tony y con todo lo que él le estaba explicando de ese bosque, babeaba por ese sujeto.
—¿De verdad? —musita muy bajo.
Después de pasarse una semana entera rogándole que le acompañara a la bendita excursión, termino aceptando a rega dientes, ¿y para qué? al final le había hecho a un lado por querer ligarse a ese hombre del que apenas sabían nada.
—¡Maldita! ¿Qué clase de amiga es?
Lo que desconocía su tonta amiga era que, ese sujeto podía ser uno de esos tipos que se llevaban las personas solo para asesinarlos, o quizás pertenecía a una de esas sextas.
¡Probablemente los esperaban a todos mientras se adentraban en el bosque!
—Genial, quizás nos encaminamos a nuestra muerte —sujeta bien su mochila y continúa caminando mientras que los ineptos la pican por doquier.
Nunca se sabía, pensó Josefín Quizás solo estaba paranoica sumándole que el agotamiento que sentía de tanto caminar y tropezar con todo la tenía sin ánimos. Solo deseaba estar acostada en su cama descansando.
—Y pensar que debo regresar a la oficina el lunes, debería de estar descansando. ¿Cómo pude aceptar pasar el fin de semana en el bosque? —balbucea.
Solo saber que pasaría el fin completo en el bosque la enfermaba, y con personas que no conocían le ponía los pelos de punta a Josefín. Tal vez miraba muchas películas de terror, ya que la mayoría se desarrollaban en el puto bosque.
Suspira pesadamente.
—Basta, solo debo soportar un poco más.
Mira de reojo en busca de su pelirroja amiga. ¡Aja! allí estala la muy zorra, coqueteando con el guía. El tipo fornido, grande y musculoso, típico prototipo de su amiga. Mientras ella hacia la puta caminata sola y sin nadie con quien conversar.
Pero ya se las cobraría, pensó.
Continuó avanzando, era un grupo grande de unas quince personas. Pero nadie hablaba con ella, ¿acaso tenía algo en la cara? ¿Olía mal? En fin, era algo muy común que le sucediera.
Le resta importancia al asunto, pero de la nada siente como es observada y aquella sensación le provoca fruncir el ceño.
Mira disimuladamente a su alrededor, pero no ve a nadie mirándola fijamente. Quizás si eran ideas suyas sumándole el cansancio que sentía. Niega, y vuelve la mirada al camino.
—Tengo que dejar estas tonterías, buscar a Samanta para gritarle en la cara que es una desgraciada por dejarme sola en esta maldita excursión de mierda.
