Librería
Español
Capítulos
Ajuste

Capítulo 5

Sus ojos se ven más oscuros. Me pregunto si es porque está enfadada.

-¿Por qué estás tan enojada, amor?-

Y aquí está titubeando. La veo tragar cuando me inclino hacia ella, obligándola a soltar los brazos para agarrarse a la cama y no caer de repente sobre el colchón. Mantengo mis brazos a cada lado de su cuerpo, ella se inclina un poco para alejar su rostro del mío.

Me encanta tenerla tan cerca , bajo control.

-P-¿Por qué no respondes a mi pregunta?-

-¿Qué debo responderte? Estoy bien, amor. Siempre estoy bien. Exageré con esas pastillas y tu novio me salvó, ¿quieres que te diga gracias? - se le puede olvidar .

Samalisa Ela parpadea lentamente. -¿No los tomaste a propósito?-

Me pongo rígido, la sonrisa falsa se desvanece.

-No, solo quería divertirme y no me di cuenta. ¿Por qué esta pregunta?- ¿Mi tío habló con ella?

¿Por qué no se ocupa de sus propios asuntos?

¿Por qué me dio ese maldito libro?

¿Por qué no dejas que me pudra y te vas a la mierda?

Samalisa Ela coloca una mano sobre mi pecho, distrayéndome de mis pensamientos. -ahora porque estas enojado?-

-¿Por qué hiciste esa pregunta?-

Samalisa Ela entrecierra los ojos levemente, -Deberías revisar, ¿tu corazón siempre late tan rápido?-

Eres tú, no necesito hacer ninguna verificación de mierda.

¿Seguiremos haciéndonos preguntas que ninguno de nosotros responderá? Porque si es así, aquí hay otro. ¿Por qué llegaste a saber cómo soy si me odias?-

Ve. Rompe mi corazón.

Samalisa Ela quita su mano de mi pecho, me acerco. Quiero verla nerviosa. Quiero que huyas y dejes de molestarme. -Porque tengo corazón, me preocupo por la gente. Incluso aquellos que se hacen odiar.

-Eres demasiado ingenuo- susurro.

Y es por eso que te amo. Tan jodidamente puro. Como una niña pequeña. Esa niña.

-Me lo dicen a menudo- susurra ella también.

Vuelvo a bajar la cara para estar más cerca de la suya, pero ella también sigue bajando, hasta apoyarse por completo en mi cama. Nuestras piernas se tocan, incluso nuestra pelvis por un rato.

Esos labios.

Levanto mis ojos hacia los suyos, de tan cerca son aún más hermosos, luego vuelvo a mirar sus labios. Me hipnotizan jodidamente. Solo quiero lamerlos y morderlos. Pruébalos. Sentir su aliento mezclarse con el mío. Respirarla y nada más.

-No puedes- susurra de nuevo.

Me detengo a unos centímetros de distancia, nuestras narices se tocan, dejo que la mía acaricie suavemente la de ella, solo por unos momentos.

Siento su aliento sobre mí, haciéndome cosquillas en la cara.

Podría ser así de fácil . -Lo sé, no lo sé.

Mi corazón está a punto de explotar en mi pecho. Estamos tan cerca.

Aunque me gustaría mucho hacerlo.

Sus labios tan rosados.

Solo un poco de sabor.

Mojé el mío instintivamente. Tiene que irse o lo estropeo y no volverá.

- Llévame lejos. Como hiciste ayer con ese chico- susurro mientras levanto mi rostro unos centímetros, incluso antes de que nuestros labios se toquen.

me gustaría

Vuelvo a mirar a los ojos de Samalisa Ela y me siento débil, casi como si me fuera a desmayar en cualquier momento. No creo que pueda manejar esta tensión por mucho más tiempo. Especialmente si sigue mirándome con esas mejillas ahora sonrojadas.

Sus ojos parecen brillar, ese azul ahora intenso me encanta.

Cristo, Samalisa Ela es una obra de arte.

-S-seguro? ¿Estás bien?- y su voz tan dulce.

No me preguntes, no seas dulce conmigo, no te preocupes por mí.

Cierro los ojos y asiento, inhalando su aroma.

No lo hagas, porque podrías ser el único al que dejaría que le pasara.

Siento sus manos en mi pecho, primero con un toque suave que me hace temblar, luego más seguro. Samalisa Ela empuja fuerte, se ayuda con una pierna y cuando se empuja hacia arriba, como me sigue empujando, lo logra.

Me deslizo hacia un lado, abro los ojos mirando al techo, mi corazón sigue latiendo con fuerza y mi respiración se corta.

Quería quedarme en esa posición para siempre.

-Tienes que ponerle más fuerza- digo sin tono.

-Algo me dice que mañana volveremos a hacer los brazos, ¿no?- Solo sonrío.

-Brazos y piernas-.

Dicho esto, se va sin decir nada más, casi huyendo. Me doy cuenta porque escucho la puerta cerrarse, así que me levanto sobre mis codos para mirar y entender.

Mierda, tengo una erección.

Mierda, ¿la has visto?

¡MIERDA!

Me paso una mano por la cara con nerviosismo, luego un pensamiento cruza mi mente.

Le dije que se fuera. Ella no lo estaba haciendo.

-¿Por qué la Srta. Foster estaba toda roja? ¿Qué le hiciste a ella?-

Sí, la ha visto.

Santa mierda de verdad.

-Nada. Ya me encerraste aquí sin poder hacer una mierda, ¿por qué no te vas?- Aunque el tío Chris no tiene esa idea. Se acerca a la tele y cuando entiendo que también se lleva la playstation y la xbox me dan ganas de morir.

Ahora ni siquiera puedo jugar sin conexión. Excelente.

-¿Hablas en serio?-

-Nunca había sido tan serio. Esta noche me has dado un susto de muerte, jovencito.

También toma la wii y me tiro de nuevo en la cama, ahora sin esperanza.

-Y luego tienes cosas que hacer, como estudiar. Muévete o no saldrás de aquí más que para ir a la escuela.

Muevo las piernas con nerviosismo, gimo como un maldito niño y grito cuando escucho la puerta cerrarse.

¡Qué carajo!

¿Y si no quiere venir mañana por lo que vio? Mierda, soy un chico y estábamos prácticamente pegados el uno al otro, y ella me atrae, ya sabes, no debería estar molesta, ¿o sí?

Si solo pienso en que ella estaba justo aquí en mi cama, debajo de mí, y que podría haberla agarrado en cualquier momento.

Santa mierda. ¿Qué pasa si te molesta?

¿No va a tener otro ataque de pánico? ¡Yo no le hice nada!

¡Si tuviera el maldito teléfono podría preguntarle, podría aclarar!

Golpeo la cama y vuelvo a meterme bajo las sábanas. A la mierda el estudio, esos jodidos gilipollas hipócritas todavía me hacen pasar por eso.

-Hiciste que todo el equipo se preocupara, incluso el entrenador- Me saluda Vinnie con una palmadita en la espalda en cuanto llego a su lado. Esta mañana llegué tarde porque el tío Chris aún no me había dado el teléfono, así que no escuché la alarma y vino a despertarme con almohadas.

No fue muy agradable.

-¿Crees que hoy sudaré menos por esto?- le pregunto caminando a su lado por los pasillos.

Busco el chat de Samalisa Ela en el dms de instagram, y sonrío al encontrar su mensaje de esa noche.

-Déjame saber cómo estás-

-A lo sumo más. Estaba preocupado pero también enojado- Vinnie se inclina hacia mí, aparto el teléfono mientras escribo un mensaje, -¿A quién le sonríes?-

-Buenos días amor, hoy no olvides tus brazos y piernas-

Envío, esperando que no canceles por lo que pasó ayer. Guardo el teléfono en mi bolsillo y miro a Vinnie. -A nadie, Vi, fue un meme-.

-Hay algo que no me estás diciendo-.

-¿I? Cuando alguna vez- Vuelvo a sonreír cuando siento vibrar el teléfono en mi bolsillo.

Es extraño que me respondiera de inmediato. Lo tomo, alejándome de Vinnie.

-Deja de torturarme-.

Muerdo mi labio inferior, las imágenes de ayer me invaden inesperadamente.

Me detengo frente a mi casillero para tomar mi libro de literatura, giro por el pasillo y la veo sola contra su casillero. Por eso me respondió enseguida.

Pero, ¿dónde están los demás?

Vinnie se pone delante de mí. -Tu no me estas escuchando. Y seguro que tiene algo que ver con tu amada pelirroja que ahora te estás comiendo con los ojos-.

Me compongo y cierro el casillero. -Qué tiene que ver ella con eso, Vi, basta-.

-Entonces dime por qué vino a ti cuando te desmayaste y te acarició como si fueras un perro medio muerto. Parecía muy preocupada.

Lo miro. -¿Y yo qué sé? Tal vez vino a ayudar a su novio a despertarme, ¿qué quieres que sepa?-

Descarga la aplicación ahora para recibir recompensas
Escanea el código QR para descargar la aplicación Hinovel.