Librería
Español
Capítulos
Ajuste

Capítulo 4

La noción del tiempo se pasa rápido, según algunas personas. Para mí, ya es una eternidad este día. Afortunadamente pude venir a trabajar a GameStop y distraerme un poco con los niños latosos y molestos que no dejan de jugar y comprar los Demos en la tienda.

— ¿Puedes cambiar el juego? —Me pide un niño de siete años.

Esta es la cuarta vez que tengo que cambiar el videojuego de PlayStation para él, y la verdad, ya me cansé. Mejor me alejo de esa área.

Kevin está haciendo revisión de los últimos tickets de compra y así, poder salir ya del trabajo. Unos cuantos niños se dicen groserías entre ellos, Kevin les llama la atención para que se tranquilicen.

— ¿No has dormido bien? —Me pregunta con una chispa de curiosidad.

Al parecer, ya vio mis horribles ojeras que tengo bajos mis ojos. Según Lorraine, mis ojos han cambiado a un color más oscuro. Me encojo de hombros con una disimulada sonrisa de diversión.

—Algo así—me ruborizo—. Últimamente me gusta leer mucho de noche.

QUÉ GRAN MENTIRA, grita mi subconsciente.

— ¿El señor Evans te despidió? Perdona si es una pregunta algo grosera.

Creo que ya me lo había preguntado... ¡¿Por qué rayos pregunta por él?! Maldición.

—Yo renuncie—aclaro.

Por primera vez, Kevin me mira con atención; con ojos oscuros, atentos y llenos de curiosidad. No es que me intimide, pero será mejor que no le cuente nada de mis cosas personales.

—Supe una noticia de él, ésta mañana—dice de pronto.

¿Noticia?

— ¿Sobre qué? —Me aclaro la garganta y pregunto con interés.

Se rasca la calva y trata de recordar algo. Mira hacia el techo y suspira profundamente. Pareciera que no quisiera contármelo.

—Sobre una chica que había escapado de la cárcel... Y olvídalo, es una larga historia, un poco rara para poder ser contada.

Ahora trata de evitarme.

—Kevin, por favor, continua—le ruego.

—No recuerdo bien, creo que estaba en la cárcel porque trató de estafarlo y lo había amenazado o algo así.

— ¿Qué más? —Mi curiosidad ha despertado. Mi subconsciente ha sacado una máquina de escribir antigua y se pone a escribir como loca todo lo que ha escuchado.

—No recuerdo más—se encoge de hombros.

Ya me dejó con la chispa de inquietud al borde de su límite. ¿Trató de estafarlo? ¿Le robaría algo valioso? Vaya, pero ¿quién será ella? Espera, ¡¿dijo que se escapó de la cárcel y que lo amenazó?!

— ¿Escapó? —Digo casi gritando.

Me mira asustado.

—Creo que sí, pero ya la atraparon.

Inspiro. Necesito investigar esos datos. Sé que él ya no me importa..., a quién engaño, solo quiero saber que no tiene ningún peligro a su alrededor. La campanita de la puerta suena, y los dos levantamos la vista para ver de quien se trata. ¡Oh, vaya! Es James. Estoy llena de sarcasmo.

—Hola, Eli—viene hacia acá.

—Hola—sonrío forzadamente. ¿Qué demonios hace aquí? Me esfuerzo por no mirarlo con malestar—. James, él es mi jefe, Kevin.

Se saludan de mano.

—Kevin Marshall.

—James Horan.

Esto parece gracioso. Volviendo a la seriedad... Espero que no venga con él, el "James acosador" de ayer. Salgo del mostrador de la caja registradora y me pongo a su lado. Clavo mi mirada en él tratando de decirle "¿Qué rayos haces aquí?"

—Lorraine me dijo que viniera por ti—susurra.

¡Vaya, qué amable!

— ¿Kevin me puedo retirar?

—Claro.

—Gracias, nos vemos mañana.

Para mi sorpresa, me toma por la mano y muy fuerte, como si tuviera la intensión de secuestrarme. Trato de zafarme, pero su mano se ha apegado tanto a la mía suponiendo estar unida a la suya. Ya en la calle, nos acercamos a su auto; un Volkswagen Golf Sportwagen plateado. Me abre la puerta del copiloto y subo sin tener otra alternativa.

Me gusta su auto, un poco. No es un auto de lujo, pero es especial para chicos como él, chicos amables en sus momentos. Cuando sube no tarda nada en poner en marcha el auto. En la radio del estéreo comienza la música de la banda Pale Waves.

—Supe que el empresario fue a casa hoy...—me dice.

Lorraine... Carter... Cotilleos locos.

—... Y lloraste—agrega.

No le contesto. No tengo porqué responderle. Me cruzo de brazos.

—Me gustaría partirle la cara, en serio, se lo merece—dice en tono burlón—. Me pregunto, ¿cómo tuvo el derecho de visitarte tras haberte hecho llorar?

Umm, interesante. De nuevo no le contesto.

—Elizabeth, sabes muy bien que me gustas mucho—me mira detenidamente—. Y me encantaría que me dieras una oportunidad. Esto te ayudaría a ti, a superar lo que aun te lastima.

Lo miro de reojo, espera a que le conteste.

—Sabes muy bien que te veo como a un hermano, James. No quiero que por una relación amorosa terminemos mal.

Golpea el volante, haciendo sonar el claxon. Me sobresalta. Se enojó.

— ¿Y por qué demonios te lastimas a ti misma pensando en ese maldito hijo de perra?

Aprieto los labios.

—Porque era especial para mí. Era, raro, por así llamarlo, pero ocupó un lugar en mis sentimientos. Supongo que no me comprendes.

Nos detenemos en un alto y me mira fijamente.

— ¿Qué tiene él que no te pueda dar yo? ¿Su dinero? ¿Su cara bonita?

Oh, James.

—James, yo...—no tengo palabras—. No me interesa el dinero, jamás, desde niña he estado impuesta a que, si quiero algo, tengo que ganármelo yo misma. No pienses que soy una cazafortunas, todo este tiempo, desde que entre en la universidad busco que todos los beneficios que tendré serán por mi esfuerzo de trabajo, no por un hombre.

Mira hacia otro lado, conteniendo alguna forma de contestarme de mal modo.

—Compréndelo, tú tienes un espacio en mi corazón, te quiero mucho Elizabeth Reed, te he querido desde hace más de cinco años.

Sus palabras son tan dulces, como quisiera... No, en realidad me siento incómoda, ¿por qué hace esto? Él siempre me ha hecho sonreír, pero somos un par unidos de la forma fraterna. Suspiro, temblando poco a poco.

—Esto es diferente, James—cierro los ojos, deteniendo las lágrimas—. Matthew necesitaba mucho amor.

— ¿Está enfermo o algo así? —pregunta de forma dura.

Niego con la cabeza.

—No... Es complicado. Lo conocí más allá de sus trajes bonitos o de su imponente carácter, fue... Sólo llévame a casa, por favor.

A partir de mi último argumento, él ya no replica nada más. En el trayecto sobrante del camino, me aprieto el puente de la nariz, cubriendo también parte de mi rostro.

Llegamos al departamento y sin mirar atrás, subo rápidamente las escaleras hacia el penúltimo piso. James me ha repetido cientos de veces la misma palabra "lo siento" (aunque no me lastimó ni dijo nada fuera de lugar), pero yo prefiero ignorarlo. No tengo ganas de hablar. Llego al pie de la puerta y me apresuro a sacar mis llaves. Abro y entro.

—Elizabeth—me llama.

Me detengo para mirarlo a los ojos.

—Gracias y buenas noches, James.

Le cierro la puerta en la cara. Recargo mi espalda contra la puerta y observo el departamento.

Lorraine no anda cerca.

Me limpio rápido las lágrimas, inspiro profundamente y trato de calmarme. Tal vez, James tenga razón, solo una pequeña parte tenga razón. ¿Por qué no lo amo? Enamorarme de un empresario fue muy estúpido de mi parte. James es guapo y sé que él SI me ama, pero yo no siento lo mismo por él.

—Elizabeth—sale Lorraine.

—Hola—sonrío forzadamente.

— ¿Sucedió algo? ¿Y James? —Pregunta atropelladamente.

—Ya se fue—dejo las llaves sobre la mesa de la sala.

Frunce el ceño. Ya veo que ella planeó todo.

—Compré leche y pan, por sí quieres cenar.

Aunque no haya comido casi durante todo el día, el apetito ya no es un problema en mí. Niego con la cabeza y lentamente camino en dirección a mi habitación.

—Emm, Lorraine, ¿me prestas tu laptop?

—Claro, ¿para qué?

—Quiero investigar algo.

Asiente y la sigo hacia su cuarto. Lorraine luce tan guapa, incluso con pijama... Pelo oscuro suelto y ojos ámbar brillantes y sin nada de ojeras, en cambio yo, ya parezco una anciana por no dormir.

—Aquí tienes, por favor, prométeme que dormirás bien esta noche.

Pongo los ojos en blanco, pero asiento.

Ya en mi habitación, coloco la laptop de Lorraine, sobre mi cama. Me cambio con mi cómoda pijama y me dispongo a investigar en el famoso Google. No sé cómo poner en el buscador. Mmm, vamos a ver... ¡Ya sé!, escribo rápidamente "Estafa en Evans Contructions Enterprise Inc., y espero a que las paginas carguen. Bien, ya aparecieron los primeros títulos en internet:

"Evans Contructions Enterprise Inc., resuelve su estafa atrapando a Victoria Rogers"

Le doy clic a esa página, al parecer, es del New York Times de hace dos años.

"El presidente de la exitosa compañía, Evans Contruction Enterprise Inc., el señor Matthew Evans, hace unos días demandó a la presidenta de Rogers Makeup, Victoria Rogers; debido al intento de estafa con un monto millonario de más de 95 millones de dólares. Hoy mismo fue detenida y llevada ante un juez".

No puedo creerlo. ¡95 millones de dólares! Salgo de la página e intento buscar algo más reciente a la fecha. Entre varias más, me encuentro con una:

"Escapa estafadora del caso Evans Contructions Enterprise Inc.".

Le doy clic inmediatamente.

"Escapa la ex presidenta de la empresa Rogers Makeup, después de tener una sentencia de 4 años de cárcel, debido a la estafa a la empresa de Evans Contruction Enterprise Inc. Se tenía informado que había sido recapturada, pero fue una falsa alarma. Se rumora que este cerca de las ciudades del sur de Carolina o Atlanta, Georgia. Su búsqueda no ha tenido resultados.

Cierro la laptop y me paso una mano por el cabello. Aunque no quiera, siento preocupación por... Él. Me doy unos pequeños golpes en las mejillas, tratando de concentrarme. Es hora de dormir y como le prometí a Lorraine descansar correctamente, será mejor que cumpla con mi palabra. Pongo la laptop sobre mi tocador y me vuelvo a recostar. Mirando el techo me recuerdo a mí misma que ese tipo de asunto no tiene nada que ver conmigo.

Descarga la aplicación ahora para recibir recompensas
Escanea el código QR para descargar la aplicación Hinovel.