Librería
Español
Capítulos
Ajuste

2

-No estoy bien. —afirmé, sintiendo mis mejillas arder al ver que no me quitaba los ojos de encima ni un segundo.

-Bueno, lo siento. Miró su reloj, haciendo una mueca. -¿Puedo invitarte a un café?- ¿O algo más?

-Oh, no, no… está bien. No necesita. Estoy realmente bien. Interés. —dije, mirándolo por unos segundos, dándome cuenta de lo guapo que era. Los pómulos. Los labios. Los ojos. Sí, era muy guapo. No recuerdo haberlo visto antes.

-Yo insisto. Yo trabajo ahí. Señaló el café al final de la acera, asintiendo para que lo siguiera. -Vamos, te compraré un café-.

-Todo bien. Pero no me gusta el café. -Te lo dije, siendo honesto. Dejó escapar una risita, mirándome antes de volver a mirar hacia la calle.

-Bien. ¿Qué te gusta entonces? —Preguntó, abriendo la puerta del café para que yo entrara primero.

-Chocolate caliente.

-Entonces elige un lugar y estaré allí pronto con tu chocolate caliente-. Se quitó la chaqueta, mirándome por última vez antes de desaparecer en la cocina del café.

Me mordí el labio y miré alrededor del café, observando todo el interior estilo café de los 80. Se sentía como si hubiera viajado en el tiempo. Era diferente e incluso lindo. Elegí una mesa junto a la ventana, sentándome para observar a la gente en la calle. Me dolía el trasero y mi respiración estaba un poco fuera de control.

-Un chocolate caliente y una dona de chocolate con fresas para ti-. —Regresó el chico, dejando una taza de chocolate caliente frente a mí y un platito con una dona. -Por mi cuenta.

—No hace falta, de verdad... —dije, viéndolo negar con la cabeza, haciéndome dejar de hablar y morderme el labio. -Gracias.

-Estoy bajo órdenes-. Me sonrió y comenzó a alejarse. Luego se detuvo y se volvió hacia mí. —Oh, mi nombre es Pietro.

-Hermione. Murmuré, su sonrisa ampliándose mientras escuchaba.

-Es un placer, Hermione.- Se apartó de nuevo, sin dejar de mirarme con esa sonrisa tan bonita. -Espero que vuelvas más a menudo-.

Lo observé irse a servir las otras mesas, hasta que terminó lo que me había traído. Salgo del café poco después, sintiendo que estoy dejando algo atrás. Una sensación de que había ganado algo y no sabía qué era. No pensé mucho en eso. Entré a la tienda donde estaban donando los perros y unos minutos después salí con ese cachorrito acurrucado en mi abrigo.

-¿Te irías a casa conmigo, chico?- - murmuré, acariciando su cabeza, mientras él se acurrucaba dentro de mi abrigo, gimiendo de felicidad. -Vámonos a casa, Oliva-. Voy a cuidar de ti.

Esbocé una sonrisa mientras caminaba por la acera. Cuando pasé por el frente del café, vislumbré a Pietro caminando por el interior. Luciendo distraído mientras tomaba un pedido para uno de los clientes. Levantó la vista como si supiera que estaba siendo observado y sonrió cuando me vio, antes de volver su atención a lo que estaba haciendo. Yo también sonreí, aunque mis mejillas estaban ardiendo, recordando lo último que había dicho.

Y volví a ese café. Todos los días.

Grace no lo pensó dos veces antes de empacar su bolso y huir con su mejor amigo Gavin a la gélida ciudad de Aspen.

Viviendo en un pequeño apartamento y tratando de poner su vida en orden, Grace tiene que lidiar con los sentimientos encontrados que rodean su vida personal, además de los sentimientos que comienzan a surgir cuando conoce a un peculiar italiano.

Cerré la computadora portátil con fuerza, abrazando mis rodillas y escondiendo mi rostro entre ellas, después de ver otra tanda de teorías sobre lo que estaba pasando entre Edward y yo. Mi teléfono celular no dejaba de sonar, con el nombre de él, el de Greta y el de mi papá apareciendo en la pantalla constantemente. De los tres, el único que merecía atención era mi padre, pero no quiero hablar con él y escuchar sobre la fantasiosa historia que debe haberle contado Greta, con la ayuda de Edward.

-¿Esto es una broma? Gavin entró en la habitación, mostrándome la pantalla de su teléfono celular, con una foto de nosotros dos. Dicen que ustedes dos terminaron porque se enamoraron de mí, aunque sabían que no podía ser correspondido. ¿Cuál es el problema con esta gente?

-Solo quieren materia, ya sabes. Me encogí de hombros, dejando escapar un profundo suspiro. -Pero es mejor que la realidad-.

-Oh, Gracia. Gavin se sentó en el borde de la cama, mirándome un poco triste. -Sucede. Todo el mundo ha tenido un dedo podrido. Yo, por mi parte, no he tenido suerte en mi vida cuando se trata de romance.

-Pero ya en el trabajo…- Incliné mi cabeza hacia un lado, mostrándole una sonrisa.

-Porque tengo la mejor pareja del mundo. Me guiñó un ojo, antes de hacer una mueca cuando el intercomunicador comenzó a sonar.

Gavin salió de la habitación y se acercó a la puerta. Me puse de pie y salí al pasillo, viendo a Gavin volverse hacia mí con expresión preocupada. Tragué saliva, frotándome las mejillas, sabiendo que una bomba atómica estaba a punto de estallar en mi cabeza.

-Y tu padre. dijo, presionando el botón para abrir la puerta de abajo.

Bajé la vista hacia el pijama que llevaba puesto, volteándome para ir al baño y tratando de arreglar mi expresión. Mis ojos marrones estaban un poco apagados, debido a las ojeras de las noches de insomnio. Mi cabello oscuro estaba enredado y necesitaba urgentemente un lavado, pero para solucionar el caos, lo até en un moño raro y feo. Mi piel ligeramente morena se sentía rara, pero no había nada que pudiera hacer al respecto. Mi papá me había visto en los peores momentos, pero ciertamente no en el fondo después de haber sido traicionado por dos personas importantes a la vez.

-¿Dónde está ella? exclamó mi padre. -¿Dónde está ella, Gavin?-

Salí del baño, entré a la sala y encontré a mi padre al borde del síncope. Gavin estaba acobardado, como un niño sorprendido haciendo algo muy malo. Levi Timer estaba en su mejor momento, pero la expresión irritada lo hizo parecer diez años mayor antes de que sus ojos color avellana se encontraran con los míos y se sintió visiblemente aliviado.

-¡Gracia! —exclamó, dándome un fuerte abrazo, mientras yo me sentía la peor persona del mundo, a pesar de que no había hecho nada malo. —Dios mío, hija, ¿por qué no te reportas? No contesta mensajes ni contesta llamadas. Todos estamos preocupados. Gavin tampoco dijo nada.

-Yo estoy bien. Solo necesitaba algo de tiempo a solas. —afirmé, sintiéndome mucho mejor solo con el abrazo de mi padre.

Antes de ese fatídico día, estaba bastante seguro de que tenía la mejor vida de mi vida. Tuve al mejor padre del mundo, presente y que me amaba incondicionalmente. Tuve un novio perfecto que hizo todo por mí. Estaba Gavin, quien sabía que escondería incluso un cadáver para mí si pudiera. Y estaba mi hermana, a quien, aunque nuestra relación no era perfecta, confiaba en ella con los ojos cerrados. Y mi trabajo, hacer lo que más soñé en la vida. Ahora veo que todo fue una ilusión.

-¿Qué sucedió? Mi padre se apartó, obligándome a enfrentarlo. -Edward dijo que ustedes dos tuvieron una pelea y ahora ya no quieres hablar con él-. Gracia, ¿qué pasó?

-¿Dijo que tuvimos una pelea?- Él asintió mientras yo resoplaba. -¿Y qué dijo Greta?-

-¿Su hermana? ¿Qué tiene que ver ella con eso? preguntó, haciendo una mueca. Está tan preocupada por ti como Ed y yo.

-Falso como el infierno-. Gavin murmuró, haciendo que mi padre se volviera hacia él enojado. -Lo siento, señor. Muralla exterior. Pero ella es.

-¿Cómo te atreves? exclamó, volviéndose hacia mí de nuevo. Grace, quiero saber qué pasó. Quiero la verdad, no las tonterías de tu novio.

-Ex novio. —dije, abriendo una sonrisa nerviosa y triste a la vez. Me traicionó, padre. Me engañó con Greta. Los vi a los dos juntos.

[...]

Greta: No puedo creer que le hayas dicho a papá.

¿Cuál carajo es tu problema?

¡Cortó mi mesada, Grace!

No es mi culpa que Ed disfrutara estar conmigo.

La cagaste, ¿sabes?

Ahora está furioso conmigo.

——————

eduardo podemos hablar???

Grace, por favor, sé que cometí un error.

Dame una oportunidad más.

Te lo juro, tu hermana se hizo pasar por ti.

Eres el mismo, ¿cómo podría sospechar?

Por favor, amor, créeme.

No me importa si tu papá está enojado y me prohíbe acercarme a ti, no me rendiré.

¿¿¿Gracia???

??????

Por favor amor.

Sólo háblame.

Descarga la aplicación ahora para recibir recompensas
Escanea el código QR para descargar la aplicación Hinovel.