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El amor de la mafiosa

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Sinopsis

Ela Turner, así se llamaba a sí misma ahora. Después de toda una vida escuchando los deseos de los demás y sufriendo por ello. Ella escapa de esa realidad para refugiarse en Nueva York de la única persona que nunca la ha tratado como un objeto, su única abuela. Lista para olvidar, pasará un año difícil hasta que su camino se cruce con el de Isaac Miller, un exsoldado licenciado con honores, pero ¿qué honor hay en ver morir a sus compañeros ante sus propios ojos? Dos almas negras con un pasado turbulento, sin confianza en los demás. Sin embargo, el amor tiene diferentes formas de manifestarse.

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Capítulo 1

Corrí, cada vez más rápido, de lo contrario el miedo me habría bloqueado y le habría dado tiempo a notar mi huida.

No, esta vez no iba a fallar. He vivido toda una vida complaciéndolos, complaciéndolos, ¿entonces para qué? Nada, no recibí nada a cambio ni siquiera un -Estamos orgullosos de ti-

Mis piernas estaban empezando a doler, pero no había tiempo.

Busco mi bicicleta y la enciendo, antes de subir las escaleras para llenar una bolsa con lo mínimo: ropa, dinero, agua, bocadillos.

Saco la tarjeta sim del teléfono y miro por última vez a la habitación que hasta ahora ha sido mi prisión, en su interior solo guardo dolorosos recuerdos.

Bajo rápidamente las escaleras y después de ponerme la chaqueta y el casco me voy.

Las calles están desiertas y después de unas pocas cuadras me siento lo suficientemente ligero como para liberarme con un grito que llama la atención de algún animal fuera de las casas.

Acelero más y más hasta que llego al letrero que me dice que estoy a punto de salir de Los Ángeles y al hacerlo no sentí ningún arrepentimiento.

***

Cuando me despierto tardo unos minutos en darme cuenta de que no estoy en la frontera, sino en mi apartamento de Nueva York.

Suspiro y giro para mirar la hora, las dos de la tarde. Me levanto y cierro los ojos, ha pasado un año y medio desde ese día y, sin embargo, los demonios del pasado siempre vuelven a visitarme.

El ladrido de un perro, sin embargo, me advierte que ahora estoy en el presente. Miro a mi cachorro husky y le sonrío antes de que se suba a mi regazo para lamerme la cara.

- Me encantan tus buenos días Thor, pero quiero evitar pensar donde pones esa lengua primero.-

Lo beso en la punta de la nariz y luego voy a la cocina a llenar su tazón con galletas mientras bebo leche fría del cartón, y creo que ese será mi desayuno.

Voy al baño y miro mi reflejo en el espejo.

El pelo rojo de raíz tiende a aclararse a rubio hacia las puntas, los grandes ojos verdes se asemejan a los de un gato, los pechos altos y firmes que empujan contra el pijama, estatura media, piernas y trasero en proporción al resto del cuerpo. , los piercings de mi ceja y labio superior están perfectamente relucientes y los tatuajes en mi cuerpo marcan el gran cambio que he vivido, pero esto sin duda no hubiera sido posible sin la ayuda de la persona más especial de mi vida.

Coloco una mano contra el cristal y en ese momento creo ver a mi antiguo yo abrazarme por detrás con una sonrisa siniestra.

Niego con la cabeza y después de cerrar los ojos ella se ha ido.

Entro en la cabina de la ducha y espero que el agua, como siempre, también pueda llevar consigo recuerdos, pero este deseo mío resulta imposible.

Me estrujo el cabello y envuelvo mi cuerpo en la toalla antes de salir y encontrarme a Thor esperándome con la correa en la boca.

- A mí también me gustaría tener toda esta energía apenas me despierte cariño, pero tienes que darme unos momentos para recuperarme. Ahora me visto y luego salimos ¿vale?-

En respuesta deja la correa en el suelo y me ladra, a veces realmente creo que el perro me entiende y temo que algún día me responda mientras tomo una humeante taza de té.

Enciendo un cigarro y abro la ventana para salir a la terraza y ver la ciudad vivir como siempre. El sabor de la nicotina invade mis sentidos y sonrío, porque las personas que deberían llamarse mis padres nunca me dejarían, ni beber ni trabajar de noche en un bar.

Miro el paisaje que me permite ver mi pequeño apartamento todos los días, y quizás precisamente por eso en cuanto lo vi no dudé en comprarlo, también porque necesitaba un techo y por el precio que tenía que pagar. pagar era mejor solución.

Vuelvo y uso un par de jeans de cintura baja y un top que deja el vientre al descubierto junto con algunos tatuajes, el rasguño con un tigre en la espalda y la cola del fénix que cubre mi espalda.

Desde arriba, sin embargo, decido ponerme una sudadera grande, pero ligera y transpirable, zapatillas deportivas y después de cepillarme los dientes agarro la correa e inmediatamente Thor corre hacia mí feliz.

- Si, se que me amas, vamos ahora que tengo otros compromisos antes de ir a trabajar-

Caminamos en Central Park y después de llevarlo de vuelta tengo que poder comprar algo de comer, más para el perro que para mí, y como siempre cuando camino por los distintos pasillos me detengo a observar a la gente, una de mis características es estudiarlos para adivinar lo que hacen en la vida y lo que sienten, soy bueno en esto, pero conmigo mismo en cambio soy un derrumbe.

En la caja me encuentro con el chico de siempre que no hace más que coquetear conmigo, y de hecho me sonríe, acomoda la comida en los sobres y esta vez también desliza una nota y luego me guiña un ojo.

Se me escapa una sonrisa, al parecer ha decidido tomar acción, pero desafortunadamente para él el amor y yo camino por dos caminos diferentes y odio las relaciones casuales, es por eso que por mucho que logre llamar la atención sobre mí ¿sigo siendo virgen?

Salgo y miro la hora, tengo que darme prisa, mi turno comenzará pronto y trabajar es el único método que conozco de no pensar en mi pasado y esto siempre es posible porque el dueño es su -amigo- y la primera vez Fui como un tonto al ver que el bar tenía su nombre, entonces entendí porque, esos dos nunca han sido simples amigos, pero siempre por las elecciones de otros sus caminos se han dividido, debe ser un vicio que se transmitió en nuestros familia en mi opinión.

Dejo la compra y tras asegurarme de que Thor tiene comida, agua y el rincón adecuado para hacer caca, salgo cogiendo mi moto, la que me llevó hasta Nueva York, una Kawasaki ninja, que me regaló mi abuela. y usado solo en secreto durante el período en que solía vivir en Los Ángeles, ahora es una historia diferente.

Conduzco varias cuadras y llego a Hell's Kitchen, el barrio más transgresor de Manhattan, pero también el más divertido a mi modo de ver.

Aparco detrás del club en el pequeño espacio reservado para los empleados y extrañamente hoy, además del coche de Luke, veo otra moto, ¿ha encontrado a alguien que cubra el turno de la tarde conmigo?

Ha habido algunos atracos en esta área últimamente, y el viejo cascarrabias no confiaba en mí solo detrás de la barra, aunque Kail, el pateador, es una buena advertencia para cualquiera que intente divertirse.

Entro en el vestuario y me pongo una de las camisas negras que dice Rose's Bar acompañada de una estilizada rosa roja y me arremango por encima de los codos antes de empezar a limpiar el mostrador e informar botellas para ir a buscar, pero en ese instante Luke sale por la puerta de su oficina, seguido de otro hombre, alto, de hombros anchos, brazos marcados por numerosas cicatrices y mirada de quien lleva la muerte tras de sí, tanto que hasta a lo largo de su ojo izquierdo, del mismo color que el cielo nublado, está marcado por una larga cicatriz.

- OH Ela llegaste justo a tiempo para presentar a tu colega, Isaac Miller, conoce a la chica más testaruda que conozco.-

- No eres bueno para hacer presentaciones Luke, por favor Isaac, soy Ela Turner-

Nos dimos la mano, y en esos días, no sabía que mi alma y la de Isaac eran más parecidas de lo que parecían, formando su propio tono negro cuando estaban juntas.

Los ruidos de la ciudad eran tan diferentes a los de la guerra que me sentí como un extraño, a pesar de que este había sido mi hogar durante dieciocho años.

Aterricé en el primer vuelo disponible, no había avisado a nadie de mi llegada, quería estar solo para acomodarme.

Todo me parecía tan diferente, cuando en realidad fui yo quien cambió, nuEla años al frente en las fuerzas especiales aparentemente tienen este efecto.

- ¿ Adónde lo llevo señor?-

- Parque Central -

El taxi despega, y rápidamente el aeropuerto se vuelve más y más pequeño hasta desaparecer de mi vista.

-Eres militar verdad?-

-Dada de alta, mi país ya no me necesitaba-

- Debe estar feliz, podrá volver a ver a su familia, hay quienes no pueden volver-

-No creo que tengas que recordármelo-

Cae el silencio y he logrado mi objetivo, si este civil cree que no se cuantos de mis camaradas enterre entonces esta muy equivocado, en mi mente todavia tengo el recuerdo de sus rostros llenos de terror y lagrimas, querian vivir.

Llego a mi destino y después de pagar entro al parque y luego me siento debajo de un árbol, parece que aquí también ha habido cambios, nuevas fuentes, bancos... quizás soy yo el que está atrapado en el pasado.

Cierro los ojos y el silencio que sientes casi me aterroriza, de frente no era buena señal, significaba que algo grande se avecinaba.

Sacudo mis manos y el dolor que siento sigue en el presente.

Camino hacia un bar para pedir algo fuerte cuando una chica sentada a dos taburetes de distancia comienza a mirarme de arriba abajo, y puedo ver por qué, con mi tamaño y cicatrices, no paso desapercibido.

- Ella no es de aquí-

Se acerca con una sonrisa lánguida, ¿y quién soy yo para impedirle alcanzar su meta?

Me detengo en su cuerpo con atención en cada punto mientras que en cuanto a la cara le doy una mirada rápida, creo que no lo recordaré.

- Nací allí, pero andaba ocupado en otra parte-

- Interesante, soy Camille-

-Isaac, ¿qué es exactamente lo que quieres Camille?-

Su sonrisa se ensancha cuando llega mi bebida.

- Me encanta divertirme... ¿tú también quieres hacerlo?-