
Sinopsis
Fiona Castillo es experta en tortura, mentiras y seducción. Lo que no esperaba era convertirse en la prisionera del hombre que más odia: Robert Esposito, el implacable capo italiano que busca acabar con la mafia rusa. Encerrada en su territorio, vigilada día y noche, Fiona descubre que Robert no solo es peligroso… es intoxicante. Una mirada suya puede disparar un arma o encenderle la piel. Una orden suya puede destruirla… o hacerla suplicar por más. Entre amenazas, juegos de poder y una química salvaje que ninguno quiere admitir, ambos tendrán que enfrentarse a un enemigo común: la mafia mexicana, responsable de una tragedia que Fiona jamás olvidó. El encierro solo tiene dos salidas: matarse, traicionarse… o pertenecer el uno al otro.
Capítulo 1
Fiona Castillo se embarcó en una misión para encontrar información sobre la líder de la mafia italiana, pero en lugar de eso la encuentra, pero no quiere matarla, quiere formar equipo con ella.
¿Qué pasará después? -
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- Eres realmente una sucia zorra. - Respiró contra mi oído, sentí su cálido aliento enviando un escalofrío por mi columna.
- Cállate y fóllame. - Escupí, revolviéndome contra su agarre.
-Lo haré después de que me digas que eres mío.-
—Dilo , Fiona . —Exigió .
—Soy tuya , Robert —susurré . Sus ojos se oscurecieron y una pequeña sonrisa se dibujó en sus carnosos labios rosados.
-Ahí está mi buena niña.-
Fiona Castillo
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- Vamos, sé un buen chico y dime quién es tu jefe. - Me quejé en el oído del tipo mientras le cortaba el pecho con mi cuchillo haciéndolo gritar de dolor.
- Nunca. - Me escupió y el arma aterrizó en mi chaqueta, haciéndome fruncir el ceño y mirarla. - Realmente me gustó esta chaqueta. - Resoplé mientras le disparaba justo entre los ojos mientras su sangre me salpicaba.
—¡Joder ! —Me quité la chaqueta y caminé hacia el lavabo para limpiarme la sangre. Me volví a poner el pintalabios rojo e hice un ruido de beso con la boca mientras volvía a su cuerpo.
- Hagamos que esto sea divertido. - Murmuré para mí mismo mientras bajaba sus pantalones y le cortaba el pene colocándolo en su boca.
Qué pena desperdiciar una polla enorme. Debería haberle sacado la información primero, eso siempre funciona.
Suspiré cuando mi papá entró mientras hablaba por teléfono y arrugó la cara. - Jesús, Kat, no necesitaba ver eso. - Se atragantó y se dio la vuelta para terminar su llamada.
- Literalmente tienes uno pegado a tu cuerpo. - Puse los ojos en blanco mientras tallaba 'mafia rusa' y un pequeño corazón justo donde estaba el suyo.
- Sí, pero es diferente, ese no es mi pene y el suyo está metido dentro de su boca. - Se quejó mi padre mientras colgaba su teléfono y lo guardaba dentro del bolsillo de su traje.
Caminé hacia la basura y me quité los guantes que estaban cubiertos con su sangre. - Una vez que termines con eso. - Hizo un gesto con los dedos de un lado a otro entre mí y el cadáver que tenía una polla en la boca. - Encuéntrame en mi oficina. - Cerró la puerta cuando salió y saqué mi teléfono.
Llamé a nuestro chico de limpieza y me respondió casi de inmediato.
- Sí, jefe. -
- Necesito que bajes al sótano y limpies algo para mí, luego entrega el cuerpo en la puerta de la mafia italiana. ¿ponimat'? - Separé un poco mi flequillo esperando que respondiera.
(Traducción: Entender)
-Sí señora.- Sonreí y colgué y me fui .
Caminé hacia la oficina de mi papá mientras mis tacones resonaban en el suelo. Entré y me arrepentí al instante cuando lo vi chupando el cuello de mi madre, que tenía la cabeza echada hacia atrás mientras gemía.
— ¡Qué cojones! — Me tapé los ojos al oírlos arrastrar los pies y maldecir. — Lo siento, cariño. — Se disculpó mi madre mientras yo miraba lentamente entre mis manos viéndola arreglarse el pelo y la ropa.
- Ella estará bien, ¿cómo cree que llegó aquí? - Se quejó mi papá mientras se tapaba la boca al encender un cigarrillo.
- Sé cómo llegué aquí, pero verlo y oírlo es un asco. - Me quejé mientras me sentaba en la silla frente a su escritorio.
Mi mamá se sentó en su muslo mientras él me entregaba una carpeta. - Esa es tu próxima tarea. - Mi papá exhaló humo de su boca hacia el aire.
de confianza trabaja allí, al igual que su novia, y necesito que le saques información.
- Yo no torturo mujeres, papi, lo sabes. - Lo miré fijamente mientras suspiraba y se frotaba la sien.
, malyshka, no la estás torturando, solo la vas a manipular para que sea tu amiga y le saques información sobre su novio y el jefe de la mafia italiana. ¿Ponimat? Me explicó, haciéndome asentir mientras ponía los ojos en blanco.
(Traducción: niñita)
- Un pequeño detalle que olvidé mencionar, tienes que ser bailarín allí, así que ponte a aprender. - Rápidamente salió con una sonrisa en su rostro, lo que me hizo mirarlo fijamente.
Resoplé y dejé caer mi cabeza sobre su escritorio. - ¿ Por qué yo?, ¿ por qué no las otras trabajadoras?, me quejé mientras pisaba fuerte.
-Porque eres la malyshka más linda.- Sentí que me daba un beso en la cabeza mientras yo golpeaba mi cabeza contra mis brazos repetidamente .
- Te dejaré conducir mi Lamborghini rojo durante una semana. - Inmediatamente levanté mi mano y me encontré con sus llaves.
Me los hizo sonar en la cara y se los arrebaté con una sonrisa. Me levanté, lista para irme, pero me detuvo. —Intenta usar otro acento, malyshka. Tienes un acento ruso muy marcado. —Me miró fijamente mientras yo fruncía el ceño.
—Mira quién habla. —Le hice un gesto obsceno al irme y él me devolvió el gesto, pero mi madre le dio una palmada en la mano y le saqué la lengua.
—Para , Fiona . —Mi madre me miró fijamente, lo que me hizo callarme al instante y salir de su oficina. Al instante oí gemidos y me encogí.
Qué asco.
Conduje de regreso a la casa y asentí a uno de los guardias mientras abrían las puertas para dejarme entrar. Llamé a mi amiga Natasha mientras entraba a mi casa subiendo las escaleras hacia mi habitación.
- Necesito ayuda.- Me quejé tan pronto como ella respondió encendiendo su cámara. - ¿ Cuál es el problema? - Me preguntó mientras escuchaba gemidos y quejidos de fondo.
- ¿ Estás follando con alguien? - pregunté mientras buscaba en mi armario algo que ponerme.
- Me pillaste en medio de una burla hacia una de mis sumisas. - Me di una palmada en la frente.
- Bueno, pero en serio, necesito tu ayuda para elegir lo que debo usar. - Admití haciéndome una cara seria, pero solo le sonreí a través de la cámara.
- Quiero usar algo atrevido pero no demasiado atrevido pero también lindo. - Resoplé mirando algunos de mis vestidos de encaje transparente.
- Ugh, está bien, espera. Sé un buen chico y avísame cuando estés cerca para que mami pueda acabar contigo, ¿sí? - La escuché susurrar e inmediatamente arrugué la cara ante la elección de sus palabras.
- Eres un desastre, ¿sabes? -
-Lo sé, pero gira la cámara para que pueda ver las opciones de ropa. - Sus palabras estaban marcadas por su marcado acento, lo que me recordó que necesito empezar a practicar mi acento americano.
- Ponte ese que está en el extremo izquierdo, el blanco que tiene la parte superior transparente. - Me explicó haciéndome buscarlo y luego agarrarlo sosteniéndolo frente a mí.
- Además, tus pechos son grandes, así que se verá muy guarro con tus pechos asomándose. - Sonreí y luego me miré en el espejo con el pecho hasta el pecho.
—Vale , me lo pongo. —Accedí , levantando el teléfono para que me viera y luego me desvestí. No me importaba desvestirme delante de ella, ya que habíamos follado como dos veces... pero solo borrachos, claro.
—Sí , te ves muy sexy —admitió cuando me lo puse. Me giré para ella y me miré en el espejo.
—¿De qué color son los zapatos? ¿Rojos, negros o blancos? —pregunté levantando mis tacones de una pulgada hacia la cámara.
- ¿ De qué color son los zapatos? ¿Rojos, negros o blancos? - pregunté levantando mis tacones de una pulgada hacia la cámara. - Blancos pero con lápiz labial rojo. - Respondió ella.
Dejé caer los otros tacones y me puse mis tacones blancos, ajustándolos.
Dejé caer los otros tacones y me puse mis tacones blancos, ajustándolos.
- Sexy. - La escuché decir mientras aplicaba mi tono oscuro de lápiz labial rojo en mis labios carnosos. - Está bien, creo que he terminado. - Anuncié mientras bajaba un poco más mi vestido para que se viera mi tatuaje de labios rojos que se mostraba en mis pechos.
—Gracias, mi pequeña d'yavol. —Le guiñé un ojo mientras ella reía, incorporándose en la cama. Los pequeños gemidos y quejidos de fondo se hicieron más fuertes, haciéndole girar la cabeza.
(Traducción: Diablo)
- Córrete en mi cara como el buen chico que eres.- La escuché susurrar mientras colgaba el teléfono y colgué inmediatamente.
Eh, está bien
Oí el timbre de mi teléfono y lo contesté al bajar las escaleras. Revisé el mensaje y vi que era de Natasha, quien me había enviado una imagen.
Ella me envió una foto de ella con semen en su cara guiñando un ojo, poco después me envió un emoji de guiño.
Eres asquerosa. Le envié el mensaje y me respondió con el emoji del beso. Negué con la cabeza mientras cerraba nuestros mensajes, me subí al coche de mi padre y me marché.
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Fiona Castillo
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Entré al club y me cautivó de inmediato el olor a perfume, colonia y alcohol puro. Me acerqué a una chica con un portapapeles y supuse que era una especie de gerente.
- Hola, estoy aquí para la entrevista. - Extendí mi mano y ella rozó mi cuerpo con sus ojos. - Estás sexy, así que estás contratada. - Habló ignorando mi mano mientras volvía a mirar su portapapeles.
