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Capitulo 2

Cuando llegaron a la enorme casa, no se sentía nada de nada, parecía estar abandonada. De la planta alta bajaba Christie, Una señora de casi sesenta años, trabajaba para la familia hacía dieciocho años. Fue contratada cuando nació Vall, y se había ganado el cariño y la confianza de la familia.

-Christie, que haces aún en casa?-

-Disculpa por no avisarte. Es que Emma necesita descansar y me ofrecí a cuidar de los niños, así las chicas podían ir a esa dichosa fiesta.- Dijo la señora acercándose a las adolescentes para abrazarlas.

-Eres un ángel Christie, la pasamos muy bien gracias a ti-Agradeció con una sonrisa Giselle.

Saludando con un abrazo a su padre las dos salieron corriendo a sus habitaciones. Dejando a Kevin y a Christie a solas.

-Si no te molesta Kevin, me quedaré por hoy. Emma necesita un buen descanso no sólo físico, también mental. Llévala a cenar, pero sólo ustedes dos, viajen un fin de semana a algún lugar donde pueda despejarse de todo.-

-Muchas gracias Christie, estuve pensando mucho en eso. Mi idea era mandar a Emma a España, pero que vaya sola. Por que me estoy dando cuenta que nosotros la hemos hartado.- Dijo Kevin sintiendo vergüenza.

-Deberías hablarlo bien con ella, dudo mucho que quiera separarse de sus hijos, en especial de ti, que eres un desastre- Señaló la mujer con una sonrisa- Ve con tu esposa y tratala bien.-

Kevin asintió con una sonrisa y besó la mejilla de esa mujer que hacía dieciocho años trabajaba para la familia. Después de tanto tiempo el trato era más bien familiar.

Kevin llegó hasta la enorme habitación donde su esposa se encontraba leyendo. Se veía tan tierna y bella con sus lentes de lectura que a Kevin se le estremeció el cuerpo. Emma poseía una paciencia sólida dada la familia numerosa que habían construido, y eso lo llenaba de orgullo, por que era consciente de que él, más allá de que trabajara, no ayudaba mucho. Sus miedos a que ella conociera hombres más jóvenes y se sintiera atraída, fueron desvaneciéndose con el paso del tiempo y el nacimiento de sus hijos, de igual forma Kevin nunca había disminuido su apetito sexual. La complacía apasionadamente y era muy generoso haciéndole regalos. Pero Christie tenía razón. Una cena los dos solos hacía mucho tiempo que no tenían.

Siempre que organizaban una salida sólo para ellos dos, terminaban incluyendo a sus hijos.

Emma levantó la vista para ver al recién llegado, sonrió melancólica, pero un sentimiento comenzó a nacer desde su interior, podría ser tristeza, enojó o las dos cosas.

-Hola cielo, como te sientes? Has tenido un mal día, según mis informantes.- Dijo Kevin sentándose en la cama para besar tiernamente sus labios.

Emma lanzó un largo suspiro y volvió a tomar aire con los ojos cargados de lágrimas a punto de caer.

- Te informaron bien. No se que me pasa, pero hoy estuve irritada. Regañé a los niños sin motivo y discutí con las chicas. Me siento muy mal por eso, siempre soy yo la mala, y con lo que pasó hoy seguro me odiarán-

-No te odian. Pero si es verdad que a veces te enojas por tonterías. Y los culpables somos nosotros. Tu paciencia ha llegado al límite, necesitas deshacerte un tiempo de todos nosotros. Y estaba pensando que te vendría bien unas vacaciones en España, tú sola, Que dices?-

-Estas loco y dejarte los niños a cargo? Olvídalo. Amor eres un desastre con los niños. No digo que seas un mal padre, pero si fuera por ti, dormirían hasta pasado el mediodía. Comerían todos los días hamburguesas, pizza y helado. Y creo que no te darías ni cuenta si se bañan o no- Dijo Emma con una sonrisa mientras abrazaba su cintura y se acurrucaba bajo sus brazos.

-Me aseguraré que se bañen todos los días. Lo prometo, y les diré a Christie que se quede en casa el tiempo que tu no estés. No se negará.-

-Cariño, Christie necesita más vacaciones que yo. No quiero ir a ningún lado sola. Si me agrada la idea de ir de vacaciones, siempre y cuando sea con mi esposo y mis hijos. A menos que sean ustedes los que quieran deshacerse de mi.- Dijo Emma paseando sensualmente sus manos dentro de la camisa de Kevin.

-Quizá los niños quieran deshacerse de ti. Pero yo. . .- Dijo Kevin a punto de devorar a besos su cuello.

No esperó que Emma dijera nada, sólo sintió los gemidos que emitían sus labios y el movimiento de su cuerpo para acomodarse instándolo para que se acostara con ella.

El calor en su cuerpo iba en aumento, quería acercarse más y tomarla sin perder tiempo. Emma dejó sus lentes y el libro en la mesita de noche y dejó de lado los problemas. Cuando estaban juntos, no existía nada ni nadie, sólo ellos. El tiempo no había opacado lo que sentían el uno al otro. Habían aprendido a ser esposos, padres y compañeros de vida. Habían crecido y madurado juntos, tenían una hermosa familia pero el tiempo seguía su curso y eso parecía preocuparle a Emma.

-Que dices si vamos unos días a la playa? Alex y Priss ya están instalados allí y después de todo lo que tuvieron que pasar, se merecían unas vacaciones. Y a nosotros nos vendrá bien, hace mucho tiempo que no nos vemos. Incluso las chicas se pondrán felices de reencontrarse con los gemelos.- Aseguro Kevin con una gran sonrisa.

-Me encantaría. Pero deberíamos hablar con ellos primero.-

-Fue Alex quien hablo conmigo esta tarde para invitarnos. Solo di que si.- Aseguro Kevin esperando una respuesta.

-Sera maravilloso. Han pasado dos años, y de verdad que se los extrañaba.-

-Perfecto! Cuando les diga que iremos se pondrán felices.-Mientras tanto despojo a su esposa de su cómodo pijama- Ahora no pienses en nada mas, solo relájate porque tengo tremendas ganas de ti.-

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